Patrimonio y literatura. Los defensores de la casa que habitó Cervantes en Valladolid

Heritage and literature. The defenders of the house were Cervantes lived in Valladolid

María del Sagrario Medrano del Pozo

Investigadora independiente

msmedrano@educa.jcyl.es

ORCID: https://orcid.org/0009-0005-7941-6774

Fecha de envío: 8/9/2025. Aceptado: 22/10/2025

Referencia: Santander. Estudios de Patrimonio, 8 (2025), pp. 541-564.

DOI: https://doi.org/10.22429/Euc2025.sep.08.15

ISSN-L e ISSN 2605-4450 (ed. impresa) / ISSN 2605-5317 (digital)

Resumen: Cuatro generaciones de familiares de Miguel de Cervantes residieron en Valladolid en distintos domicilios, de ellos, sólo se ha conservado la casa que habitó en esta ciudad, en 1605, cuando salió a la venta la primera parte de El Quijote. Han sido muchos los valedores de esta vivienda desde que se conoció su existencia: profesores, periodistas y jóvenes universitarios, castellanos, cántabros y vascos, como José Estrañi, santanderino de adopción; intelectuales de distintas procedencias, como el burgalés Mariano Pérez Mínguez o el vallisoletano Narciso Alonso Cortés, hasta que se consiguió su adquisición pública en 1912.

Palabras clave: Patrimonio; Miguel de Cervantes; defensores; estudiantes; Casa de Cervantes.

Abstract: Four generations of Miguel de Cervantes's relatives lived in Valladolid at different addresses. Of these, only the house he lived in in the city in 1605, when the first part of don Quixote went up for sale, has survived. Many have championed this house since its existence became known: professors, journalists, and university students from Castile, Cantabria, and the Basque Country, such as José Estrañi, who was adopted by Santander; intellectuals from various backgrounds, such as Mariano Pérez Mínguez from Burgos and Narciso Alonso Cortés from Valladolid, until its public acquisition in 1912.

Keywords: Heritage; Miguel de Cervantes; students; defenders; House of Cervantes.

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1. Introducción

En cada generación surgen personas que por sus habilidades manuales o intelectuales son capaces de crear productos valorados como obras maestras en su especialidad, siendo lo mejor de su actividad profesional. Sobrepasan a su creador, porque comunican, de una manera diferente y única, ideas que generan nuevas interpretaciones y formas de ver el mundo, abren nuevos horizontes e impulsan nuevos pensamientos. Pueden ser trabajos literarios, artísticos o musicales existiendo una gran variedad de géneros a los que se les puede aplicar esta denominación. Son obras dignas de admiración por las que su autor asciende a un nivel superior y todo lo que ha rodeado su vida será digno de recordar, de mantener en la memoria, de ver, de conservar porque está unido a esa persona excepcional capaz de dejar con su trabajo la percepción de un mundo mejor.

Para evocar su figura surgen los museos en su honor y la herencia recibida ya no se limita a la obra realizada sino, también, a la casa en la que residió, si existe, que tendrá una estima por encima de su valor material, porque recuerda su existencia; a sus objetos personales y todo ello formará un rico legado patrimonial en torno a su persona.

Este trabajo, en el que se unen patrimonio y literatura, expone en primer lugar la información encontrada y menos difundida sobre los inmuebles que utilizaron durante sus estancias en Valladolid Miguel de Cervantes y sus familiares, destacando que, de todos ellos, se conserva el edificio de la Real Chancillería en el que fue juzgado su abuelo Juan y, especialmente, la casa que el escritor habitó en 1605 coincidiendo con su cénit literario y el periodo más brillante de la ciudad. El edificio desde un punto de vista arquitectónico carece de cualidades artísticas pues fue construido con materiales baratos para cumplir con una función práctica, su mérito reside en haber sido el hogar del escritor y llegar al presente sin apenas variaciones respecto a su estado original. Logró sobrevivir al ansia especulativa y a la piqueta, gracias al esfuerzo de quienes apreciaron que era un patrimonio que debía ser conservado y trabajaron para que fuera un bien público y llegara a las generaciones futuras. Los primeros valedores fueron unos jóvenes estudiantes, escritores la mayoría, que alquilaron la casa para darle un destino más acorde a lo que representaba para ellos. En este trabajo se analizará su participación, pues tuvo más trascendencia de la que se le ha dado en los textos posteriores. Por último, apenas es conocida la valiosa intervención del profesor Narciso Alonso Cortés, que trabajó de forma discreta y callada para que, finalmente, se realizara la compra de la vivienda que ocupó Miguel de Cervantes, en Valladolid.

2. Patrimonio literario

El concepto de patrimonio literario resulta aún novedoso y poco utilizado en España, como señala Ítaca Palmer1 si lo comparamos con países como Francia. Es el conjunto de obras literarias, tradiciones y saberes que conforman la memoria e identidad cultural de una comunidad o un país. Esta autora realiza la trayectoria de este término desde los inicios hasta la actualidad. El patrimonio literario une elementos abstractos e intangibles que tienen que ver con las ideas que cada autor aporta en sus textos literarios, con otros elementos concretos, tangibles, relacionados con los recuerdos y legado del autor. Es a través de esos objetos y recuerdos del escritor que evocan su intimidad y vida cotidiana, reunidos en museos o centros de interpretación, como se puede llegar a comprender mejor su obra y sus ideas. La gran importancia del patrimonio literario está en que ayuda tanto en la formación de la identidad individual y colectiva, como en la preservación de la memoria histórica y además es un potente motor educativo para los alumnos y también económico, a través del turismo. La Casa Museo de Cervantes en Valladolid es un ejemplo de ello.

3. Los cervantes y sus residencias en valladolid

De Miguel de Cervantes Saavedra (Fig. 1) poco se puede añadir a lo que ya es de sobra conocido, su creación El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, está considerada la primera novela moderna y es valorada como obra cumbre de la literatura siendo uno de los textos más traducidos a todos los idiomas. Como genio de las letras, lo que ha sido suyo y perdura está considerado como un preciado patrimonio.

Valladolid posee vínculos importantes con Cervantes: fue residencia del escritor en varias ocasiones y ha conservado, como se ha dicho, la casa que habitó durante unos años. En la ciudad nació una de sus hermanas, se pudo casar su hija y vivieron y pernoctaron cuatro generaciones de familiares. En Valladolid se certificó la tasa, se autorizó y se puso a la venta, la primera parte del Quijote y pudo iniciar la segunda parte de esa obra. La ciudad está descrita en obras tan importantes como El casamiento engañoso y El coloquio de los perros, El licenciado Vidriera o La ilustre fregona. También compuso poesías sobre los sucesos de la Corte vallisoletana.

Durante sus permanencias en Valladolid alquilaron diferentes viviendas, dos de ellas están perfectamente documentadas, una en la primera llegada de Cervantes con sus padres, entre 1551 y 1553 y la otra vivienda es la utilizada en la segunda venida a Valladolid, entre 1604 y 1606. Bien pudieran ser cinco las casas que habitó Miguel de Cervantes en la ciudad: dos durante su primera estancia en Valladolid y otras dos o tres, ya adulto, cuando Felipe III se estableció en la ciudad. Los Cervantes también van a pasar por las cárceles vallisoletanas, los textos de los pleitos informan de que fueron a prisión por diferentes motivos y aunque algunos escritores2 indican, erróneamente, que Juan, Rodrigo y Miguel de Cervantes “pasaron por la misma cárcel vallisoletana”, en cuanto al edificio no fue así, cada uno estuvo recluido en un presidio diferente.

3. 1. El licenciado Juan de Cervantes, el abuelo

El primero de los Cervantes que llegó a la ciudad, fue el abuelo paterno, el licenciado en leyes, Juan de Cervantes. En 1532 ingresó en la cárcel vallisoletana, por un pleito entablado contra Martín de Mendoza, el Gitano, hijo natural de Diego Hurtado de Mendoza, duque del Infantado y de María de Cabrera3. Juan de Cervantes había acudido a Guadalajara en 1528 como oidor del Consejo de Diego Hurtado de Mendoza y poco después, Martín, inició una relación amorosa con María de Cervantes hija del licenciado, comprometiéndose, por carta de obligación, a dar para dote y casamiento de María seiscientos mil maravedíes, a entregar en la Navidad de 1531; sin embargo cuando llegó la fecha no quiso pagar y Juan de Cervantes inició, en 1532, el pleito que Narciso Alonso Cortés4, reconocido investigador, encontró y transcribió a principio del siglo XX. En ese documento se dice que María de Cervantes, como fruto de esos amores, tuvo una niña que en honor a su padre recibió el nombre de Martina de Mendoza. El duque del Infantado presionó a los jueces en el asunto del pleito y Juan de Cervantes, velando por su interés apeló a la Real Chancillería de Valladolid. Los del Infantado le acusaron de ser el alcahuete de su hija María y en julio de 1532 entró en la prisión vallisoletana permaneciendo en ella cuatro o cinco días5. Al apelar a la Real Chancillería el pleito pasó a ella y allí fue juzgado. El edificio de la Real Chancillería, estudiado por el profesor Miguel Ángel Zalama6, se conserva muy bien (Fig. 2), mantiene el artesonado de la denominada Sala Rica (Fig. 3), donde se casaron los Reyes Católicos utilizada luego por jueces y oidores. En el siglo XV y XVI, la Real Chancillería, constaba de tres sedes, en edificios diferentes, la primera sede era la Chancillería propiamente dicha, sobre la que Inocencio Cadiñanos7 señala: “Desde 1442, la Chancillería que juzgaba civil y criminalmente, la España al norte del Tajo, se instaló definitivamente en Valladolid”. Desde 1475 estaba asentada en el antiguo palacio de los Vivero que había pasado a manos de los Reyes Católicos. El archivo, segunda sede, ocupaba unas casas próximas y por último, la cárcel fue instalada en otras casas al lado del archivo. Las dos últimas sedes, estaban en muy mal estado, amenazando ruina y cuando la economía del país lo permitió, como eran de alquiler, fueron compradas, derribadas y en el solar se construyó entre 1675 y 1682, el archivo y la cárcel que han llegado hasta nuestros días. Informa también Cadiñanos Bardeci que: “las casas que habían servido para cárcel y archivo eran ocho, seis del convento de San Benito, otra de la catedral y la que hacía de archivo era del mayorazgo de Gaspar de Frías”. La cárcel donde estuvo preso el licenciado Juan de Cervantes, en 1532, tuvo que ser la establecida en esas casas, pues hasta 1682 no se construyó la antigua Cárcel de Chancillería, sede de la Biblioteca Reina Sofía.

Juan de Cervantes, estuvo residiendo en Valladolid, desde agosto hasta finales de 1532, mientras era juzgado por el pleito, aunque se desconoce dónde estaba situada la vivienda que ocupó. Krzysztof Sliwa narra que en agosto llegaron cartas a Guadalajara y “su Señoría se espantó mucho porque le informaron que Cervantes se paseaba por Valladolid y no sabía cómo aquellos alcaldes habían mirado aquel proceso”. El licenciado ganó el pleito y con los seiscientos mil maravedíes regresó a Alcalá de Henares, a finales de 1532.

3. 2. Rodrigo de Cervantes, el padre

Rodrigo de Cervantes, médico cirujano se trasladó a trabajar a Valladolid en 1551, llevando con él a su esposa, doña Leonor de Cortinas; sus hijos, Andrea, Luisa, Miguel y Rodrigo; su madre, doña Leonor de Torreblanca y su hermana María de Cervantes, con Martina de Mendoza, de unos 22 años, prima del escritor. Miguel tendría en esa fecha unos cinco años de edad. En la ciudad nació Magdalena y pudo nacer Juan; se conoce esta primera estancia, por el pleito8 que encontró en Chancillería y transcribió Narciso Alonso Cortés, entre Gregorio Romano y Pero García, vecinos de Valladolid, contra Rodrigo de Cervantes por un préstamo de 44 472 maravedíes que ambos le hicieron en noviembre de 1551 y que no devolvió. Por otro lado, su hermana María alquiló en la ciudad, a Diego de Gormaz, y para todo el año 1552, una casa de dos plantas, la de abajo para la familia de su hermano Rodrigo y la de arriba para ella, su hija Martina y su madre Leonor. Estaba situada en el barrio de Sancti Spíritus, actual Paseo Zorrilla del lado del río y enfrente del convento del Carmen Calzado. El convento fue demolido para construir el Hospital Militar, ahora Consejería de Sanidad. La fecha del contrato de alquiler de la casa es un año posterior a la del préstamo, ambos firmados en Valladolid, por eso se ha escrito que Rodrigo y los suyos vinieron en 1551, pero se desconoce dónde vivió la familia en ese primer año. Esa vivienda inicial pudo ser la misma y renovar el contrato de alquiler o bien ser una casa diferente y ya serían dos las viviendas utilizadas por los Cervantes. Cuando cumplió el plazo no pudieron devolver el préstamo y Gregorio Romano solicitó el embargo y la prisión para Rodrigo hasta que devolviera el dinero, por ello el padre del escritor entró en la cárcel y la familia se mudó al hogar de María, donde nació Magdalena, la hermana de Miguel. Rodrigo apeló a su condición de hijosdalgo que tuvo que probar en Valladolid, Alcalá de Henares y Madrid, saliendo de la cárcel en varias ocasiones entre julio de 1552 y enero de 1553. Rodrigo de Cervantes debió de estar preso en la cárcel de la ciudad que Agapito y Revilla9 situaba en esos años en calle de San Lorenzo, junto a la Casa de la Moneda, y que a principios del s. XVII se trasladó a la calle del Campo, hoy calle Santiago.

El padre de Cervantes, consiguió la declaración de hidalguía y en enero de 1553 fue puesto en libertad, aunque nadie ha encontrado la sentencia. De esa vivienda de Sancti Spíritu no queda ningún vestigio aunque el alquiler del piso se pagó totalmente. No se sabe el tiempo que la familia permaneció aún en Valladolid.

4. Miguel de Cervantes de nuevo en Valladolid

Sobre esta segunda estancia de Miguel de Cervantes en Valladolid existe una abundante bibliografía, por ello se va a hacer una breve referencia al hecho por el que se conoció la casa del Rastro.

Se desconoce cuándo llegó Miguel de Cervantes a Valladolid. Alonso Cortés le situó en la ciudad a primeros de febrero de 1603. Si la familia estaba aposentada ya en esa fecha deberían de haber alquilado otra casa, que sería el tercero de los hogares de Miguel de Cervantes en la ciudad, pues la vivienda de la calle del Rastro, de Juan de las Navas y señalada en el proceso Ezpeleta, aún se estaba construyendo en 160310.

Junto a Miguel, convivieron en el domicilio: su esposa, Catalina de Salazar y Palacios11; su hermana mayor, Andrea de Cervantes, con su hija Constanza de Ovando; su hermana pequeña, Magdalena, vallisoletana de nacimiento e Isabel de Saavedra, la hija del escritor, que pudo casarse en esta ciudad. Será la segunda estancia de Miguel, Andrea y Magdalena. Después se unió una sirvienta, María de Ceballos. En abril de 1605 estando publicado y puesto a la venta en Valladolid la primera parte del Quijote, llegará su cuñado, el presbítero Francisco de Palacios, hermano menor de Catalina, que firmará como testigo de Miguel en la carta de poder que otorgó al librero Robles12.

El 27 de junio de 1605 sucedió en las proximidades de la casa de Cervantes el duelo, tantas veces recordado, en el que el caballero navarro Gaspar de Ezpeleta fue herido de mucha gravedad, siendo auxiliado por Miguel de Cervantes y su vecino, Luis de Garibay. Ezpeleta falleció el día 29 del mismo mes, sin confesar el nombre del que le había herido de muerte. El escribano que firmó el manuscrito del proceso fue Fernando de Velasco. El título que lleva el documento es: Averiguaciones hechas por mandato del señor alcalde Cristóbal de Villarroel sobre las heridas que se dieron a don Gaspar de Ezpeleta, caballero del hábito de Santiago. Secretario Carranza, Relator, el licenciado Alonso de Ávila ( Valladolid 1605)13. La importancia de este documento radica en la información que facilita sobre la familia y vecinos del escritor y, sobre todo, porque en él se indica la calle en la que vivía Miguel de Cervantes. Y aunque injustamente, Miguel de Cervantes, su hija Isabel, su hermana Andrea y su sobrina Constanza, junto a otros vecinos fueron llevados a la cárcel real. Con esta reclusión, los Cervantes encarcelados en Valladolid suman, también, cuatro generaciones: el abuelo Juan, el padre Rodrigo, Miguel el escritor, su hermana Andrea, su sobrina Constanza y su hija Isabel. La cárcel real de la corte a la que fueron enviados Miguel de Cervantes, su familia y vecinos estaba situada, según Juan Agapito y Revilla, en lo que hoy es la calle Santiago, esquina a Montero Calvo:

“El día 13 de agosto de 1603, en Regimiento pleno, el Corregidor hizo relación que por último decreto y acuerdo, estaba mandado y acordado que la cárcel de Corte se mude de las casas de esta ciudad a las del conde de Villamor, que es en la calle del Campo, a la esquina de la calle de Santa María. ¿Sería donde estuvo la posada de la Estrella? Si no fue ésta, se situaría en la otra esquina de la entrada de la calle. Ello parece indudable14”.

Agapito y Revilla informa que se denominaba calle Santiago desde la Plaza Mayor hasta la calle Zúñiga y el otro tramo se llamaba calle del Campo. En 1842 se unificó el nombre de calle Santiago para los dos tramos anteriores.

Se desconoce en qué momento Miguel y su familia marcharon a Madrid. Alonso Cortés, como una conjetura suya, escribe que tras salir de la cárcel los Cervantes pudieron cambiar de domicilio lejos de las murmuraciones de los vecinos, yendo a vivir junto a sus amigos los Garibay, pues Luis de Garibay15 acompañado de su madre y hermano encontró nuevo acomodo en la calle de los Manteros, hoy Mantería. De ser así, en esa calle estaría la quinta residencia de Miguel de Cervantes en Valladolid.

5. El largo recorrido de la casa de Cervantes hasta hoy

El manuscrito del Proceso, se encontró en Valladolid en el Archivo de la Real Chancillería a finales del siglo XVIII, se trasladó al Archivo de la Cárcel de Corte, en Madrid y actualmente está guardado en la cámara fuerte de la Biblioteca de la Real Academia Española. Este valioso documento lo encontró un anónimo investigador siendo publicado parcialmente a principios del s. XIX, por cervantistas, como Pellicer o Navarrete y en 1897 lo transcribió Cristóbal Pérez Pastor16.

Si hoy se pueda visitar la casa que habitó Miguel de Cervantes, entre 1604 y 1606, en Valladolid, se debe a ese descubrimiento y a que, tras la marcha de Felipe III a Madrid, Valladolid sufrió una fortísima crisis económica y por ello no hubo necesidad de arrasar con las viejas casas que construyó Juan de las Navas en 1604, ni otras muchas deterioradas moradas que hasta 1850 seguían en uso. El contexto político y económico en la ciudad hasta mediados del siglo XIX no era propicio para que el desarrollo urbanístico fuera pujante. Respecto al manuscrito, al conocer el texto se quiso saber si seguían en pie las casas del Rastro allí descritas y si se podía encontrar la casa que habitó Cervantes. Señala Fidel Pérez Mínguez17 que si el documento se hubiera descubierto a finales del siglo XIX, se habría llegado tarde y la casa ya no existiría. Localizar esa vivienda no fue tarea fácil, Pérez Mínguez, escribe que en 1819 Navarrete no consiguió dar con ella ni tampoco Matías Sangrador, que en 1851 lo intentó. Fueron muchos los cervantistas que la buscaron y no la encontraron.

5. 1. El descubrimiento de la casa

En el año 1862 se reavivó el interés por descubrir la casa de Cervantes. José Santa María de Hita, catedrático de Economía Política y Legislación Mercantil del Instituto de Segunda Enseñanza18 de Valladolid, nacido en Madrid y de ascendencia riojana fue el cervantista que se tomó este asunto más en serio. Santa María de Hita, que permaneció en Valladolid pocos años, realizó una minuciosa investigación cotejando documentos y escrituras de los propietarios de las casas de esa calle y en el año 1862 designó a la vivienda número 16 en la numeración moderna y 11 en la numeración antigua, como la casa de Cervantes. Tuvo dudas y tras realizar nuevos exámenes en algunas de las viviendas, en el año 1866 señaló con total seguridad y confirmó que la casa número 9 antiguo y 14 moderno era donde había vivido Miguel de Cervantes y su familia entre 1604 y 1605 y acaso hasta su partida a Madrid (Fig. 4). Juan Ortega y Rubio19 explica que la calle del Rastro se componía en su época de once casas señaladas con los números pares del 2 al 22 y las cinco numeradas con el 10,12,14,16,18, tenían el mismo tipo de construcción y antigüedad. Dos veces, en 1845 y en 1862 se cambió la numeración de las casas, por eso se habla de numeración antigua y moderna.

El Ayuntamiento de Valladolid reconoció la casa en 1866 y mandó colocar una placa en la pared exterior del edificio indicando que allí vivió Cervantes. Esos edificios estaban en manos privadas y muy deteriorados aunque a pesar de su mal estado, seguían siendo utilizados como viviendas y locales de alquiler. Los recintos de la planta baja como la taberna habían servido de cuadra, almacén y tienda de artesanos.

6. El rescate de la casa por los estudiantes del Ateneo Literario

Habían transcurrido seis años del descubrimiento y el inmueble volvió otra vez a ser olvidado hasta que unos jóvenes estudiantes universitarios procedentes de la ciudad y del norte de España realizaron el primer intento de salvar la casa, abrirla al público y darle un contenido literario. El distrito universitario de Valladolid20 en 1860 comprendía las provincias de Santander, Burgos, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Palencia y Valladolid. La universidad estaba en Valladolid, con las Facultades de Derecho, que era la que más fama y alumnos recibía, la de Medicina casi recién instaurada, Filosofía y Letras y Ciencias Exactas y a ella acudían, desde los Institutos de Segunda Enseñanza, los alumnos de todas esas provincias. Los primeros valedores, eran casi todos estudiantes de Derecho y participaban como periodistas en la revista El Museo, en pleno Sexenio Revolucionario. Uno de ellos, Emilio Ferrari escribiría, que tras guiar a un visitante inglés hasta la casa de Cervantes y habiendo sufrido una situación bochornosa cuando llegaron a ella21, con poco dinero y mucha ilusión, decidieron, en 1872, arrendar la vivienda, que estaba libre. Firmaron la escritura de alquiler: Emilio Ferrari, Anselmo Salvá, José Estrañi, Fermín Herrán, Albino Madrazo, y quizá, alguno más. Fueron los primeros que se dieron cuenta de la indiferencia y absoluto abandono de la vieja casa cervantina. Se instalaron en ella y fundaron el Ateneo Literario Casa de Cervantes. Como periodistas quisieron dar la máxima notoriedad y publicidad a la inauguración del Ateneo el 2 de junio de 1872 y lo consiguieron. Invitaron a todas las autoridades y ciudadanos a una fiesta literaria en el Círculo Mercantil de la calle Teresa Gil. Para ese acto Salvá escribió un texto sobre Cervantes y el poder regenerador de la literatura, José Estrañi unas quintillas en las que describe, de forma poética, la situación de la casa “cuya gloria irá unida a tu memoria” y Ferrari, declamará varios de sus poemas. La función fue repetida al llegar, en festivo cortejo, a la casa de Cervantes. El Ateneo, según Fidel Pérez Mínguez, llegó a tener unos treinta socios que organizaron veladas literarias para dar dignidad y poner el foco en ese bien patrimonial que estaba abocado a la ruina. Los que aportaron casi todo el dinero del alquiler fueron, Emilio Ferrari y Fermín Herrán, hijos de familias acomodadas, pero con una economía muy endeble consiguieron, con dificultad pagar, además de limpiar y adecentar el hogar del escritor (Fig. 5) durante sólo medio año, aunque abrieron el camino a otros que vendrían después. Los fundadores siguieron escribiendo y ejerciendo el periodismo, con independencia de su profesión y no olvidaron a Cervantes ni al Quijote en sus obras. Mantuvieron intacta su amistad y colaboraron entre ellos con sus textos y en las celebraciones de la Sociedad la Casa de Cervantes que sucedió al Ateneo. De algunos socios se sabe muy poco, como de Eduardo de Ozcáriz y Soriano, que fue oficial de la Administración Militar y director de la revista El Museo, murió joven con 27 años; Ricardo Olóriz era de León; Braulio Piqueras, médico, escritor de poemas y obras de teatro, y Gregorio Villanueva eran vallisoletanos; Lucas Guerra22 fue médico, político, escritor y presidente de la Junta Directiva del Ateneo Literario Casa de Cervantes. Los más relevantes y activos del grupo fueron el secretario Anselmo Salvá y los vocales, Emilio Ferrari, Fermín Herrán, José Estrañi, Albino Alonso Madrazo, Vicente Colorado y Ricardo Macías Picavea, de los que se va a realizar una breve reseña biográfica.

6. 1. Anselmo Salvá Pérez

Anselmo Salvá Pérez23 (1849-1922) nació en Burgos. Al concluir sus estudios en el instituto y tras fallecer su madre, se trasladó a Valladolid con sus tíos maternos, los Pérez Mínguez. Escritor muy precoz, se unirá al grupo de redactores de El Museo y participará activamente en la creación del Ateneo Literario como secretario. Su artículo “Los cervantistas vallisoletanos” gustó mucho y lo publicó El Norte de Castilla, el 2 de mayo de 187224. Colaboró con su tío Mariano Pérez Mínguez, en la Sociedad la Casa de Cervantes, aportando sus poemas. Estudió Filosofía y Letras en Madrid. Fue archivero en Burgos y un gran historiador de la ciudad, además de periodista. Pudo conocer la compra de la casa de Cervantes. Burgos le ha dedicado una céntrica calle.

6. 2. Emilio Pérez Ferrari

Emilio Pérez Ferrari25(1850-1907) era vallisoletano, tenía 22 años cuando comenzó a escribir artículos en la revista El Museo. En 1872 se encargó de la redacción junto a Fermín Herrán, Anselmo Salvá, José Estrañi y Albino Alonso Madrazo y celebraron el 23 de abril de ese año con un monográfico sobre Cervantes y La casa de Cervantes. Fue el principal promotor y pagador del alquilar de la casa de Cervantes y de crear el Ateneo Literario. Licenciado en Derecho y Filosofía y Letras, ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos. Ferrari será reconocido como un gran poeta, aunque también escribió prosa y teatro. En 1874 escribió el drama La muerte de Cervantes junto a Macías Picavea y Álvarez Taladriz y en 1886 una obra teatral Caras y caretas en colaboración con Vicente Colorado, estrenadas ambas en el Teatro Calderón de Valladolid. Fue bibliotecario en la Asociación de Escritores y Artistas. Además de sus obras literarias, siguió con su afición periodística y dirigió en 1874 el periódico titulado La Revista en Valladolid. Se trasladó a Madrid y allí colaboró con periódicos como El Heraldo de Madrid, Barcelona Cómica, La Ilustración española y Americana y varios más. Ocupó el sillón O de la Real Academia de la Lengua, en 1905. Al fallecer su cuerpo se trasladó al Panteón de Personas Ilustres de Valladolid. En esta ciudad, lleva su nombre un Instituto de Educación Secundaria y la calle en la que nació. El Ayuntamiento de Valladolid colocó una lápida con el relieve de su busto en la fachada de su casa en 1911 (Fig. 6).

6. 3. Fermín Herrán Tejada

Fermín Herrán Tejada26 (1852-1908) nació en Salinas de Añana (Álava), hijo de un abogado liberal. En 1868 fue a estudiar a Valladolid y allí se relacionó con otros estudiantes afines a las ideas revolucionarias del momento y con inquietudes literarias. Fue redactor de la revista El Museo y uno de los promotores de la fundación del Ateneo Literario Casa de Cervantes, aportando fondos para el alquiler de la casa. En 1872, se doctoró en Derecho y ese año comenzó la edición de la Biblioteca Escogida de Fermín Herrán, en la que colaboraron, además de su gran amigo Emilio Ferrari, Estrañi, Salvá, Colorado, Orodea y otros muchos amigos, así como escritoras noveles. En Vitoria y Bilbao compaginó su actividad como brillante abogado, con obras culturales y periodísticas invirtiendo mucho dinero. La Real Academia de Historia le nombró Correspondiente por Vitoria. En 1873, recordando su paso por el Ateneo de Valladolid, fundó en Vitoria, la Academia Cervántica Española. Publicó 63 tomos de la Biblioteca Bascongada de Fermín Herrán. No ha obtenido ningún homenaje en su tierra.

6. 4. Albino Alonso Madrazo

Albino Alonso Madrazo27(1848-1897) nació en Santander y estudió Derecho en Valladolid. Tenía dos tías en esta ciudad casadas con dos periodistas, uno era el propietario de la Editorial Casa Santarén y del periódico La Opinión. Escribió para El Museo y colaboró activamente en la creación del Ateneo Literario cooperando con sus textos y poemas. Participó asiduamente en los concursos literarios de la Sociedad la Casa de Cervantes en Valladolid, consiguiendo varios premios con sus poemas, como el de 1879. Fue director del periódico de sus tíos La Opinión desde 1880 y autor de obras literarias. En 1882 regresó a Santander, dirigiendo desde esa fecha el periódico El Boletín del Comercio hasta su fallecimiento. No dejó de escribir poesías y textos para diferentes revistas. En su ciudad natal no hay monumento ni placa, que sirva de homenaje, para recordar su nombre.

6. 5. José Estrañi Grau

José Estrañi Grau28 (1840-1919) nació en Albacete de padres catalanes, después vivió en León y en 1872 se asentó en Valladolid. Fue redactor de El Museo. Gran admirador de Cervantes, escribió las quintillas tituladas La Casa de Cervantes en Valladolid y otras muchas composiciones dedicadas al escritor que leía en las efemérides convocadas por el Ateneo Literario y desaparecido éste, por la Sociedad creada por Pérez Mínguez. En 1877 se estableció en Santander para dirigir La Voz Montañesa hasta 1897 en que fundó el periódico El Cantábrico que dirigió hasta su fallecimiento en 1919. Fue famoso por sus “pacotillas” rimas graciosas sobre temas de actualidad. Fue llamado “el regocijo de las musas”. Aún vivía cuando el rey compró la casa de Cervantes. Cuando murió, su funeral fue multitudinario, el Ayuntamiento de Santander costeó su panteón en el cementerio de Ciriegos y poco después se erigió un monumento en su honor en la Avenida Reina Victoria, (Fig. 7). En 1995 le dedicaron una calle cerca de Peñacastillo y en 2025 se ha colocado una placa donde estuvo la redacción de El Cantábrico, en la calle Juan de Herrera, para la Ruta de los Ilustres.

6. 6. Vicente Colorado y Martínez

Vicente Colorado y Martínez29 (1850-1904) era vallisoletano, sus abuelos maternos eran los campaneros de la catedral de Valladolid y cayeron con la torre, cuando el terremoto de Lisboa, sin sufrir daño alguno. Fue periodista de El Museo, escritor y fundador del Ateneo Literario y años después, asiduo participante como poeta en todos los actos y certámenes literarios de la Sociedad la Casa de Cervantes de Pérez Mínguez y en 1879 obtuvo el primer premio. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Central de Madrid, ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos y después trabajó en el Museo Arqueológico Nacional, fue periodista y traductor de literatura francesa. Recordando a Cervantes puso en escena su obra en verso, Rinconete y Cortadillo. Sin embargo su nombre ha caído en el olvido.

6. 7. Ricardo Macías Picavea

Ricardo Macías Picavea30 (1847-1899) nació en Santoña, Cantabria. Fue escritor, filósofo, periodista y catedrático de Latín y Geografía, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Valladolid. Su alumno Narciso Alonso Cortés, señaló el aprecio que le tenían. Colaboró con el Ateneo Literario en 1872. En esos años escribió, junto a Emilio Ferrari, el drama La muerte de Cervantes, estrenada en el Teatro Calderón. Gran pedagogo y renovador de la enseñanza, también ha sido considerado el gran impulsor del Regeneracionismo del siglo XIX. Fue director del periódico Libertad y autor de la obra que más fama le ha dado, El problema Nacional. Falleció joven, a los 52 años, siendo enterrado en el Panteón de Personas Ilustres de Valladolid. Llevan su nombre, una calle y un Colegio Público en esta ciudad y otro Colegio Público, en Santoña.

7. El relevo de Mariano Pérez Mínguez en 1875

Mariano Pérez Mínguez31(1809-1887) nació en Burgos y tomó el relevo en 1875 fecha en la que se va a hacer cargo de mantener la casa de Cervantes. Doctor en Farmacia, abrió la suya en Valladolid junto a una droguería donde expuso también antigüedades. Fue profesor de Historia Natural en el Instituto vallisoletano como su hermano Luis. Fundó un periódico, El Avisador, que se unirá al de su cuñado Perillán, propietario fundador de El Norte de Castilla. En 1875, en el 259 aniversario de la muerte de Cervantes, Mariano Pérez quizá influido por su sobrino Anselmo Salvá, fundará la Sociedad la Casa de Cervantes en Valladolid. Fidel Pérez Mínguez, su otro sobrino narró con todo detalle cómo alquiló la vivienda y la adornó con muebles y objetos de la época cervantina; cómo redactó un reglamento e instituyó una Junta Conservadora formada por cinco miembros de su familia y otros cinco de la familia de los dueños de la casa. En 1876 eran 150 los socios, entre ellos el rey Alfonso XII que visitó la casa en marzo de 1876. Se realizaron innumerables actos relacionados con el escritor: conferencias, lectura de textos literarios y cada 23 de abril, aniversario del fallecimiento del escritor, se celebraron Juegos florales y un concurrido certamen literario, con muchos premios donados por personalidades relevantes, entre ellas, el rey y alguna de sus hijas. Fidel Pérez dio a conocer la primera participación documentada en Valladolid, de mujeres en torno a la figura y la casa de Cervantes: Nicasia Quemada y la poetisa asturiana Práxedes Villar de la Torre participaron muy activamente con sus obras literarias en esos años. El certamen de 1879 estuvo muy concurrido de poetisas, recibiendo el segundo premio Josefa Estévez de García del Canto. También, Mariano Pérez Mínguez fue el que ideó e impulsó la creación de una estatua dedicada a Cervantes en las proximidades de la casa, el profesor Jesús Urrea Fernández, director que fue de la Casa de Cervantes, cuenta todos los detalles sobre este monumento32. Se inauguró el 29 de septiembre de 1877 (Fig. 8). El 6 de noviembre de 1887, falleció Mariano Pérez Mínguez y con él desapareció la Sociedad y la casa de Cervantes volvió ser una casa de alquiler. Su sobrino, Fidel Pérez Mínguez, en su libro, La Casa de Cervantes en Valladolid, reivindicó la obra de su primo y de su tío y solicitó la declaración de Monumento Nacional para la casa y su compra por instituciones públicas para evitar su degradación y ruina. Entre los años 1887 y 1788 los dueños del edificio quisieron venderlo barato y es otro escritor, José Zorrilla33 el que lo narra. El 27 de mayo de 1887, haciendo de guía turístico del crítico francés Boris de Tanennberg, que estaba en Valladolid, le dice entre otras cosas:

“Podría llevarle a usted a la casa de Cervantes, pero está muy lejos y no tiene nada de particular. Está en venta y me la han ofrecido no muy cara. La proposición me tentaba: el viejo Zorrilla terminando sus días en la casa de Cervantes, no estaba mal. Pero después de pensarlo desistí porque la casa no es habitable y hubiera estado muy mal”.

El 25 de enero de 1905, la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Valladolid34, en sesión extraordinaria, aprobó solicitar la declaración de Monumento Nacional para la casa de Cervantes enviando una carta al subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, a Madrid, que fue redactada por el secretario, Juan Agapito y Revilla. Formaba parte de esa Comisión, Antonio Alonso Cortés, rector de la universidad y padre de Narciso. La petición no obtuvo respuesta.

8. Narciso Alonso Cortés y la adquisición de la casa en 1912

Narciso Alonso Cortés Andrés (1875-1972) nació y murió en Valladolid. Fue discípulo de Macías Picavea y los Pérez Mínguez. Se licenció en Derecho y Filosofía y Letras. En 1906, obtuvo la plaza de profesor de Lengua y Literatura del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Santander, siendo alumno suyo Gerardo Diego, allí entabló gran amistad con Menéndez Pelayo y José Estrañi. En 1912 opositó y obtuvo nueva plaza en el Instituto de Segunda Enseñanza Provincial de Valladolid. Fue director durante doce años y solicitó con el claustro la denominación de Zorrilla para ese Instituto. Con fecha 13 de diciembre de 1932 el Ministerio lo aprobó35. Fue un gran profesor, investigador y paleógrafo. Publicó numerosos libros de texto, artículos en revistas que fundó y material etnográfico que recogió por diferentes pueblos. Escribió muchos artículos defendiendo el patrimonio artístico y cultural. La ciudad le ha reconocido dando su nombre a un colegio público, a un polideportivo y a una calle y se ha colocado su busto en el jardín de la Casa de Zorrilla. Sus restos reposan en el Panteón de Personas Ilustres de la ciudad.

Años antes, en 1909, fue refundado el Ateneo36 y el 23 de abril se celebró el aniversario del fallecimiento de Cervantes con una conferencia de Narciso Alonso Cortés37, presidente de la Sección de Literatura y Bellas Artes, que disertó sobre las dos estancias de Cervantes en Valladolid y después: “clamó contra el actual estado de abandono de este edificio, proponiendo que el Ateneo tome la iniciativa de rogar al Estado o al Municipio su inmediata adquisición”, esta propuesta fue aceptada por los miembros del Ateneo y Narciso Alonso Cortés comenzó a ocuparse de este asunto con un trabajo paciente y discreto. Escribió cartas y llamó a todas las puertas de políticos y hombres notables que podían tener influencia política para convencerles de la necesidad de comprar y restaurar la vivienda en la que habitó el insigne escritor. El edificio estaba muy deteriorado y nadie lo compraba por la inversión tan grande que suponía su rehabilitación. Por fin, consiguió que los vallisoletanos, Santiago Alba, en el Ministerio de Instrucción Pública y el marqués de la Vega Inclán, comisario de la Comisaría Regia de Turismo se entusiasmaran con la idea. El marqués de la Vega Inclán realizó las gestiones ante el monarca para implicarle y crear un ambiente favorable hacia él, logrando que fuera considerado el salvador de la casa de Cervantes. El 24 de octubre de 1912, el rey Alfonso XIII adquirió la casa número 14; las dos contiguas, números 12 y 16, las compró el hispanista americano, Archer M. Huntington y la cuarta casa del grupo, en 1919, la compró, el marqués de la Vega Inclán. Después de la adquisición, comenzaron los trabajos de rehabilitación. El profesor Jesús Urrea Fernández38, en el libro antes señalado, describe de forma detallada, todas las obras de acondicionamiento.

Del grupo de estudiantes, aún vivían dos: José Estrañi, en Santander que publicó pocos días después, a finales de octubre, una reseña en su periódico El Cantábrico39 sobre la compra de la casa, insertando su conocido poema en quintillas titulado La Casa de Cervantes. Anselmo Salvá, en Burgos, redactor de El Diario de Burgos40 también el 5 de noviembre de ese año, escribió en el diario, recordando con alegría y orgullo, la defensa y dignificación que hicieron de la casa de Cervantes, los dos burgaleses de la misma familia: Anselmo Salvá Pérez, el sobrino y Mariano Pérez Mínguez, el tío.

Respecto a Alonso Cortés (Fig. 9), los miembros del Ateneo, conociendo el trabajo infatigable y callado que había realizado el profesor para adquirir la casa, solicitaron para él la la medalla de Alfonso XII y el nombramiento de hijo ilustre de la ciudad al igual, como también para el marqués de la Vega Inclán, que consiguió los fondos para la compra y, sobre todo, para su rehabilitación. El Ayuntamiento de Valladolid los nombró hijos ilustres. El 6 de mayo de 1916 llegó el nombramiento para Narciso y a su vez, la misma institución, dado que no era de su competencia, solicitó para el incansable profesor la Cruz de Alfonso XII a los poderes públicos. El marqués de la Vega Inclán le nombró director de la Biblioteca Popular Cervantina, establecida en la tabernilla, y delegado perpetuo de su Fundación en Valladolid. Narciso Alonso Cortés recibió otra recompensa, cuando siendo presidente del Ateneo, Alfonso XIII presidió la conferencia de inauguración del nuevo curso, que él impartió, el 8 de abril de 1920.

Las casas pasaron a ser propiedad del Estado en 1916. El 23 de abril de 1948 abrió como museo la Casa de Cervantes decorada con muebles sencillos y apropiados a la época y al personaje. En mayo de 1958, fue declarada Monumento Histórico Artístico y en el año 2019, el Ministerio de Cultura adquirió un edificio colindante, cuya fachada imita el estilo de la de la Casa, para modernizar las propuestas culturales y diseñar formas de musealización más acordes con las tendencias actuales, integrando el espacio histórico con el nuevo, creando áreas dotadas de recursos tecnológicos, multimedia y digitales, añadiendo un mayor salón de recepción de visitantes, sala de exposiciones y zona de trabajo. Actualmente se está elaborando este proyecto. La institución Museo Casa de Cervantes (Fig. 10) realiza muchas y variadas actividades relacionadas con Cervantes y la cultura que se dan a conocer en su página web y que han dado lugar a que en 2024 hayan sido 35 398 las personas que han visitado la Casa Museo.

9. Conclusiones

La literatura, como rama del patrimonio cultural, está íntimamente relacionada con las artes plásticas. Muchos textos en libros o artículos periodísticos han divulgado nuevas creaciones artísticas, realizado estudios o crítica de arte y, cuando ha sido necesario, han creado conciencia y defendido las obras maestras más vulnerables y el patrimonio en riesgo.

La conservación y defensa de la Casa de Cervantes en Valladolid ha sido un largo trabajo colectivo de personas procedentes de distintas provincias españolas y de América. La literatura, por ser un escritor, ha estado muy presente y porque muchos de ellos eran escritores y periodistas, sin embargo hubo diversidad en las categorías y actividades profesionales de los defensores de la casa: cuatro eran profesores, tres archiveros y arqueólogos, abogados, un farmacéutico, ministros, comisario regio y un hispanista. Cada uno aportó lo mejor que tenía en su momento y a todos ellos hay que agradecerles el compromiso que mostraron por conservar y enaltecer el patrimonio urbanístico relacionado con el universal autor del Quijote. Dada la época y las dificultades encontradas, fueron también a su modo unos” quijotes” con la ilusión de la juventud unos y con el empeño y tenacidad otros, dispuestos a luchar contra los “molinos de viento” de la de penuria económica del país, casi general, en ese momento.

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  1. 1 PALMER, Ítaca, “Patrimonio literario y escuela: revisión y perspectivas teóricas”, Contextos Educativos. Revista de educación, 32 (2023), pp. 109-126.

  2. 2 TRAPIELLO, Andrés, Las vidas de Miguel de Cervantes, Barcelona, Planeta, 1993, p. 183.

  3. 3 LÓPEZ DE MENESES, Amada, ”Una prima gitana de Miguel de Cervantes”, Estudis Romànics, 14 (1972), pp. 247-250.

  4. 4 ALONSO CORTÉS, Narciso, Casos cervantinos que tocan a Valladolid, Madrid, Centro de Estudios Históricos, 1916, pp. 24-54, 53-54 y 65.

  5. 5 SLIWA, Krzysztof, Vida de Miguel de Cervantes Saavedra en conmemoración del IV centenario de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Barcelona - Kassel, Reichenberger, 2006, pp. 49, 50 y 52.

  6. 6 ZALAMA RODRÍGUEZ, Miguel Ángel, “El palacio de los Vivero, sede de la Audiencia y Chancillería de Valladolid, en época de Carlos V”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología: BSAA, 59 (1993), p. 286.

  7. 7 CADIÑANOS BARDECI, Inocencio, “Archivo y cárcel de la Chancillería de Valladolid en el siglo XVII. Obras y proyectos”, Cuadernos de Historia del Derecho, 29, (2022) pp. 45-52.

  8. 8 ALONSO CORTÉS, Narciso, Casos cervantinos que…, pp. 24 y 68-70.

  9. 9 AGAPITO Y REVILLA, Juan, Las calles de Valladolid: nomenclator histórico, Valladolid, Talleres Tipográficos “Casa Martin”, 1937, p. 427.

  10. 10 ALONSO CORTÉS, Narciso, Casos cervantinos que…, pp. 136-141.

  11. 11 TRAPIELLO, Andrés, Las vidas de Miguel pp. 151 y 186-187.

  12. 12 El 12 de abril de 1605 en Valladolid, firma Francisco de Palacios, cuñado del escritor, en el texto del “poder de Miguel de Cervantes a Francisco de Robles, licenciado Diego de Alfaya y Francisco de Mar para querellarse contra los que en Lisboa hayan impreso o quieran imprimir el “Quijote”, ante el escribano Juan Calvo”. Libro I, Documento nº 39, protocolo de Juan Calvo 1605, f. 559; PÉREZ PASTOR, Cristóbal, Documentos cervantinos hasta ahora inéditos, Madrid, Establecimiento tipográfico de Fortanet, 1897, tomo I, pp. 141-147.

  13. 13 PÉREZ PASTOR, Cristóbal, Documentos cervantinos hasta ahora inéditos…, tomo II. pp. 453-537.

  14. 14 AGAPITO Y REVILLA, Juan, Las calles de Valladolid…, p. 464.

  15. 15 Encontró un acta de bautismo en el Archivo parroquial de San Miguel, en la que Luis de Garibay Montoya aparece como padrino e indicaba su residencia en la calle de los Manteros (hoy calle Mantería) el 6 de marzo de 1606; ALONSO CORTÉS, Narciso, Casos cervantinos…, p. 147.

  16. 16 PÉREZ PASTOR, Cristóbal, Documentos cervantinos hasta ahora inéditos…Tomo II. pp. 453-537

  17. 17 PÉREZ MÍNGUEZ, Fidel, La casa de Cervantes en Valladolid, Madrid, Imprenta del Asilo de huérfanos del S. C. de Jesús, 1905, pp. 31-32 y 35-39.

  18. 18 Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad de Valladolid y establecimientos de instrucción pública de su distrito en el curso de 1860 á 1861 y Anuario de 1861 a 1862, Valladolid, Imprenta de Lucas Garrido, 1862, https://uvadoc.uva.es/handle/10324/74484

  19. 19 ORTEGA Y RUBIO, Juan, Cervantes en Valladolid, Valladolid, Imprenta y Librería Nacional y Extranjera de los Hijos de Rodríguez, 1888, pp. 18-22.

  20. 20 Memoria acerca del estado de la enseñanza...

  21. 21 PÉREZ MÍNGUEZ, Fidel, La casa de Cervantes..., p. 114.

  22. 22 MENÉNDEZ ONRUBIA, Carmen, “Fermín Herrrán y el Ateneo Literario. La casa de Cervantes en Valladolid (1872)”, Anales cervantinos, 34 (1998), pp. 289-328.

  23. 23 Anselmo Salvá Pérez, https://es.wikipedia.org/wiki/Anselmo_Salv%C3%A1

  24. 24 MARTÍNEZ FUENTES, Gorka, “La Academia Cervántica Española de Vitoria”, Revista Internacional de los Estudios Vascos RIEV, 50/2 (2005), pp. 426-427.

  25. 25 MARTÍNEZ CACHERO, José María, “La obra de Emilio Ferrari”, Archivum: Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, 10 (1960), pp. 137-152.

  26. 26 MENÉNDEZ ONRUBIA, Carmen, “Fermín Herrrán y el Ateneo Literario …”, pp. 289-328.

  27. 27 VIERNA, Fernando, Albino Alonso Madrazo, un periodista profesional decimonónico”, Edición digital a partir de “Et amicitia et magisterio”: Estudios en honor de José Manuel González Herrán, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, (2021), pp. 789-800.

  28. 28 PEÑA DE BERRAZUETA, Juan, El monumento a José Estrañi Grau, Amigos del Museo Marítimo del Cantábrico, 2029, pp. 1-15.

  29. 29 Vicente Colorado Martínez (1850-1904), https://www.filosofia.org/ave/001/a292.htm

  30. 30 VALENTÍ CAMP, Santiago, “Ricardo Macías Picavea”, en VALENTÍ CAMP, Santiago, Ideólogos teorizantes y videntes, Barcelona, Minerva, 1922,pp. 389-406.

  31. 31 PÉREZ MÍNGUEZ, Fidel, La casa de Cervantes…, pp. 74 -83 y 124-155.

  32. 32 URREA FERNÁNDEZ, Jesús, Museo Casa de Cervantes. Valladolid. Historia y Guía, Valladolid, Ministerio de Cultura, Secretaría General Técnica, 2005, p. 27.

  33. 33 ALONSO CORTÉS, Narciso, Zorrilla su vida y sus obras, Valladolid, Ayuntamiento - Imprenta Castellana, 1920, T. III, p. 163.

  34. 34 Archivo Histórico Provincial de Valladolid, Comisión de Monumentos, SH, Caja 274, Libro 5, f. 80r y 81v.

  35. 35 Gaceta de Madrid, 348 (13 de diciembre de 1932), p. 1841, https://www.boe.es/gazeta/dias/1932/12/13/pdfs/GMD-1932-348.pdf. Agradezco a José L. Orantes y M. Antonia Salvador, profesores del IES Zorrilla, esta información.

  36. 36 CAMPOS SETIÉN, José María de, La aventura del Marqués de la Vega- Inclán, Valladolid, Editorial Ámbito, 2007, pp. 20-34, 104-105 y 112-146.

  37. 37 MEDRANO DEL POZO, María del Sagrario, El cervantismo de Narciso Alonso Cortés, Trabajo fin de Master, Universidad de Valladolid, Facultad de Filosofía y Letras, 2013, pp. 11-14 y 98.

  38. 38 URREA FERNÁNDEZ, Jesús, Museo Casa de Cervantes…,pp. 96-63 y 73-86.

  39. 39 ESTRAÑI, José, “La Casa de Cervantes”, El Cantábrico: diario de la mañana (Santander), 18/7121 (31 de octubre de 1912), s/p, https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000891129

  40. 40 X, “La Casa de Cervantes en Valladolid”, Diario de Burgos, 22/6550 (5 de noviembre de 1912), s/p, https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2000920245

Fig. 1. Retrato de Cervantes. Anónimo. Siglo XVIII. Biblioteca del Museo Casa de Cervantes. Valladolid. Fotografía de la autora

Los familiares del escritor que residieron en Valladolid

El escritor:

Miguel de Cervantes y Saavedra

Abuelos paternos:

Juan de Cervantes y Doña Leonor de Torreblanca

Padres:

Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas

Hermanos:

Andrea, Luisa, Rodrigo y Magdalena (quizá Juan)

Tía:

María de Cervantes

Esposa:

Catalina de Salazar y Palacios

Hija:

Isabel de Saavedra

Sobrina:

Constanza de Figueroa o Constanza de Ovando

Prima:

Martina de Mendoza

Cuñado:

Francisco de Salazar y Palacios o Vozmediano

Tabla 1.Vínculos familiares de Miguel de Cervantes. Elaboración propia

Fig. 2 Fachada del Palacio de los Vivero, sede de la Audiencia y Real Chancillería de Valladolid, donde fue juzgado Juan de Cervantes. Actualmente Archivo Histórico Provincial de Valladolid. H. 1440, con alguna modificación por Luis de Vega en 1530. Valladolid. Fotografía de la autora

Fig. 3. Vista parcial del artesonado de la “Sala Rica” del Palacio de los Vivero, luego” Sala del Acuerdo”, utilizada por jueces y oidores. Pedro de Salamanca y, posiblemente, artesanos mudéjares toledanos. H. 1531. Valladolid. Fotografía de la autora

Fig. 4. Vista de las casas del Rastro y a su derecha, el Hospital de la Resurrección. En primer término la puentecilla. B. Maeso, h. 1866. Valladolid. Archivo Municipal de Valladolid (AMVA), (CZO_00007_032_0016)

Fig. 5. Estado en que se encontraba la casa de Juan de las Navas, poco después de la marcha del Ateneo Literario Casa de Cervantes. Jean Laurent. 1874. Valladolid. Archivo Municipal de Valladolid (AMVA), (FL 04057 - 015)

Fig. 6. Casa en la que nació Emilio Ferrari con el busto del escritor y la placa conmemorativa. Placa del escultor Aurelio Vicente Rodríguez Carretero. 1911. Valladolid. Fotografía de la autora

Fig. 7. Monumento-fuente dedicado a a José Estrañi en la Avenida Reina Victoria. Alfredo Felices. 22 de agosto de 1932. Desaparecido un altorrelieve en bronce del periodista, en 1985 se colocó en su lugar una placa. Santander. Fotografía de la autora

Fig. 8. Monumento a Cervantes promovido por Mariano Pérez Mínguez. Nicolás Fernández de la Oliva. 1877. Trasladado en 1889 a la plaza de la Universidad. Valladolid. Fotografía de la autora

Fig. 9. Retrato de Narciso Alonso Cortés. José Luis Benito Rementería. H. 1954. Zaguán de la Casa de José Zorrilla. Valladolid. Fotografía de la autora

Fig. 10. Museo Casa de Cervantes. Valladolid. Fotografía de la autora