Platería gótica burgalesa en la provincia de Guadalajara
Gothic silverware from Burgos in the province of Guadalajara
Natividad Esteban López
Institución de Estudios Complutenses
Departamento de Historia del Arte - Bellas Artes. Facultad de Geografía e Historia
C./ Entrepeñas 2, 28803 - Alcalá de Henares
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2559-5042
Fecha de envío: 1/09/2022. Aceptado: 4/10/2022
Referencia: Santander. Estudios de Patrimonio, 5 (2022), pp. 123-136.
DOI: https://doi.org/10.22429/Euc2022.sep.05.06
ISSN 2605-4450 (ed. impresa) / ISSN 2605-5317 (digital)
Resumen: Abordamos el estudio de seis cálices y cuatro cruces procesionales localizadas en la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Estas obras fueron realizadas por plateros burgaleses en los siglos XV y XVI. Destacamos el cáliz de Carabias, de principios del siglo XV y, sobre todo, la cruz procesional de Uceda, obra de Bartolomé o Pedro de Abanza, realizada entre 1505 y 1514, que se encuentran entre las piezas de plata más antiguas conservadas.
Palabras clave: Burgos; Guadalajara; Sigüenza; platería; Gótico; Renacimiento; cáliz; cruz procesional.
Abstract: We address the study of six chalices and four processional crosses located in the diocese of Sigüenza-Guadalajara, which were made by silversmiths from Burgos in the 15th and 16th centuries. We highlight the chalice of Carabias, dated from the early 15th century and, above all, the processional cross of Uceda, work of Bartolome or Pedro de Abanza, which was made between 1505 and 1514. Both works are among the oldest silver pieces preserved.
Keywords: Burgos; Guadalajara; Sigüenza; silversmiths; Gothic; Renaissance; chalice; processional cross.
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En nuestros estudios sobre la platería en la provincia de Guadalajara hemos localizado obras realizadas en diversos centros plateros, uno de ellos Burgos, con el que los plateros de Sigüenza debieron tener gran relación y, aunque no hemos encontrado documento alguno que lo acredite, pensamos que, hacia 1538, los primeros plateros que encontramos en la ciudad seguntina, Martín de Covarrubias y Pedro de Frías, eran burgaleses. Los apellidos de ambos artífices se corresponden con dos ciudades burgalesas bien conocidas. Además, las tipologías artísticas creadas en la ciudad del Arlanzón, así como el adorno que acompaña a las piezas de plata burgalesas del siglo XVI están presentes en las obras labradas en la ciudad del Doncel.
Las piezas conservadas en Guadalajara son una muestra de la vitalidad de la platería burgalesa que durante el siglo XV y la primera mitad del siglo XVI fue uno de los focos artísticos principales de Castilla. Aunque existían platerías más cercanas, la fama y el buen hacer de los plateros burgaleses permitieron que sus creaciones se extendieran por vastos territorios.
En el presente trabajo nos ocupamos de seis cálices y cuatro cruces procesionales de los siglos XV y XVI, todas marcadas con punzones de Burgos, excepto un cáliz y una cruz que también incluimos por su similitud con otras obras realizadas en la ciudad del Cid. Las piezas que presentamos se labraron en tiempos del Gótico final y del primer Renacimiento destacando por su originalidad la cruz de Uceda, una de las más interesantes entre las labradas en el foco burgalés.
1. Obras inéditas localizadas
1. 1. Cáliz de la iglesia de Carabias (Guadalajara)
De plata en su color, fundida, grabada y acompañada de esmaltes. Nos ha llegado en buen estado de conservación, aunque se han perdido algunos esmaltes. Mide 25,5 cm de altura con 9 cm de diámetro en la copa y 14,5 cm en el pie. En el interior del pie se encuentra una marca con una cabeza coronada sobre castillo de tres cuerpos y las letras B y S flanqueándolo. En otra marca se ve una flor de lis sobre unas letras en parte ilegibles por haber rebotado el punzón. Bajo una flor de lis leemos LeL... o FeL... Una burilada se observa en el mismo lugar que las marcas. Se conserva en el Museo Diocesano de Sigüenza aunque procede de la parroquia de Carabias. (Fig. 1)
Este cáliz es de copa acampanada y lisa. El astil está formado por dos cuerpos cilíndricos con molduras y el nudo, esferoidal rebajado, muestra seis esmaltes y una flor de lis en los cabujones de su parte central. El pie, octogonal de lados ligeramente cóncavos y superficie plana, termina en forma troncocónica donde se une al astil. Adorna la superficie plana del pie un Crucificado de cuatro clavos, brazos rectos y paño de pureza como faldilla, anudado a los dos lados; todas las líneas del dibujo son incisas, abiertas con buril.
La marca de localidad que muestra es la empleada en Burgos entre 1380 y 1420 aproximadamente, denominada por Aurelio Barrón como Burgos-21; el platero resulta difícil de identificar al estar la marca rebotada y borrosa. Como el nombre del platero se sitúa bajo una flor de lis que se repite en los esmaltes del nudo, pensamos que podría tratarse de un artífice que trabajó para los obispos burgaleses Pablo de Santa María o Alonso de Cartagena cuyas armas son una flor de lis correspondiente al apellido familiar. De ser cierta esta hipótesis, el cáliz se correspondería con el obispado de Pablo de Santa María, quien ocupó la sede entre 1415 y 1435. La copa del cáliz no es la original lo que le resta autenticidad, pero a pesar de ello, el astil cilíndrico, la forma del nudo y del pie nos llevan a datar la obra hacia 1415 o quizá antes, puesto que Santa María estuvo vinculado a la ciudad con anterioridad a ser nombrado obispo.
1. 2. Custodia de la iglesia de Tobillos (Guadalajara)
Probablemente confeccionada a partir de un cáliz de plata en su color, fundida, repujada y grabada. El sol y el primer tramo del astil, que son posteriores, van dorados. En deteriorado estado de conservación, tiene soldados dos tramos del astil. Mide 37 cm de altura total. El diámetro del sol con rayos alcanza 15 cm y el pie otros 15,5 cm. El interior del pie se marcó con tres punzones que muestran una cabeza con abundante melena que va coronada sobre castillo con tres torres almenadas sobre las letras BVRGOS,(punzón Burgos-7), las letras O/FI y, por último, una S de mayor tamaño que las anteriores. (Fig. 2)
El sol expositor de la custodia se prolonga con un cerco de treinta rayos rectos y flameados alternativamente. En el remate se encaja una pequeña cruz que se puede extraer para dar a besar a los enfermos visitados por el sacerdote con el viático. El astil, resultado de los añadidos y modificaciones, está formado por un cuerpo cilíndrico moldurado y otro hexagonal. El nudo esferoidal procede del cáliz empleado en la elaboración de la custodia. Muestra seis lóbulos afrontados que van decorados con vegetales. En los rombos de la unión de ambos se disponen rosetas. El pie es circular y termina en una fina pestaña; su zócalo es liso y la superficie plana se adorna con seis lóbulos: tres lisos y otros tres con el anagrama de Cristo y los símbolos de la Pasión.
Como hemos apuntado, se trata de una obra formada por elementos de distinta época. El sol y las zonas cilíndricas del astil proceden de una custodia de principios del siglo XVII, en tanto que la parte hexagonal del astil, el nudo y el pie corresponden a un cáliz realizado en Burgos entre 1509 y 1514, siendo marcadores Fernando de Arlanzón y Juan de Santa Cruz2; la S punzonada podría referirse al nombre o apellido del artífice, pero no nos atrevemos a adjudicarla a ninguno de los plateros conocidos.
1 .3. Cruz procesional de la iglesia de Uceda (Guadalajara)
Esta excepcional cruz está realizada en plata en parte dorada, fundida, cincelada y relevada. Por su antigüedad y amplio uso se conserva con algunos deterioros y ha sufrido transformaciones. Así, la cabeza del Crucificado no es original, faltan algunas figuras de la macolla y otras están mutiladas. Mide 112 cm de altura; los brazos de la cruz se extienden entre 69 cm y 62 cm, y el cuadrón central tiene 9,5 cm de lado. En el brazo vertical superior, junto al cuadrón, se ven marcas en parte ocultas: castillo de tres torres bajo cabeza con abundante melena, A../NZA y O./.. (Fig. 3)
Es una cruz latina de brazos rectos terminados en formas cuadrilobuladas precedidas de expansiones circulares. El perímetro va recorrido por cardina y tiene remates de jarrón en los ángulos de unión y en las terminaciones de los brazos. Toda la superficie está adornada con roleos repujados y en el cuadrón central del anverso encontramos un cuadrilóbulo de cardina. El Crucificado es de tres clavos con brazos muy rectos, paño de pureza plegado en equis y anudado al lado derecho. En los cuadrilóbulos de los brazos del anverso, arriba Jesús camino del Calvario, abajo Oración en el huerto, a la derecha el Lavatorio de manos de Pilatos y, a la izquierda, Jesús presentado al pueblo judío. En las expansiones circulares encontramos a un pelícano sobre un pez, la Magdalena, el ladrón Dimas de frente y a Gestas de espalda. En la parte central del reverso, Jesús en brazos de la Virgen acompañada de San Juan y la Magdalena; y en los cuadrilóbulos, la Virgen con el Niño, la Anunciación, la Adoración de los Reyes Magos y el Nacimiento. Por último, en las expansiones circulares los símbolos de los evangelistas: el ángel de San Mateo, el águila de San Juan, el toro de San Lucas y el león de San Marcos.
La macolla del pie es de mazonería gótica. Está dividida en dos cuerpos con seis hornacinas en cada nivel que albergan representaciones de los apóstoles. Se reconoce mejor a las figuras del cuerpo inferior: San Juan, San Bartolomé, San Andrés, San Pedro (decapitado) y San Felipe. En el cuerpo superior seis figuras masculinas diferentes portan filacterias que podrían ser profetas. Todavía en los laterales de los contrafuertes que separan las hornacinas se han dispuesto figuras de santos.
Sin duda se trata de una obra realizada en la ciudad Burgos entre 1505-1509 o 1511-1514, siendo marcadores Pedro y Juan Castaño3. Es obra de Pedro o Bartolomé de Abanza, pues no podemos precisar a cuál de estos plateros corresponde porque es imposible ver la línea superior de sus marcas. La de Pedro comienza con un asterisco –*/ABA/NZA– y la de Bartolomé con la inicial de su nombre –B/ABA/NZA–. Ambos plateros eran hermanos y muy virtuosos artistas. Hijos del también platero Diego Fernández de Abanza. El primero, Pedro, estuvo activo entre 1486 y 1520 y el segundo entre 1497 y 15484. La macolla recuerda a la de la cruz procesional de Presencio, realizada por Bartolomé entre 1505 y 15145. Se trata de una obra magnífica en la que la gran precisión y realismo con que están trabajados los detalles la acercan al citado platero.
Lamentablemente, la cabeza del Cristo no es la original y se corresponde con la de un Ecce Homo añadido más tarde. Mal colocada distorsiona el conjunto que es una pieza excepcional por su riqueza decorativa y por la originalidad de los motivos. Como es habitual entre los plateros burgaleses –y también entre los pintores– se siguen modelos conocidos a través de los grabados que circulaban en el mercado castellano. El artífice de la cruz de Uceda sigue grabados de Martin Schongauer para los símbolos de los evangelistas –o las copias realizadas por Israhel van Meckenem que son muy parecidas–. También para algunas escenas de la Pasión, como la de la Oración en el Huerto, el Lavatorio o la Presentación al pueblo judío se inspira en las pasiones grabadas por ambos grabadores del Norte. Pero en la posición retorcida de los ladrones en la Crucifixión demuestra conocer láminas de otro grabador que no se había puesto en relación con los artífices burgaleses hasta este momento. Nos referimos al llamado Maestro I. A. M. de Zwolle (capital de Overijssel, Países Bajos del Norte, hoy Holanda), grabador cuya biografía se extiende desde aproximadamente 1440 hasta 15046.
1. 4. Cáliz de la iglesia de Cantalojas (Guadalajara)
Elaborado en plata en su color, fundida, repujada, relevada y grabada. Nos ha llegado en buen estado de conservación. Mide 22,5 cm de altura, 10 cm de diámetro en la copa y 14,5 cm en el pie. En el exterior de la copa se punzonaron las marcas: cabeza con melena abundante coronada sobre castillo con tres torrecillas/ BVRGOS, y otra casi ilegible que puede ser OO/FI. (Fig. 5)
De copa muy acampanada, casi cónica, y lisa, tiene la subcopa formada por doce gallones bordeados por una moldura de festón. Sigue un astil hexagonal con nudo esferoidal achatado que está decorado con una franja de seis lóbulos en cada semiesfera con palmetas en su interior y rosetas en los rombos de la unión. Una moldura volada da paso al pie circular, de borde saliente y perfil ondulado; todo dividido en tres zonas: convexa, anillada y troncocónica. Se decora con ces, roleos y gallones sobre picado de lustre.
La marca de localidad es la utilizada en Burgos entre 1501 y 1560, a la que ya nos hemos referido; la segunda puede corresponder a los marcadores Fernando de Oviedo y Juan, que actuaron entre 1501 y 15087 aunque al estar tan borrosa no lo podemos asegurar. Observamos una disparidad de estilo en el conjunto y pensamos que puede tratarse de una recomposición. La copa, el astil y su nudo son originales y aparecen en otros cálices como los de Ampuero (Cantabria) y San Martín de Don (Burgos); realizados el primero por Martín de Covarrubias entre 1519- 1521 y el segundo por Juan de Santa Cruz entre 1501- 15088. Sin embargo, el pie pertenece al último cuarto del siglo XVI principios del XVII y, probablemente, fue realizado por algún platero de Sigüenza. Conocemos más ejemplares seguntinos con la misma estructura y decoración, como el cáliz de Madrigal, obra de Mateo de Valdolivas, realizado hacia 1600 y la custodia de Garbajosa, realizada por Diego de Valdolivas en el último cuarto del quinientos.
1. 5. Cáliz del Museo Diocesano de Sigüenza
Realizado en plata en su color, fundida, repujada y relevada que se conserva bien. Mide 21 cm de altura y los diámetros de la copa y el pie son 10 y 16 cm. En el interior del pie se ven las marcas: cabeza coronada sobre castillo con tres torrecillas almenadas/BVRGOS, AR./AGA y O./PA, con una burilada junto a las marcas y otra en la subcopa. Depositado en el Museo Diocesano de Sigüenza sin que sepamos si procede de la catedral o de alguna localidad del obispado. (Fig. 6)
Es de copa acampanada, casi cónica, y lisa. La subcopa muestra gallones sobrepuestos que están bordeados por una moldura ondulada. El astil hexagonal presenta un nudo esférico, ligeramente achatado, que se adorna con seis gallones de adorno vegetal y rosetas. Un anillo, también hexagonal, da paso al pie circular hermoseado con una fina pestaña perimetral, zócalo liso y superficie adornada con seis lóbulos: tres lisos y otros tres con símbolos de la Pasión y los anagramas de Cristo, JHS y XPS.
Obra realizada por el platero Martín de Arriaga en Burgos entre 1519 y 1521 mientras marcaban la plata los plateros Pedro de Salinas y Adán Diez. Muestra la misma estructura y ornamentación, excepto en el nudo, que un cáliz de Monterrubio de la Demanda (Burgos)9, y los gallones de la subcopa son semejantes a los que aparecen en otro de Ortigosa de Cameros, estudiado por Cruz Valdovinos10; ambos realizados por este artífice.
1. 6. Cruz procesional de la iglesia de Hombrados (Guadalajara)
De plata en su color, fundida, cincelada y relevada sobre un alma de madera. Se conserva en deteriorado estado ya que ha perdido remates, medallones y la macolla. De 59 cm de altura, los brazos de la cruz miden 49,5 cm por 41 cm y el Crucificado 10,5 cm por 9 cm, mientras que el cuadrón tiene 6 cm de lado. Marcada en los cuadrilóbulos con una cabeza con abundante melena, coronada, sobre castillo con tres torrecillas, almenado/BVRGOS, OD/PA y ARI/AGA. (Fig. 7)
De cruz latina sigue una tipología muy conocida de la ciudad de Burgos. Está formada con brazos rectos terminados en formas flordelisadas precedidas de expansiones cuadrilobuladas. El Crucificado, de tipología gótica, es de tres clavos, piernas ligeramente curvadas, cabeza inclinada hacia su derecha y paño de pureza anudado a su izquierda. Toda la superficie se cubre con roleos vegetales repujados.
A pesar de su deficiente estado de conservación, las marcas que ofrece nos permiten conocer su procedencia burgalesa, realizada entre 1519 y 1521, siendo marcadores Pedro de Salinas y Adán Diez. Es obra del platero Martín de Arriaga, activo entre 1508 y 154111. Pensamos que, en origen, debió ser una obra de considerable importancia, a juzgar por la manera de trabajar el repujado de los roleos como muestra Arriaga en otras suyas destacadas, como la cruz de Espinosa del Camino (Burgos) o el cáliz de Ortigosa de Cameros (La Rioja)12.
1. 7. Cruz procesional de la iglesia de La Cabrera (Guadalajara)
Se confeccionó con plata en su color fundida, torneada y repujada y se conserva en buen estado. Mide 77 cm de altura total; el árbol suma 50 cm por 43,5 cm de anchura máxima, siendo las medidas del Crucificado 12 cm por 12,5 cm. En los brazos, junto al antebrazo del Crucificado, muy desgastadas y casi ilegibles, se ven las marcas: cabeza con abundante melena, coronada.., OD/PA y …/NZA y una burilada en el brazo vertical. (Fig. 8)
Conforma una cruz latina de brazos rectos con gajos dispuestos simétricamente por todo el recorrido del árbol. El Crucificado, de tipología gótica, es de tres clavos, brazos muy rectos, cabeza inclinada hacia su derecha, barbado, de larga cabellera y paño de pureza muy pegado, anudado en forma de equis. La manzana del pie es esferoidal de rombos, muy marcados los seis de la zona central. La vara cilíndrica va adornada con estrías en espiral.
La marca de localidad es la de la ciudad de Burgos que hemos comentado y también la de los marcadores Salinas y Díez. El punzón del artífice, aunque muy desgastado, pensamos que puede corresponder a Diego de Abanza, hijo de Pedro de Abanza y activo entre 1517 y 158813. La crestería que remata los brazos es semejante a la de la cruz de Vildé (Soria), realizada por Juan de Horna el Viejo entre 1514 y 1519. El Crucificado recuerda al que cuelga en una cruz de la catedral de Burgos, obra de Juan Martínez14 La manzana coincide con la que lleva la cruz de Ubierna (Burgos) cuyo artífice fue Adán Diez15.
1. 8. Cruz procesional de la iglesia de La Nava de Jadraque (Guadalajara)
Se labró con plata en su color, fundida, torneada, repujada y grabada. En deteriorado estado de conservación, faltan remates y la manzana está golpeada. La altura alcanza los 74 cm; los brazos de la cruz miden 53,5 cm por 37 cm y el Crucificado 13,5 cm por 12 cm, mientras que la manzana y la manga de enchufar son de 20,5 cm. (Fig. 9)
Cruz latina de brazos rectos con gajos como la anterior. El Crucificado, de disposición gótica, cuelga de tres clavos y tiene los brazos rectos y un paño de pureza muy pegado al cuerpo. Recorren la manzana esferoidal una red de líneas rehundidas que originan seis chatones romboidales en la parte central, decorados con rosetas, y doce triangulares adornados con roleos. En la vara cilíndrica se han grabado roleos.
Obra sin marcas pero la gran semejanza a la cruz anteriormente comentada. La coincidencia del Crucificado y la manzana con la cruz de Vildé, ya mencionada, nos inclinan a situarla como realizada en Burgos entre 1519 y 1521.
1. 9. Cáliz de la iglesia de Galápagos (Guadalajara)
Para este cáliz se empleó plata en su color fundida, torneada, repujada y grabada. Buen estado de conservación. Altura 23,5 cm, diámetro de copa 10 cm y de pie 17,5 cm. En la copa se han grabado las palabras iniciales de la consagración: HOC EST ENIM CORPS MEVM. Se practicó una burilada en el interior del pie.
La copa es ligeramente acampanada y va adornada con la inscripción señalada. Una fina moldura marca la separación de la subcopa adornada con motivos vegetales. El astil está formado por dos jarritos con acantos; nudo esferoidal achatado, con moldura central y friso decorado con los mismos motivos de la subcopa, situados junto a los jarritos. Dos anillos escalonados dan paso al pie lobulado, con alto zócalo y seis lóbulos, cinco de ellos con vegetales y uno con cruz latina; termina en forma troncocónica. (Fig. 10)
Esta pieza no presenta marcas pero tiene una estructura tipológica que recuerda lo burgalés, aunque podría proceder de Aranda de Duero. La copa y el astil son similares a los que presenta un cáliz de Peñaranda de Duero, si bien en el que nos ocupa la decoración de la subcopa es más rica. El mismo tipo de astil muestra otro cáliz de la catedral de Burgos, realizados ambos por plateros arandinos entre 1550 y 1575. La forma lobulada del pie se encuentra en diversos ejemplares estudiados por Barrón García, entre ellos un cáliz de Oña (Burgos), realizado por Bartolomé de Valencia, pero con distinta ornamentación. Otro elemento que aparece en obras arandinas son los anillos poligonales situados entre el astil y el pie, como vemos en los cálices de Aylagas y Orillanes (Soria)16. Todo ello nos inclina a pensar que sea obra de algún platero de la ciudad referida del tercer cuarto del siglo XVI.
1. 10. Cáliz de la iglesia de Sacecorbo (Guadalajara)
En este último cáliz se utilizó plata en su color, fundida, torneada, relevada y grabada. Pese a su antigüedad se conserva en buen estado. Mide 23 cm de altura con un diámetro de copa de 8,8 cm y en el pie, 14 cm. Los punzones se pusieron junto a uno de los grabados del pie: cabeza alargada con abundante melena con corona de tres picos que terminan en forma trebolada sobre castillo de tres cuerpos con tres torrecillas almenadas/BVRGOS, ZO.. y SOR, las dos últimas muy borrosas. (Fig. 11)
De copa acampanada y lisa, el astil está formado por un jarrito, una arandela y anillo gallonados. Se acompaña con un nudo campaniforme invertido con moldura en la zona superior y ocho gallones en la inferior. Un pie de jarrón culmina el astil. Pie del cáliz es circular con fina pestaña, zócalo gallonado, una zona ligeramente ondulada adornada con vegetales grabados y otra troncocónica de perfil curvo, anillada en la base.
La marca de localidad de Burgos que ofrece estuvo vigente entre 1501 y 1560, las otras dos creemos corresponden al platero Francisco de Soria, actuando como artífice (ZO..) y como marcador (SOR) quien trabajó entre 1523 y 1565 en Santa María del Campo, de donde era oriundo, y Burgos17. Pensamos que la copa no es la original o ha perdido la subcopa, que tendría forma bulbosa, lo que le resta elegancia. El nudo e inicio del pie son similares al de un cáliz de San Martín de Elines (Cantabria), realizado hacia 1560-1563 y el jarrito del astil lo encontramos en los ejemplares de Villahizán de Treviño (Burgos), realizado hacia 1570, y Fresneda de la Sierra (Burgos), obra de Rodrigo de Hinojal en 1563-156618. Cronológicamente lo situamos hacia 1560.
2. Conclusiones
Las obras presentadas, que eran inéditas, tienen interés porque, además de ampliar la nómina de obras de los plateros que las realizaron, señalan la amplia expansión que alcanzó la platería burgalesa con obras en la costa cantábrica, Navarra, La Rioja, Soria, Palencia, Valladolid, Madrid y, ahora también en el obispado de Sigüenza de la provincia de Guadalajara19. Una de las obras de este territorio, la cruz procesional de la parroquia de Uceda, es especialmente relevante. La calidad y el virtuosismo del platero resultan excepcionales. Además, muestra una iconografía muy variada y original. Es una cruz digna de situarla al mismo nivel de las de Gamonal (Burgos) e Isla (Cantabria) realizadas por Bernardino de Porres. Tambien se puede comparar con las magníficas cruces de Presencio (Burgos) –obra de Bartolomé de Abanza– y de Santa Gadea de Cid (Burgos), labrada por Adán Diez.
Barrón García, al estudiar las cruces de Gamonal y Santa Gadea de Cid, indica la influencia de los grabados nórdicos en los relieves que enriquecen las mencionadas obras20. Esta misma influencia de los grabadores flamencos, brabanzones y alemanes se advierte en la cruz de Uceda. Hemos visto que para los evangelistas y para las escenas de la Pasión el artífice de la cruz de Uceda utilizó grabados de Schongauer. Los ladrones de la Crucifixión se contorsionan en posturas muy distorsionadas, probablemente por influencia de los grabados del Maestro I. A. M. de Zwolle. En esta singular cruz, las escenas dedicadas a la Virgen con el Niño, la Anunciación, el Nacimiento y la Adoración de los Reyes Magos están tratadas con virtuosismo y primor en los detalles. Otro tanto se puede decir de la macolla, casi idéntica a la de Presencio.
Bibliografía
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SALGADO PANTOJA, José Arturo y GARCÍA VEGAS, Gonzalo, “Aportaciones al estudio de la orfebrería medieval en la diócesis de Sigüenza: una cruz procesional inédita del siglo XIV en Ribarredonda (Guadalajara)”, De Arte. Revista de Historia del Arte, 20 (2021), pp. 9-21; disponible: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8215822.
1 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada de la platería burgalesa. 1400⁻1600, Burgos, Diputación Provincial de Burgos – Junta de Castilla y León, 1998, v. I, p. 33.
2 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada..., v. I, p. 54.
3 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, p. 54.
4 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. II, pp. 11-15. HERRERA CASADO, Antonio, Crónica y guía de la provincia de Guadalajara, Guadalajara, 1983, pp. 59-60. Hace referencia a la cruz y la adjudica a Toledo y al platero Abanda.
5 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A.,., La época dorada…, v. I, pp. 148-149.
6 HOLLSTEIN, F. W. H., Dutch & Flemish Etchings, Engravings and Woodcuts 1450-1700. Volume 12: Masters and monogrammists of the 15th century, Amsterdam, Menno Hertzberger, 1955, p. 261; HUTCHISON, Jane C. (ed.), The Illustrated Bartsch. 8. Early German artists, New York, Abaris Books, 1980, pp. 199-200.
7 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, p. 54.
8 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, pp. 54, 174 y 269.
9 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, p. 261.
10 CRUZ VALDOVINOS, José Manuel, Platería en la época de los Reyes Católicos, Madrid, Fundación Central Hispano, 1992, pp. 137-138.
11 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. II, pp. 48-49.
12 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, pp. 130 y 266
13 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada..., v. II, pp. 13-14.
14 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, pp. 150-151.
15 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, pp. 151,152 y 155.
16 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, pp. 267, 273, 343 y 345.
17 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. II, pp. 206-208.
18 BARRÓN GARCÍA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, pp. 275-277.
19 En la provincia de Guadalajara se conservan algunas cruces de metal de los siglos XIII y XIV que también se han relacionado con los talleres del foco artístico burgalés; SALGADO PANTOJA, José Arturo y GARCÍA VEGAS, Gonzalo, “Aportaciones al estudio de la orfebrería medieval en la diócesis de Sigüenza: una cruz procesional inédita del siglo XIV en Ribarredonda (Guadalajara)”, De Arte. Revista de Historia del Arte, 20 (2021), pp. 9-21.
20 BARRÓN GARCIA, Aurelio A., La época dorada…, v. I, pp. 137 y 202.
Fig. 1 izq. Cáliz de Carabias.Taller de Burgos. H. 1400. Museo Diocesano de
Sigüenza. Foto de la autora
Fig. 2 der. Custodia de Tobillos. Taller de Burgos. 1509-1514. Foto de la autora
Fig. 3 izq. y der. Cruz procesional de Uceda. Pedro o Bartolomé de Abanza. 1505-1514. Foto de la autora
Fig. 4 izq. Crucifixión. Maestro IAM de Zwolle. H. 1480. © The Metropolitan Museum of Art
Fig. 4 der. Calvario. Maestro IAM de Zwolle. H. 1480. © The Trustees of the British Museum
Fig. 5 izq. Cáliz de Cantalojas.Taller de Burgos. 1501-1508. Cantalojas. Foto de la autora
Fig. 6 der. Cáliz. Martín de Arriaga. 1519-1521. Museo Diocesano de Sigüenza. Foto de la autora
Fig. 7. Cruz procesional de Hombrados Martín de Arriaga. 1519-1521. Foto de la autora
Fig. 8 izq. Cruz de gajos de La Cabrera.Diego de Abanza. 1519-1521. Foto de la autora
Fig. 9 der. Cruz de gajos de La Nava. Taller de Burgos. H. 1525. Foto de la autora
Fig. 10 izq. Cáliz de Gálapagos.Taller de Burgos. H. 1550. Foto de la autora
Fig. 11 der. Cáliz de Sacecorbo. Francisco de Soria. H. 1550. Foto de la autora