El culto al Ángel Custodio y sus manifestaciones artísticas en Zaragoza durante los siglos XV y XVI

The cult of the Guardian Angel and its artistic expressions in Zaragoza during the fifteenth and sixteenth centuries

Marc Millan Rabasa

Universidad de Zaragoza

Departamento de Historia del Arte

Facultad de Filosofía y Letras.

C/ Pedro Cerbuna, 12. 50009 - Zaragoza

marcmillanrabasa@unizar.es

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3489-1748

Fecha de envío: 15/09/2021. Aceptado: 18/10/2021

Referencia: Santander. Estudios de Patrimonio, 5 (2022), pp. 379-406.

DOI: https://doi.org/10.22429/Euc2022.sep.05.15

ISSN 2605-4450 (ed. impresa) / ISSN 2605-5317 (digital)

Resumen: En este artículo estudiamos la llegada del culto al Ángel Custodio a Zaragoza y las diferentes expresiones artísticas de esta devoción. En primer lugar, abordamos el desarrollo de la procesión en su honor. Después, nos centramos en la capilla del consistorio de la ciudad, aportando precisiones sobre la localización original del Ángel Custodio de Pere Joan. Finalmente, analizamos el mecenazgo del canónigo Agustín Pérez (doc. 1568-1588) y las diferentes disputas que mantuvieron el concejo y el cabildo catedralicio a propósito de estas festividades.

Palabras clave: arte del Gótico; arte del Renacimiento; escultura gótica; platería; Aragón; procesiones; Pere Joan; cultos cívicos; Lonja de Zaragoza.

Abstract: In this article we explore the arrival of the cult of the Guardian Angel in Zaragoza and the different artistic expressions of this devotion. First, we study the development of the procession in his honor. Then we’ll focus on his chapel in the city hall, providing details on the original location of the Guardian Angel by Pere Joan. Finally, we analyze on the patronage of Canon Agustín Pérez (doc. 1568-1588) and the different disputes between the city council and the cathedral chapter regarding these festivities.

Keywords: Gothic art; Renaissance art; Gothic sculpture; silver smithery; Aragon; processions; Pere Joan; civic cults; Lonja (stock exchange) of Zaragoza.

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El desarrollo de las instituciones urbanas producido en los últimos siglos de la Edad Media, al amparo del mayor dinamismo político y comercial de las ciudades, comportó la creación de cultos cívicos que vinculaban la urbe con un personaje o santo protector, así como otras festividades de gran componente ciudadano como el Corpus Christi. Algunos de estos festejos fueron utilizados por los órganos de poder, tanto religiosos como seglares, como herramientas representativas de sus intereses. De esta manera, el ritual se convirtió en uno de los fundamentos de la consciencia municipal1. En ese contexto surge, con especial relevancia en el ámbito de la Corona de Aragón, el culto a los ángeles custodios. Centrando nuestra atención en Zaragoza, veremos el desarrollo de los festejos desde el siglo XV hasta finales de la época moderna y profundizaremos en las diferentes representaciones artísticas que se conservan, todas ellas vinculadas con las dependencias municipales de la ciudad y la catedral, sus dos principales espacios de culto.

1. El culto al Ángel Custodio en los reinos de la Corona de Aragón y el desarrollo de su fiesta en Zaragoza

La vinculación de las instituciones ciudadanas de la Corona de Aragón con el culto angélico se remonta a las obras de Francesc Eiximenis. Fue en el Llibre dels Sancts Angels donde el escritor franciscano confeccionó una jerarquía angélica en la que estos seres tomaban el papel de intermediarios entre Dios y la humanidad. Presentado en 1392 a Pere d’Artés, camarero y maestre racional de Juan I, su impacto en el consistorio de Valencia fue inmediato, pues ese mismo año los jurados mandaron pintar la sala del Consejo Secreto con cruces y ángeles defendiendo a la ciudad.

Siguiendo los preceptos presentados en el libro, los ángeles custodios adoptaron una función protectora colectiva, personal o, en el caso que nos ocupa, cívica. Entre los diferentes espacios dedicados a su figura, que en Valencia identificaban con san Miguel Arcángel, destacan las efigies pintadas en las puertas de Serranos, de Quart, de San Vicente y del Mar para protegerse de una epidemia en 1475. Por lo tanto, se aunaron en el Ángel los significados cívicos con los antipestíferos, función que comparte con otros santos de la época2.

A lo largo del siglo XV se produjo su difusión por los diferentes territorios de la Corona. Un misal de la catedral de Barcelona incluye dos oficios a los ángeles custodios, el de la ciudad y el personal, en 1403. En 1407 se erigió una capilla bajo su advocación en la catedral de Mallorca y en el resto de las ciudades se establecen paulatinamente conmemoraciones en su nombre, ya sea en solitario o identificándolo con otros ángeles3. Aunque en Zaragoza ya se celebraba desde mediados de siglo, en la institución de su fiesta en 1493 se dice que “la insigne ciudad [...] tiene su Angel Custodio que la guarda [...] como otra qualquiere ciudat lo tiene”4, afirmación que demuestra la expansión de su culto más allá de la capital del reino.

A finales del siglo XV también documentamos su presencia en Tauste (Zaragoza) [Fig. 1], donde aparece en el retablo de Santa Ana. En esta tabla el pintor Miguel Ximénez siguió de cerca el modelo del Ángel Custodio de la predela del Calvario de la iglesia de San Nicolás de Valencia, ejecutado por Rodrigo de Osona en 1476. La representación del Ángel en diversas obras, ya sea en calidad de titular como en el retablo de Villadoz (Zaragoza) a inicios del siglo XVI5, o en posiciones algo más periféricas como en el mueble que preside la capilla de la Trinidad de la catedral de Jaca (Huesca), ejecutado por Juan de Anchieta entre 1573 y 1574, demuestran que la vitalidad y extensión de este culto sobrepasó el siglo XV.6 En la última década del siglo XVI contaba con cofradías de jóvenes o mancebías en Caspe (Zaragoza) y Cuevas de Cañart (Teruel)7. Todavía a inicios del XVII lo encontramos coronando el retablo mayor de la catedral de Santa María de la Huerta de Tarazona (Zaragoza), erigido hacia 1605-16108 y, finalmente, como protagonista en la “cabeça y peana” del mismo que encargó el concejo de Alcañiz (Teruel) al platero Claudio Iennequi en 1613 aunque, desgraciadamente, desapareció en la Guerra de Independencia9.

Sin embargo, es en Zaragoza donde podemos rastrear con una mayor antigüedad esta devoción. El uso de su bandera demuestra que en 1443 la imagen del Ángel Custodio ya se vinculaba al consistorio de la capital10. La primera procesión documentada data del 20 de junio de 1450. Los jurados convocaron a hombres, mujeres y niños en las casas consistoriales y la plaza de la Seo para participar en una comitiva con destino al convento del Carmen, bajo pena de cinco sueldos a aquellos que no se presentaran. También se amonestaría a quienes no limpiasen la fachada de su casa si la procesión pasaba por delante11. La documentación municipal informa en los años sucesivos de la adquisición de “junco y rama”12, que en los contextos festivos se colocaba en las calles y en el altar del titular para confeccionar un palio. Por último, también se localizan partidas correspondientes al pago de diversos músicos, “tanyedores de harpa”, “tanborinos”, “cantores” y “trompetas” que solemnizaban la procesión con su música13.

La fiesta del Ángel Custodio se instituyó en la catedral de Zaragoza el 23 de septiembre de 1493, cuando ya era una de las festividades preeminentes de la ciudad14. Los diversos ceremoniales catedralicios y municipales que dan cuenta de esta celebración hasta el siglo XVIII, junto con la documentación del concejo, permiten conocer en detalle cómo se llevaba a cabo.

La celebración había de contar con unas vísperas el día anterior, sábado, en las que los concejales asistían a la catedral, antesala de las dos grandes ceremonias de la jornada siguiente. La primera de ellas era una procesión que partía de la Seo encabezada por los racioneros, a quien seguía el estandarte del Ángel portado por el jurado quinto de la ciudad. Del astil partían cuatro cordones de seda, dos delante y dos detrás, sujetados por cuatro hombres preeminentes. Estos iban acompañados por los canónigos de la Seo y también se invitaba a participar a las parroquias, mientras las órdenes tenían restringida su presencia15. Como hemos indicado, la procesión contaba tradicionalmente con un nutrido grupo de músicos, hecho que se acentuó a partir de 1506 con la creación de la cofradía del Ángel Custodio de músicos y cantores. Sus miembros se comprometieron a confeccionar “historias, carros y otras semejantes cosas”16, tal y como se había popularizado en otros acontecimientos de carácter cívico.

Una vez la comitiva retornaba a la catedral, un portero o el mismo jurado quinto llevaba la bandera hasta un lateral del altar mayor y empezaba la misa solemne. Para su celebración se utilizaban algunas de las jocalias más importantes de la sacristía, como los blandones o hacheros mayores, sobre los que se colocaban dos grandes cirios. El altar se ornamentaba con siete candeleros y, en medio de ellos, los bustos de san Vicente y san Lorenzo flanqueando una representación del Ángel Custodio17. Además, en el presbiterio se cubría todo el suelo con alfombras. Tras la celebración del oficio, en el que tenían un gran papel el órgano y el coro, tomaba partido un predicador financiado por la ciudad18.

Hasta finales del siglo XVI estos festejos se celebraban el primer domingo después de la octava de San Pedro y San Pablo, es decir, en julio, una fecha similar a la que se utilizaba en Valencia y que sigue vigente en Teruel. En 1588 se planteó mudar la fiesta al primer domingo de septiembre “porque en esse tiempo ay grandes calores y la procession [es] larga y trabajosa [...] y tambien porque venian los jurados con mucha musica y las vispras se decian de la feria del sabado con salmodia y otras veces a fabordon y parecia muy mal que esta fiesta tan principal de la ciudad se hiciese con tan poca solemnidad”19. La traslación se confirmó mediante breve enviado por Sixto V en 159120.

Además del ritual catedralicio, las celebraciones del Ángel Custodio como patrón cívico tenían lugar en la capilla del consistorio de Zaragoza, llamado casas de la Ciudad o del Puente, cuya primera mención data de 147921. Allí se velaba su altar la noche del sábado22 y a la mañana siguiente se celebraban “en dicha capilla del angel [...] missas sin cessar en toda la mañana y se tiene musica de cuerda que regocige esta solemnidad”23. En 1528, el maestro organero Gonzalo de Córdoba confeccionó un órgano para la capilla consistorial “por servicio de nuestro Señor Dios y de nuestra Señora veneracion y magnificencia de las festividades del Spiritu Sancto e Angel Custodio de la dicha ciudat” y a mediados del siglo XVII se contrató en diversas ocasiones a los cantores de la Seo de Zaragoza para participar en la misa24.

Por lo tanto, el culto al Ángel Custodio de la ciudad de Zaragoza, que se inicia en el siglo XV y llega hasta la segunda mitad del XVIII, tiene como principales espacios cultuales las casas consistoriales y, en ocasión de su festividad anual, la catedral. De esta manera, ambas instituciones se nutrirán de imágenes del protector ciudadano de manera paralela al desarrollo de los festejos que hemos descrito.

2. Precisiones acerca de la localización del Ángel Custodio de Pere Joan y otras efigies angélicas del antiguo concejo de Zaragoza

El Ángel Custodio del Museo de Zaragoza, atribuido al catalán Pere Joan, es una escultura de alabastro que conserva buena parte de su policromía [Fig. 2]. La historiografía acepta que la pieza llegó a esta institución procedente de los fondos municipales a inicios del siglo XX, aunque su origen concreto siempre ha suscitado unas dudas que no se han resuelto convenientemente. El escultor representó al ángel en calidad de protector de la ciudad, vestido con armadura y capa a modo de caballero. En su mano izquierda sostiene una filacteria mientras en la derecha, perdida, se cree que empuñaba una espada. Si bien en la iconografía más habitual combina el estoque con una corona, como en la pequeña figura procedente de las casas de la ciudad de Valencia que actualmente se conserva en palacio Català de Valeriola25, encontramos otros ejemplos similares como el ángel situado sobre la entrada de la Lonja de Palma de Mallorca o, especialmente, el arcángel Rafael de Pere Ça Anglada que corona la puerta principal de la fachada gótica del consistorio de Barcelona26. Este último no solo comparte con la obra zaragozana la inclusión de la filacteria, sino también la fisionomía y la actitud, cosa que no ha de extrañarnos pues, como hemos indicado, el culto a los arcángeles se sitúa en la base de la promoción al Ángel Custodio.

Las primeras hipótesis sobre la localización original de la obra de Pere Joan la situaban en la puerta del Ángel o del Puente, aunque el relativo buen estado de la pintura indica que estuvo a cubierto de las adversidades meteorológicas. Su atribución al escultor catalán, propuesta acertadamente por Agustín Durán y Sanpere en 193427, nos lleva a relacionarla con el retablo que este confeccionó junto al pintor Pascual Ortoneda para presidir la capilla de las casas del Puente o de la Ciudad alrededor de 1443. El contrato especifica que este mueble combinaba escultura con pintura y que lo presidía una talla en madera que representaba la escena del Pentecostés. El oratorio consistorial de Zaragoza estaba bajo la advocación del Espíritu Santo, pues a este se encomendaban los concejales para que les permitiera tomar las decisiones más acertadas.

Se ha planteado que, tras la finalización de esta obra hoy en día perdida, Pere Joan habría aceptado un segundo encargo por parte de los patronos del Ángel Custodio para hacer un retablo pétreo en un altar lateral28. La parte posterior de la escultura del Museo de Zaragoza, ahuecada y sin trabajar, indica que originalmente estaría adosada a un muro. El compromiso situaría su realización entre 1443 y 1448, año en que el artista abandonó la ciudad de Zaragoza, y la constituye como el vestigio más antiguo que ha sobrevivido de este culto angélico en la ciudad.

No podemos refrendar documentalmente la existencia de una capilla bajo esta advocación por aquellos años, pero otras urbes de la Corona de Aragón sí contaban con ella. Ya nos hemos referido a las pinturas ejecutadas en el Consejo Secreto de la Sala del Consell de Valencia29, a las que debemos sumar el altar que fundó el consistorio de Tortosa en 1444, mientras que en Barcelona se emplazó el espacio de culto junto a una de las puertas de la ciudad, la porta dels Orbs, posteriormente conocida como de l’Àngel30.

Sin embargo, podemos afirmar que en el periodo de ejecución de la escultura de Pere Joan ya se identificaba al Ángel Custodio con la protección de la ciudad de Zaragoza. De hecho, la primera mención la encontramos en el mismo año 1443, cuando el concejo empleaba un estandarte de tafetán rojo con su efigie31. De 1450 data el primer pregón de una procesión dedicada al “Angel Custodi per tal que el conserve mediant la gracia divinal dita ciudat de Çaragoça et evite de aquella toda pidimia et mal tiempo”. Sin embargo, no se convocaba a los fieles en las casas del Puente, sino que el recorrido partía de la Seo en dirección al convento del Carmen32. Debemos esperar al año 1479 para hallar una referencia expresa a la celebración de su fiesta en “la capilla de las casas del Puent”33, momento en el que podemos asegurar que ya contaba con un espacio propio.

Por otra parte, el primer dato que asegura la existencia de un mueble presidiendo dicho altar lo encontramos en un inventario fechado en 1496 donde se hace referencia a un “retavlo del angel custodio”34. Si bien es cierto que entre la confección de la escultura de Pere Joan y esta referencia hay medio siglo de separación, la posterior vinculación que la obra mantendrá con las dependencias municipales la relaciona con el espacio ciudadano de Zaragoza. La fundación de la cofradía del Ángel Custodio de Zaragoza, de cantores y músicos, celebrada en 1506 refrenda esta hipótesis35. Se ha propuesto que la escultura pudiera proceder de la catedral, pero la elección de la capilla consistorial por los miembros fundadores de este colectivo, todos clérigos y algunos de ellos adscritos a la Seo, aleja esta posibilidad36.

La localización de la escultura de Pere Joan en el consistorio justifica la creación de un nuevo espacio de culto tras la edificación de la Lonja de Zaragoza37. El traslado pudo producirse ya en 1549, cuando el edificio estaba en un estado de construcción avanzado38. Ese año se llevaron a cabo diversas obras en la capilla, de donde se retiró el rejado y se sustituyó el órgano por uno nuevo39. Por otro lado, al antiguo retablo del Ángel se le reservó un espacio de carácter público en el interior de la Lonja, situado al fondo de la nave central del edificio y enmarcado con una portada ciega que se asimila a un arco triunfal coronado por dos angelotes con los escudos de la ciudad [Fig. 3]. Se ha atribuido esta obra al mazonero de aljez Francisco de Santacruz40 y su realización en 1551 se explicita en una cartela del propio arco. Ese mismo año, “en quinze de Noviembre [...] se acabò la Fabrica de la Lonja de la Ciudad de Zaragoza [...] y con licencia del Arçobispo Don Hernando de Aragon, se dixo Missa en el Altar del Angel Custodio, à quien està dedicada, como Tutelar de las Republicas, con solemne Oficio, y Sermon, y assistiò el Virrey, y la Ciudad, y mucha gente”41.

La inclusión de un espacio sagrado dedicado al Ángel Custodio en el lugar más preeminente de la Lonja, equiparable a la cabecera de un templo, debió de plantearse desde los primeros planes constructivos. En alguna ocasión se han apuntado los paralelismos que presenta su estructura con la arquitectura religiosa aragonesa, especialmente de la cercana Seo de Zaragoza, carácter que se vería acentuado en el proyecto original de Juan de Sariñena, que contaba con una linterna en el tramo central42. A la derecha del altar se situaba la tabla de depósitos de la ciudad43, por lo que el Ángel se convirtió no solo en el protector físico de la ciudad sino en el garante de que las transacciones realizadas en la Lonja llegaran a buen puerto.

Por otro lado, la capilla consistorial de las casas del Puente quedó bajo la única advocación del Espíritu Santo, presidida por el antiguo mueble de Pere Joan y Pasqual Ortoneda realizado en 1443. El final de la vida útil de este retablo está vinculado a una reforma llevada a cabo entre 1613 y 161544. En aquel momento los ediles decidieron dotar al oratorio de un nuevo altar de estilo romanista que sustituyó de manera definitiva al gótico. Este se ha atribuido a Juan Miguel de Orliens a través de un pago de 11 000 sueldos que recibió de los concejales en 1614 y, de la misma manera que la obra precedente, estaba presidido por la venida del Espíritu Santo45. [Fig. 4]

En esta última intervención en el oratorio también participaron los artistas zaragozanos Bartolomé Martínez y Miguel Pertús, quienes pintaron y doraron la capilla, su armario y su reja. Además, se les encargó que repararan, doraran y policromaran la escultura del Ángel Custodio que presidía el altar de la Lonja. Por todos estos trabajos la pareja de artífices recibió un total de 10 780 sueldos46.

La escultura de Pere Joan no quedó aislada en su capilla, sino que formaba parte de un retablo. En 1610, el portugués Juan Bautista Labaña en su visita a la Lonja encontraba “defronte da porta principal [...] hum altar e retabolo fechado con 2 portas”47. Mucho más detallada es la descripción ofrecida por Antonio Ponz en su Viaje de España (1788):

“En el fondo de la nave del medio hay un altar dedicado al Angel Custodio, de quien hay una estatua. Se cierra con dos puertas en que se ven de muy buen estilo pinturas antiguas que representan a Santa Engracia y sus compañeros, y la venida del Espíritu Santo en una de las hojas, en la otra San Lamberto Labrador y nuestra señora del Pilar”48.

Hemos conseguido identificar una de las tablas que formaban parte de este retablo. Se trata de la venida del Espíritu Santo o Pentecostés [Figs. 5 y 6] comprada en 1951 al coleccionista Andrés Cortés por Emilio Alfaro Lapuerta y que desde 2014 es propiedad del Ayuntamiento de Zaragoza. Se trata de una pieza que indudablemente debió pertenecer ya en origen al concejo pues en su anverso presenta el blasón de la ciudad. Además, según su antiguo propietario “la pintura era mayor anteriormente y se conservan huellas como de haber llevado herrajes, posiblemente para servir de puerta de cerramiento, único destino que justifica el que la tabla aparezca pintada por ambas caras”49.

La escena del Pentecostés, iconografía muy relacionada con el poder municipal, está presidida por la Virgen María entronizada y rodeada de los apóstoles ante un fondo arquitectónico muy sencillo. El estilo renacentista de la pintura, atribuida por el doctor Jesús Criado Mainar al pintor Martín García, la sitúa en la década de 152050. Por lo tanto, no coincide cronológicamente ni con la escultura de Pere Joan ni con la constitución del nuevo espacio de culto. Es posible que el retablo, deteriorado tras casi un siglo de existencia, hubiese sido reestructurado con cuatro nuevas tablas pictóricas a modo de puertas cuando todavía se emplazaba en la capilla consistorial, en el primer cuarto del siglo XVI. Con esta nueva apariencia se habría trasladado a la Lonja alrededor de 1549, donde permanecería durante casi de tres siglos cobijado bajo el gran arco triunfal de aljez.

A finales del siglo XVIII todavía se recordaba que “desde su erección había sido colocada en el la ymagen del Santo Angel patron de la ciudad”. El altar permaneció en esta localización hasta el año 1791, cuando se empezaron a realizar representaciones teatrales en la Lonja. Por resultar indecorosas tales actividades y por no estorbar a la celebración de la fiesta del titular, el retablo se trasladó al oratorio alto del ayuntamiento. Aunque en 1799, con la construcción de un nuevo teatro en la calle del Coso, el Ángel volvió a su emplazamiento51, este episodio es una muestra significativa de que el edificio ya no cumplía su importante función comercial. Los nuevos usos, alternados con periodos de deterioro causados por guerras o por el abandono de las instituciones responsables, harían que careciera de sentido el mantenimiento de un retablo del que se pierde la pista en época contemporánea. Los eruditos e historiadores que realizaron estudios sobre el edificio durante la primera mitad del siglo XX ni siquiera mencionaron su existencia, aunque mantenían el recuerdo de que tal advocación había presidido la Lonja tiempo atrás52.

Por lo tanto, de este altar solo quedan a modo de vestigios la portada ciega de mazonería de aljez, la escultura del titular y la tabla del Pentecostés que formaba parte de las puertas del retablo. Sin embargo, podemos enumerar otras representaciones del Ángel comisionadas por el concejo de Zaragoza. La más citada en las fuentes escritas es la puerta del Puente o del Ángel, situada entre la Diputación del Reino y las casas de la ciudad, frente al puente de Piedra. Como hemos visto en los casos de Valencia y Barcelona, la vinculación del Ángel con las entradas a la ciudad tiene que ver con su faceta protectora.

Aunque el origen del portal se remonte a la fundación romana de Zaragoza, su infraestructura fue renovada en diversas ocasiones, la más relevante en 1492 con motivo de la visita de los Reyes Católicos. El consistorio encargó su ornamentación a Gil Morlanes el Viejo, que labró una pareja de escudos reales y una escultura del Ángel Custodio en calidad de defensor de la ciudad, posteriormente policromada por el pintor Martín Bernat53.

El aspecto que debía ofrecer esta puerta era ciertamente monumental, pues lindaba con algunos de los edificios más importantes de la capital del Reino de Aragón. En esta línea se expresó fray Diego Murillo en 1616, quien indicó que era “notablemente grande y esta sobre ella una figura de marmol del Angel Custodio muy bien labrada que con esto y dos hermosas torres que tiene a los lados de donde se continuan las dichas casas hazen una vistosa y gallarda perspectiva”54, imagen que coincide con la vista de Zaragoza de Martínez del Mazo [Fig. 7]. Desgraciadamente perdemos la pista de esta escultura durante los Sitios de Zaragoza, pues fue retirada para colocar dos cañones. La puerta, muy dañada durante este conflicto bélico, fue derruida y reconstruida en 1820,55 para ser definitivamente suprimida en la década de 1860.

Una tercera y última imagen que poseía el Concejo de Zaragoza era el estandarte que se llevaba en las procesiones y otras celebraciones religiosas. De tafetán rojo y con el Ángel Custodio pintado, se utilizaba desde al menos 1443 y protagonizaba sus festividades56. El Ayuntamiento de Zaragoza sigue conservando un pendón con su efigie que data del siglo XIX. [Fig. 8]

3. El Ángel Custodio bajo el mecenazgo del canónigo Agustín Pérez (doc. 1568-1588)

La relación de la Seo de Zaragoza con el culto al Ángel Custodio se remonta a 1493, cuando se instituyó su fiesta en la catedral. Una segunda vía de entrada de la devoción surgió en 1506 con la creación de la cofradía de músicos. Entre sus miembros fundadores estaban Joan Ximénez y mosén Johan Picart, capiscoles de la Seo, y mosén Salvador, racionero del mismo templo57. También hemos localizado el testamento del obispo Alonso Gregorio, quien contaba entre sus santos protectores al Ángel Custodio58.

No obstante, entre todos ellos destaca Agustín Pérez por su contribución a la promoción de su culto. Natural de la localidad de Hecho (Huesca), se había graduado como jurista cuando fue nombrado canónigo el 10 de noviembre de 1568 por el arzobispo de Zaragoza, Hernando de Aragón. No tenemos nuevas noticias hasta el fallecimiento de este prelado en 1575, que dejó la sede vacante durante más de dos años, momento en el que fue nombrado juez de causas consistoriales59. En 1579 ya era el canónigo más antiguo de la catedral60, experiencia que le valió para ser nombrado rector de la Universidad de Zaragoza entre 1586 y 158761 y diputado del Reino en aquellos mismos años62.

La última noticia que hemos localizado sobre Agustín Pérez data de 1588. Se trata de una de las reuniones que convocó el cabildo de Zaragoza para la traslación de las fiestas del Ángel Custodio, donde fue consignado como uno de los encargados de comunicar la opinión de los capitulares al consistorio.63 Sin embargo, su vinculación con esta advocación protectora data de más de una década atrás.

El canónigo ya debía sentir una verdadera devoción por la figura del Ángel el 1 de octubre de 1573, cuando firmó con el pintor Jerónimo Cosida la capitulación de un retablo bajo su advocación que presidiría la capilla que tenía en la iglesia de Hecho. Aunque esta obra se ha perdido, el contrato nos permite conocer la iconografía y reconstruir parte de su aspecto. El mueble debía contar con una imagen de bulto del titular en la parte central, caso único entre los retablos de capilla ejecutados por Cósida. Situada en una hornacina con su bóveda en forma de venera, debía estar dorada, pintada, estofada y encarnada “de muy buenos colores”. Además, en el ático se representaba la escena de Pentecostés64. En ambos casos podría tratarse de referencias al retablo de la Lonja, que combinaba la imagen escultórica central con las puertas pintadas, entre la que encontramos la venida del Espíritu Santo.

Rodeando la imagen central había diversas tablas de pincel. En el lado del Evangelio el artista debía representar a San Juan Bautista y, en el de la Epístola, a Santa Lucía. Sobre las calles laterales se situarían dos tondos con las efigies de San Pablo y San Pedro. En el banco, de izquierda a derecha, Santa Orosia, Santa Juliana, en medio la Piedad o “Transfixo”, Santa Apolonia y Santa Ágata.

La mazonería de esta pieza sería de pino blanco policromado y dorado con “oro fino de ducados”, y contaba con un lenguaje de total influencia clásica con “los frontespiçios con armas del dicho señor canonigo, […] las cornixas, y los frissos y los alquitrabes y los menbretos y los resaltos, y las columnas con sus capiteles y bassas de tres tercios”. Finalmente, debajo de cada una de las columnas figurarían los cuatro Padres de la Iglesia Latina: San Gregorio, San Agustín, San Jerónimo y San Ambrosio. El artista recibió cuatro mil sueldos, que liquidó en septiembre del siguiente año65.

El encargo de este retablo acerca el mecenazgo de Agustín Pérez al de Hernando de Aragón. El prelado, así como su círculo cercano, confió en el talento de Jerónimo Cosida en numerosas ocasiones para obras como las trazas de la capilla de San Benito de la Seo, el diseño del retablo y los sepulcros de la de San Bernardo en el mismo templo o el retablo mayor de la cartuja de Nuestra Señora de Aula Dei66.

Quince años después Agustín Pérez financió una nueva pieza dedicada al Ángel Custodio. Se trata de la donación de una imagen argéntea de setenta centímetros de alto y con punzón de Zaragoza a la Seo de esta ciudad en 158867. [Figs. 9 y 10] El ángel porta una espada y una corona, siguiendo la iconografía más habitual, y está parcialmente sobredorado. Va vestido con túnica y una capa pluvial abrochada por “una piedra azul grande falsa”, acompañada de otras trece que la adornan68. El relieve de brocado de esta prenda presenta unas flores de lis que encontramos en otras creaciones de talleres aragoneses de la segunda mitad del XVI como el busto de San Pedro de Ayerbe o el de San Blas de la parroquia de San Pablo de Zaragoza, ambos realizados a inicios de la década de 1560.

La donación de Agustín Pérez se produce el mismo año que la traslación de la festividad del Ángel Custodio a septiembre para conseguir una mayor solemnidad y comodidad. Por ello, el canónigo también instituyó una fundación de 427 sueldos anuales dedicados a pagar a los asistentes a la procesión, a los portadores del Ángel en su peana, para comprar cuatro hachas y para dotar diversas misas y aniversarios y así celebrarlo “con la mesma solemnidad que el dia de las animas”69. Gracias al canónigo Pascual Mandura sabemos que Agustín Pérez firmó con los jurados de la ciudad una capitulación en la que se permitía que la imagen de plata encabezase la procesión anual, por delante del pendón de la ciudad.

Este pacto se cumplió los primeros tres años, pero en 1591 los jurados decidieron que “havia de ir delante el estendarte y el angel de su estendarte detras [...] porque la procession era de la ciudad y havia salido siempre assi”. Las dos instituciones no llegaron a ningún acuerdo, por lo que la Seo se limitó a celebrar la misa solemne, sin participar en la procesión. La ciudad no recibió bien esta decisión, por lo que al año siguiente “por bien de paz se acordo que fuesse el angel custodio detras y que lo llebasse un clerigo sin peana como quien lleva una reliquia”. Sin embargo, fueron varios canónigos de la Seo los que no quedaron satisfechos con la posición que había adquirido su pieza.

En 1593 hubo nuevos cambios, pues se acordó que el ángel de plata se quedara en el altar para que el estandarte de la ciudad fuera solo, pues “parecia cosa superflua ir en una procession dos figuras de un mesmo angel como lo pareciera iendo dos cabezas de sant Valero, o dos de Santa Anna”. El cabildo participó en la comitiva con “el portapaz de la reliquia de Nuestra Señora”. Pese a algunos conflictos posteriores, esta fue la manera en que se desarrolló la ceremonia a partir de ese momento70.

No obstante, Agustín Pérez también quiso que su ángel participara en el Corpus Christi71. En esta festividad, las “cabezas” de todas las parroquias y religiones de la ciudad salían en procesión, colocadas tras las cruces de la Seo y el Pilar y antes del Santísimo Sacramento en su custodia. Pérez exigió que su escultura de plata presidiese esa parte de la comitiva, que tradicionalmente se había ordenado desde la pieza más nueva a las dos más antiguas: los bustos de Santa Ana, del Pilar, y de San Valero, de la Seo72. De esta manera, cada vez que se incorporaban nuevas piezas a la procesión se debía pedir permiso al capítulo catedralicio. Por ejemplo, los Agustinos de Zaragoza ingresaron los bustos de Santa Quiteria y San Guillermo tras “la cabeza del Angel de la Guarda” en 1601; y en 1607 la parroquia de la Magdalena pidió permiso para procesionar el de su titular tras esta misma figura73. Por lo tanto, este acabó siendo el único uso procesional de la imagen, que en su festividad titular se limitó a presidir el espacio central del altar mayor.

4. Conclusión

La expansión del culto al Ángel Custodio, si atendemos a los documentos más antiguos conservados, alcanzó Zaragoza en la década de 1440. Esta recepción sería algo tardía en comparación con otras ciudades de la Corona como Barcelona o Palma de Mallorca, donde se produjo en la primera década de la centuria. Sin embargo, la capital aragonesa participaría con la misma intensidad en los festejos dedicados a esta figura protectora.

Todavía conocemos pocos detalles del altar que se le dedicó al Ángel en las casas del Puente, del que hemos presentado la escultura de Pere Joan y, posteriormente, la tabla del Pentecostés como únicos vestigios. Estos, trasladados al espacio más privilegiado de la Lonja en los años centrales del siglo XVI, formaban parte de un retablo que compartían con otras pinturas que representaban cultos locales como la Virgen del Pilar, santa Engracia y san Lamberto, obras no localizadas que debían compartir el estilo renacentista de Martín García.

En cualquier caso, la vinculación del Ángel Custodio con el poder municipal entró en conflicto con la devoción de Agustín Pérez, demostrando que las festividades, las representaciones artísticas y los usos religiosos pueden encontrarse en el centro de las luchas de poder. Como miembro del cabildo de la Seo, Pérez favoreció el culto angélico originando disputas que enrarecieron las celebraciones durante varios años.

Bibliografía

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1 HADZIIOSSIF, Jacqueline, “L’Ange Custode de Valence”, en La religion civique à l’époque médiévale et moderne (chrétienté et islam), Rome, École Française de Rome, 1995, pp. 135-152.

2 HADZIIOSSIF, Jacqueline, “L’Ange Custode de...”, pp. 135-152; LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en la Corona de Aragón en la Baja Edad Media”, en ESTEBAN, Alfonso y ÉTIENVRE, Jean-Pierre, Fiestas y liturgia, actas del coloquio celebrado en la Casa de Velázquez, Madrid, Casa de Velázquez, 1988, pp. 249-269; y LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en los reinos de la Corona de Aragón”, Boletín de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Palma de Mallorca, 673 (1971), pp. 147-188.

3 LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en la Corona...”, pp. 249-269.

4 Recopilacion de los Estatutos de la ciudad de Zaragoza por los señores jurados Capitol y Consejo con poder de Concello general confirmados y decretados el primero de Deziembre de 1635, Zaragoza, Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia, 1635, pp. 2-3.

5 MORTE GARCÍA, Carmen, “San Miguel Arcángel”, en Aragón y la pintura del Renacimiento, Zaragoza, Museo e Instituto Camón Aznar, 1990, pp. 94-95.

6 CRIADO MAINAR, Jesús, Las artes plásticas del Segundo Renacimiento en Aragón. Pintura y Escultura 1540-1580, Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses, Institución Fernando el Católico, 1996, pp.348-358; CRIADO MAINAR, Jesús, La escultura romanista en la comarca de la Comunidad de Calatayud y su área de influencia 1589-1639, Calatayud, Centro de Estudios Bilbilitanos, Institución Fernando el Católico, 2013, pp. 35-37; y MORTE GARCÍA, Carmen, “Juan de Anchieta y la capilla de la Trinidad de la catedral de Jaca”, en FÉLIX MÉNDEZ, José, La capilla de la Trinidad de la catedral de Jaca. Restauración 2002, Zaragoza, Diputación General de Aragón, Caja Inmaculada y Obispado de Jaca, 2002, pp. 11-71.

7 LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en la Corona...”, pp. 249-269; ROYO GARCÍA, Juan Ramón, “Las cofradías de Caspe a fines del siglo XVI (II)”, Cuadernos de Estudios Caspolinos, 20 (1994), pp. 213-248; y ROYO GARCÍA, Juan Ramón, “Fiestas y procesiones en Alcañiz en 1589, según el Dr. Cristóbal Colón, prior de su colegiata”, Teruel: revista del Instituto de Estudios Turolenses, 87-2 (1999), pp. 79-93.

8 CRIADO MAINAR, Jesús, La escultura romanista en Tarazona, 1585-1630, Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses, Institución Fernando el Católico, 2020, pp. 241-256.

9 Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Zaragoza [en adelante, AHPNZ], Pedro Sánchez del Castellar, 1613, ff. 1001 v-1002 r, (Zaragoza, 11-VII-1613). Consultado en VELASCO DE LA PEÑA, Esperanza, “Las artes en Aragón en el siglo XVII según el Archivo de Protocolos Notariales de Zaragoza. De 1613 a 1615”, en BRUÑÉN IBÁÑEZ, Ana Isabel; JULVE LARRAZ, Luis y VELASCO DE LA PEÑA, Esperanza. (coords. y eds.), Las artes en Aragón en el siglo XVII según el Archivo de Protocolos Notariales de Zaragoza. De 1613 a 1696, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2005, vol. I, p. 66, doc. 1-268 (298); y Archivo Municipal de Alcañiz [en adelante, AMA], Marcello Andrés, 1613-1614, f. 144 v, (Alcañiz, 20-VIII-1613).

10 REDONDO VEINTEMILLAS, Guillermo; MONTANER FRUTOS, Alberto y GARCÍA LÓPEZ, María Cruz, Aragón en sus Escudos y Banderas. Pasado, presente y futuro de la Emblemática territorial aragonesa, Zaragoza, Caja Inmaculada, 2007, pp. 88-89.

11 AMZ, Libros del Concejo, Libros de cridas y pregones, es. 50297, AM 01.05.03, ff. 17 r-17 v. Consultado en LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en los reinos ...”, pp. 147-188, doc. 2; y FALCÓN PÉREZ, María Isabel, “Devociones populares, procesiones e imágenes de santos en la Zaragoza del siglo XV”, Aragonia Sacra, 21 (2011), pp. 171-200.

12 CISNEROS COARASA, Javier (trans.), Actos Comunes de los Jurados de Zaragoza (1440-1496), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1986, pp. 40, 51 y 76, docs. 175, 238, 519 y 520.

13 CISNEROS COARASA, Javier (trans.), Actos Comunes de..., pp. 40, docs. 175; y CALAHORRA, Pedro (coord), Actos Comunes de los Jurados de Zaragoza (1500-1672), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2000, p. 17, doc. 37.

14 Recopilacion de los Estatutos..., pp. 2-3.

15 ESPAÑOL, Martín, Memorial de las cosas ordinarias que deben hacer los jurados de Zaragoza en cada uno de los meses del año, (MS. Archivo Municipal de Zaragoza, 122-9), 1622 y ss., ff. 37 v-38 v; VIDAL, Lamberto, Políticas ceremonias de la imperial ciudad de Zaragoza, Zaragoza, Pasqual Bueno, 1717, pp. 39-41; SERRANO MARTÍN, Eliseo, Tradiciones festivas zaragozanas, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 1981, pp. 233-236; MIGUEL GARCÍA, Isidoro y ANDRÉS CASABÓN, Jorge, El ceremonial cesaraugustano del canónigo Pascual Mandura (1579- †1604), Oviedo, Asociación de Archiveros de la Iglesia de España, 2015, pp. 59-60.

16 ROYO GARCÍA, Juan Ramón, “Ordinaciones de la Cofradía del Ángel Custodio de Zaragoza de cantores y músicos (1506)”, Nassarre: Revista aragonesa de musicología, 23/1 (2007), pp. 129-138.

17 En 1581 los jurados de la ciudad de Zaragoza se comprometieron a entregar 300 sueldos a la Seo con motivo de la celebración de las fiestas del Ángel Custodio y del Espíritu Santo a cambio de que el capítulo catedralicio sacara “tres cabeças con los dos braços de san Valero y San Augustin y algunas otras reliquias como el dia de la Trinidad y sant Juan y hagan enpaliada mayor”. Sin embargo, Pascual Mandura no recoge la utilización de estas reliquias; ESPAÑOL, Martín, Memorial de las cosas..., f. 38 v; MIGUEL GARCÍA, Isidoro y ANDRÉS CASABÓN, Jorge, El ceremonial cesaraugustano..., p. 59; y Archivo Capitular de la Seo de Zaragoza [en adelante, ACSZ], Actas capitulares, 1568-1592, f. 137 v, (Zaragoza, 7-VII-1581).

18 ESPAÑOL, Martín, Memorial de las cosas..., f. 38 v; y MIGUEL GARCÍA, Isidoro y ANDRÉS CASABÓN, Jorge, El ceremonial cesaraugustano..., p. 59. Sin embargo, en 1631 el cabildo decidió “que predique el predicador que tiene dispuesto la iglesia y no de la ciudad, que este no se admita por ningun caso si lo trageren los jurados”; ACSZ, Actas capitulares, 1630-1638, f. 36 r, (Zaragoza, 22-XI-1631).

19 MIGUEL GARCÍA, Isidoro y ANDRÉS CASABÓN, Jorge, El ceremonial cesaraugustano..., p. 59. Las actas capitulares de la Seo también arrojan luz sobre este proceso; ACSZ, Actas capitulares, 1568-1592, f. 81 r, (Zaragoza, 19-III-1588); ACSZ, Actas capitulares, 1568-1592, f. 83 r, (Zaragoza, 30-V-1588); ACSZ, Actas capitulares, 1568-1592, f. 83 v, (Zaragoza, 23-VI-1588); y ACSZ, Actas capitulares, 1568-1592, ff. 98 v-99 r, (Zaragoza, 20-VI-1590).

20 ACSZ, Armario de privilegios, letra M, caja 40, ff. 372 v-376 r; SERRANO MARTÍN, Eliseo, Tradiciones festivas zaragozanas..., p. 233.

21 LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en los reinos...”, p. 163; y Recopilacion de los Estatutos..., pp. 1-2.

22 CALAHORRA, Pedro (coord), Actos Comunes de..., p. 17, doc. 37.

23 VIDAL, Lamberto, Políticas ceremonias de..., p. 41.

24 CALAHORRA, Pedro (coord), Actos Comunes de..., pp. 28, 95-96 y 97, docs. 88, 337 y 346.

25 IBORRA BERNAD, Federico, “El incendio de 1586 y la nueva fachada renacentista de la antigua casa de la ciudad de Valencia”, Ars Longa, 23 (2014), pp. 113-130, nota 76.

26 LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en los reinos ...”, pp. 165-167; TERÉS I TOMÀS, Rosa, Pere ça Anglada: introducció de l’estil internacional en l’escultura catalana, Barcelona, Artestudi, 1987, pp. 77-84; y VALERO MOLINA, Joan, “Pere Sanglada en el context de l’escultura internacional catalana i europea”, Locvs Amoenvs, 6 (2002-2003), pp. 41-55.

27 Acerca del Ángel Custodio de Pere Joan; GASCÓN DE GOTOR, Anselmo y GASCÓN DE GOTOR, Pedro, Zaragoza Artística, Monumental e histórica, Zaragoza, Ibercaja, 1890-1891 (1993, edición facsímil), vol. II, p. 226; SERRANO Y SANZ, Manuel, “El ángel custodio de Gil Morlanes”, Boletín del Museo Provincial de Bellas Artes, Zaragoza, 3 (1919), pp. 1-3; DURAN I SANPERE, Agustí, Els retaules de pedra, Barcelona, Alpha, 1934, vol. II, p. 58; MANOTE CLIVILLES, María Rosa, Pere Johan (tesis de licenciatura), Barcelona, Universitat de Barcelona, 1973, pp. 154-155; BELTRÁN LLORIS, Miguel, Museo de Zaragoza: Sección de Arqueología y Bellas Artes, Zaragoza, Ministerio de Educación y Ciencia, 1976, p. 162; JANKE, R. Steven, “Observaciones sobre Pere Johan”, Seminario de Arte Aragonés, 34 (1984), pp. 111-121; MANOTE CLIVILLES, María Rosa, L’escultura gótica de la primera meitat del segle XV a la Corona d’Aragó: Pere Joan i Guillem Sagrera (tesis doctoral), Barcelona, Universitat de Barcelona, 1994, pp. 243-250; LACARRA DUCAY, María del Carmen, El retablo Mayor de San Salvador de Zaragoza, Zaragoza, Librería General, 2000, pp. 61-75; MANOTE CLIVILLES, María Rosa, “El Ángel Custodio, una escultura de Pere Johan en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza. Hipótesis sobre su procedencia”, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, 84 (2001), pp. 127-134; LACARRA DUCAY, María del Carmen, Arte Gótico en el Museo de Zaragoza, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 2001, pp. 5-8; LACARRA DUCAY, María del Carmen, “Pere Joan, Ángel Custodio de la ciudad de Zaragoza”, en MORTE GARCÍA, Carmen (dir.), El esplendor del Renacimiento en Aragón, Zaragoza, Gobierno de Aragón, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Generalitat Valenciana, 2009, p. 132; VELASCO GONZÁLEZ, Alberto, “‘Para que sus deliberaciones y consejos no vayan herrados sino acertados‘. Gonzalo de la Caballería y el retablo de la capilla del Concejo de Zaragoza (1443)”, Tvriaso, 22 (2014-2015), pp. 295-340.

28 VELASCO GONZÁLEZ, Alberto, “‘Para que sus...”, pp. 321 y 333.

29 VELASCO GONZÁLEZ, Alberto, “‘Para que sus...”, p. 333, nota 129; VIDAL BELTRÁN, Eliseo, Valencia en la época de Juan I, Valencia, Universidad de Valencia, 1974, pp. 105-106.

30 LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en la Corona...”, pp. 249-269.

31 REDONDO VEINTEMILLAS, Guillermo; MONTANER FRUTOS, Alberto y GARCÍA LÓPEZ, María Cruz, Aragón en sus Escudos..., pp. 89-90.

32 AMZ, Libros del Concejo, Libros de cridas y pregones, es. 50297, AM 01.05.03, ff. 17r-17 v. Consultado en LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en los reinos...”, pp. 147-188, doc. 2; y MELÓN JUNCOSA, Inmaculada, “Procesiones y religión cívica en Zaragoza. Los pregones del concejo entre 1450 y 1500”, Aragón en la Edad Media, 28 (2017), pp. 91-140.

33 Se refiere a la capilla consistorial y no a la iglesia de San Juan del Puente como se ha afirmado en LLOMPART, Gabriel, “El Ángel Custodio en los reinos...”, p. 163.

34 PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, La imprenta de los incunables de Zaragoza y el comercio internacional del libro a finales del siglo XV, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2008, p. 739, doc. 298.

35 ROYO GARCÍA, Juan Ramón, “Ordinaciones de la Cofradía...”, pp. 129-140.

36 MANOTE CLIVILLES, María Rosa, “El Ángel Custodio...”, p. 130.

37 La identificación del Ángel Custodio del Museo de Zaragoza con el altar de la Lonja se propuso por primera vez en GASCÓN DE GOTOR, Anselmo, “La lonja de Zaragoza”, Mvsevm, 6 (1918), pp. 55-67. También se ha apuntado en MANOTE CLIVILLES, María Rosa, “El Ángel Custodio...”, p. 131.

38 GÓMEZ URDÁÑEZ, Carmen, “La Lonja de Zaragoza (1541-1551), en contexto”, en BERNAUS, Magdalena y DOMENGE, Joan, Les llotges comercials a la Corona d’Aragó (s. XIV-XVI), Palermo, Edizioni Caracol, 2005, pp. 145-176.

39 VELASCO GONZÁLEZ, Alberto, “‘Para que sus...”, p. 307; CALAHORRA, Pedro (coord), Actos Comunes de..., pp. 37 y 41, docs. 131 y 145.

40 CRIADO MAINAR, Jesús y IBÁÑEZ FERNÁNDEZ, Javier, “Francisco Santa Cruz (1526-1571), mazonero de aljez”, Artigrama, 17 (2002), pp. 223-273, espec. 245; GÓMEZ URDÁÑEZ, Carmen, “La Lonja de...”, p. 175, nota 182.

41 PANZANO IBÁÑEZ DE AOYZ, Joseph Lupercio, Anales de Aragon desde el año de mil quinientos y quarenta del nacimiento de Nuestro Redentor, hasta el año mil quinientos cinquenta y ocho, en que muriò el maximo fortissimo emperador Carlos V, Zaragoza, Pasqual Bueno, 1705, p. 408.

42 IBÁÑEZ FERNÁNDEZ, Javier, Los cimborrios aragoneses del siglo XVI, Zaragoza, Centro de Estudios Turiasoneses, Institución Fernando el Católico, 2006, p. 28; y GÓMEZ URDÁÑEZ, Carmen, “La Lonja de...”, p. 160.

43 LABAÑA, Juan Bautista, Itinerario del Reino de Aragón, Zaragoza, Excelentísima Diputación Provincial de Zaragoza, 1895, p. 6.

44 GÓMEZ URDÁÑEZ, Carmen, “La Lonja de...”, p. 170, nota 40.

45 CRIADO MAINAR, Jesús y CANTOS MARTÍNEZ, Olga, El retablo mayor de la catedral de Tarazona, 1605-1614, Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses, 2015, pp. 49-53.

46 AHPNZ, Francisco Morel, 1615, ff. 1431 r-1432 r, (Zaragoza, 18-IX-1615). Consultado en VELASCO DE LA PEÑA, Esperanza, “Las artes en Aragón...”, p. 315, doc. 1-1538(1680); AHPNZ, Francisco Morel, 1615, ff. 1797 v-1798 r, (Zaragoza, 2-XII-1615). Consultado en VELASCO DE LA PEÑA, Esperanza, “Las artes en Aragón...”, p. 334, doc. 1-1647(1801); y AHPNZ, Francisco Morel, 1615, ff. 1798 r-1799 v, (Zaragoza, 2-XII-1615). Consultado en VELASCO DE LA PEÑA, Esperanza, “Las artes en Aragón...”, p. 334, doc. 1-1648(1802).

47 LABAÑA, Juan Bautista, Itinerario del Reino..., p. 6.

48 PONZ, Antonio, Viage de España, Madrid, viuda de Ibarra, 1788, t. XV, p. 78.

49 ALFARO LAPUERTA, Emilio, El capitol y concello de la ciudad de Çaragoça bajo protección del Spiritu Santo, Zaragoza, Librería General, 1951, pp. 10 y 29-30.

50 CRIADO MAINAR, Jesús, Informe acerca de una pintura del blasón de Zaragoza, de hacia 1520, obra de Martín García, informe realizado por petición del Área de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza [s. f., pero 2015]. Agradezco al autor que me haya facilitado este texto no publicado.

51 SAN VICENTE, Ángel, Años artísticos de Zaragoza, 1782-1833, sacados de los años políticos e históricos que escribía Faustino Casamayor, alguacil de la misma ciudad, Zaragoza, Ibercaja, 1991, pp. 69 y 123-125.

52 GASCÓN DE GOTOR, Anselmo, “La lonja de...”, pp. 57-58, CAMÓN AZNAR, José, “La Lonja de Zaragoza: sus constructores”, Revista Zurita, I/2 (1933), pp. 121-136.

53 CUARTERO ARINA, Raquel y BOLEA ROBRES, Chusé, Antiguas puertas de Zaragoza, Zaragoza, Institución Fernando El Católico, 2013, p. 42; IBÁÑEZ FERNÁNDEZ, Javier, “Nexos de comunicación urbana en Zaragoza. Los puentes sobre el Ebro en el Quinientos, tratadística de ingeniería y práctica constructiva”, Artigrama, 15 (2000), pp. 61-104; GASCÓN DE GOTOR, Anselmo y GASCÓN DE GOTOR, Pedro, Zaragoza Artística, Monumental..., p. 226; y SERRANO Y SANZ, Manuel, “El ángel custodio...”, pp. 1-3.

54 MURILLO, Diego, Fundacion milagrosa de la capilla angelica y apostolica de la madre de Dios del Pilar, y excellencias de la imperial ciudad de Çaragoça, Barcelona, Sebastián Matevad, 1616, p. 18.

55 SAN VICENTE, Ángel, Años artísticos de Zaragoza..., pp. 175 y 275.

56 REDONDO VEINTEMILLAS, Guillermo; MONTANER FRUTOS, Alberto y GARCÍA LÓPEZ, María Cruz, Aragón en sus Escudos..., pp. 89-90.

57 ROYO GARCÍA, Juan Ramón, “Ordinaciones de la...”, p. 133.

58 AHPNZ, Diego Fecet, 1602, ff. 1418 r-1421 v, (Zaragoza, 22-X-1602).

59 HYPAS, Joseph, Canonigos de la Seo de Zaragoza, (MS. Biblioteca Capitular de Zaragoza, 11-13), 1785, f. 107 v.

60 AZNAR RECUENCO, Mar, La figura y patrocinio artístico del Inquisidor y Arzobispo de Zaragoza Andrés Santos (1529 -1585): vínculos y conexiones culturales en los territorios peninsulares en el siglo XVI (tesis doctoral), Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2016, pp. 167, 186, 189 y 295.

61 PEIRÓ, Antonio, “Los rectores de la Universidad de Zaragoza”, en LOMBA, Concha y RÚJULA, Pedro (Eds.), Historia de la Universidad de Zaragoza, Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2016, pp. 505-507.

62 En la Real Sala de la Diputación de Zaragoza había “una cornisa de un cabezal a otro, de hermoso relieve, bien moldada, y de oro bruñido, que dexa a la parte de abaxo espacio de media vara, que es lo alto del contracabezal, y están en el escritas las letras de relieve, y doradas. Los nombres de los Diputados que hicieron dorar y matizar esta tan bien labrada techumbre, el siguiente año que se pusieron los retratos, que fue de mil quinientos ochenta y siete”. Entre ellos estaba “el Doctor Agustín Pérez de Hecho”; BLANCAS, Jerónimo de, Inscripciones latinas a los retratos de los reyes de Sobrarbe, Condes antiguos, y Reyes de Aragón, puestos en la Sala Real de la Diputación de la ciudad de Zaragoça, Zaragoza, Diego Dormer, 1680, s. p. [preludio].

63 ACSZ, Actas capitulares, 1568-1592, f. 83 v, (Zaragoza, 23-VI-1588).

64 CRIADO MAINAR, Jesús, El círculo artístico del pintor Jerónimo Cósida, Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses-Institución “Fernando el Católico”, 1987, pp. 53, nota 96; y 91-94, doc. 19.

65 CRIADO MAINAR, Jesús, El círculo artístico..., pp. 53, nota 96; y 91-94, doc. 19.

66 CRIADO MAINAR, Jesús, El círculo artístico..., pp. 43-57; CRIADO MAINAR, Jesús, “Tradición y renovación en los usos profesionales de los talleres pictóricos zaragozanos del Pleno Renacimiento”, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, L (1992), pp. 5-84, doc. 20; CRIADO MAINAR, Jesús, “La capilla de San Bernardo de la Seo de Zaragoza (1550-1557), mausoleo del arzobispo Hernando de Aragón”, en La capilla de San Bernardo de la Seo de Zaragoza. Restauración 2001, Zaragoza, Instituto del Patrimonio Histórico Español, Diputación General de Aragón, Caja Inmaculada y Cabildo Metropolitano de Zaragoza, 2001, pp. 56-61; y MORTE GARCÍA, Carmen, “Retablo Mayor y Sagrario de la Cartuja de Nuestra Señora de Aula Dei”, en MORTE GARCÍA, Carmen (dir.), El esplendor del..., pp. 251-257.

67 ACSZ, Armario de privilegios, letra M, caja 40, ff. 372 v-376 r; ESTEBAN LORENTE, Juan Francisco, La platería de Zaragoza en los siglos XVII y XVIII, Madrid, Ministerio de Cultura, 1981, t. II, p. 84. Gracias a esta publicación sabemos que en el dorso lleva un escudo con tres peras que suponemos es el del canónigo Agustín Pérez. Pese a que no se nos ha permitido acceder a la pieza, por lo que ha sido imposible realizar un estudio pormenorizado, el Cabildo de Zaragoza nos ha comunicado que la conserva.

68 ACSZ, Inventario de la plata, ornamentos, tapiceria y otras cosas de la sacristia de la santa metropolitana yglessia de la Seo de la çiudad de Caragoça, 1594, p. 8.

69 ACSZ, Actas capitulares, 1568-1592, f. 103 v, (Zaragoza, 18-I-1591).

70 ACSZ, Armario de privilegios, letra M, caja 40, ff. 372 v-376 r.

71 ACSZ, Actas capitulares, 1568-1592, f. 84 v, (Zaragoza, 15-VII-1588).

72 MIGUEL GARCÍA, Isidoro y ANDRÉS CASABÓN, Jorge, El ceremonial cesaraugustano..., p. 96; y CONSTANTE LUNA, Luis Jorge, El Corpus Christi en Zaragoza (siglos XIV-XVI). Arte en torno a la paraliturgia procesional, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2018, pp. 228-240 y 250-255.

73 AHPNZ, Juan Moles, 1601, ff. 523 v-524 v, (Zaragoza, 18-VI-1601); y AHPNZ, Juan Moles, 1607, ff. 610 r-611 v, (Zaragoza, 13-VI-1607).

Fig. 1. Ángel Custodio, retablo de Santa Ana. Atrib. Miguel Ximénez. H. 1485-1505. Iglesia de Santa María, procedente de la ermita de Santa Ana. Tauste (Zaragoza). Fotografía del autor

Fig. 2. Ángel Custodio. Pere Joan. H. 1443-1448. Museo de Zaragoza. Zaragoza. Fotografía del autor

Fig. 3. Portada de la capilla del Ángel Custodio. Atrib. Francisco de Casas. 1551. Lonja. Zaragoza. Fotografía: António Passaporte. Archivo Loty, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte

Fig. 4. Pentecostés. Juan Miguel Orliens. 1614. Ayuntamiento de Zaragoza. Zaragoza. Fotografía: Ayuntamiento de Zaragoza

Fig. 5 izq. Pentecostés. Martín García. H. 1520. Ayuntamiento de Zaragoza. Zaragoza. Fotografía: Ayuntamiento de Zaragoza

Fig. 6 der. Blasón de Zaragoza. Martín García. H. 1520. Ayuntamiento de Zaragoza. Zaragoza. Fotografía: Ayuntamiento de Zaragoza

Fig. 7. Vista de Zaragoza, detalle. Juan Bautista Martínez del Mazo. 1647.

© Museo Nacional del Prado. Madrid

Fig. 8. Pendón del Ángel Custodio. Anónimo. Siglo XIX. Ayuntamiento de Zaragoza. Zaragoza. Fotografía: Ayuntamiento de Zaragoza

Figs. 9 y 10. Ángel Custodio. Taller zaragozano. 1588. Seo de Zaragoza. Zaragoza. Fotografías: © Institut Amatller d’Art Hispànic, im. 05693005 (foto Mas C-20803/1918) e im. 05693006 (foto Mas C-20804/1918)