La universidad como factor dinamizador en una ciudad media: pasado, presente y futuro del Campus de Zamora
The university as a driving force in a medium-sized city: past, present and future of the Campus in Zamora
Mª Almudena Frechilla Alonso y Mª Nieves Rupérez Almajano
Universidad de Salamanca
Departamento de Historia del Arte - Bellas Artes. Facultad de Geografía e Historia
C/ Cervantes, 2. 37002 - Salamanca
almudena.frechilla@usal.es / nruperez@usal.es
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0935-0560 / https://orcid.org/0000-0002-1894-5198
Fecha de envío: 1/06/2021. Aceptado: 14/09/2021
Referencia: Santander. Estudios de Patrimonio, 4 (2021), pp. 15-44.
DOI: https://doi.org/10.22429/Euc2021.sep.04.01
ISSN 2605-4450 (ed. impresa) / ISSN 2605-5317 (digital)
Este trabajo se enmarca en el Proyecto “La Universidad en Castilla y León: Patrimonio y sostenibilidad” (SA029G19), financiado por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León al GIR Arte y Patrimonio Universitario
Resumen: El artículo evalúa la incidencia de la universidad en ciudades de tamaño medio, tomando Zamora como paradigma. Partiendo del origen de la institución en esta ciudad, se analiza el proceso de formación y desarrollo del Campus Viriato, enclavado en una antigua estructura castrense que el nuevo destino docente ha permitido conservar. Esta operación ha regenerado y transformado su entorno urbano y ha ejercido un efecto revitalizador sobre la localidad en las últimas décadas. Si bien la actual coyuntura ha frenado las expectativas de expansión, las autoridades locales y universitarias mantienen su colaboración, lo que permite prever la consolidación y crecimiento de este equipamiento.
Palabras clave: arquitectura universitaria; patrimonio castrense; regeneración urbana; Campus Viriato; Zamora.
Abstract: This article evaluates the impact of the universities in medium-sized cities, taking the case of Zamora as a paradigm. Starting from the institution’s inception in this city, we analyze the process of the development of the Viriato Campus, nestled in an old military structure that the new teaching destination has allowed to preserve. This undertaking has regenerated and transformed its urban environment and has had a revitalizing effect on the town in recent decades. Although the current situation has stalled the potential expansion foreseen, the local and university authorities continue to work together to reactivate this institution, which has made it possible to foresee the consolidation of this facility.
Keywords: university architecture; military heritage; urban regeneration; Viriato Campus; Zamora.
*****
1. Introducción
El proceso de democratización que experimentó la universidad en España a partir de los años 70 del siglo pasado, tuvo una incidencia paralela en las estructuras urbanas que acogieron las nuevas sedes. Estas adoptaron dos modalidades fundamentales. Por un lado, la creación de sectores ex profeso en la periferia de las ciudades, donde se concentraron los equipamientos e instalaciones docentes facilitando así su funcionamiento interno1. Este modelo de campus periférico, inaugurado por las universidades autónomas de Madrid y Barcelona, mantiene plenamente su vigencia a pesar de que no han faltado voces críticas, como las que califican de “nicho de segregación física, social, funcional y ambiental” este tipo de zonificación o asociación “a la americana”2, o las que tachan estas actuaciones como operaciones de “prestigio político” más que resultado de una “estricta planificación académica, social o urbanística”3.
Como alternativa, algunas localidades han optado por recuperar la tradicional vinculación entre universidad y ciudad, implantando las nuevas facultades y escuelas bien de manera dispersa, a través de actuaciones de rehabilitación en edificios existentes, o bien conformando un campus urbano en un área concreta del tejido consolidado, con un impacto altamente positivo en la estructura física de la ciudad. Las instalaciones y la vida universitaria se convierten así en instrumentos de regeneración urbana, de rehabilitación y recuperación del patrimonio arquitectónico o de creación de nuevas centralidades4.
Este fenómeno ha resultado clave en la estrategia dinamizadora de numerosas poblaciones, en especial de aquellas de tamaño pequeño y medio donde la implantación de sedes académicas se ha convertido en factor fundamental del desarrollo local5. En este sentido Florax destacó los beneficios económicos que conllevan, al reforzar el sector inmobiliario y, en general, la actividad terciaria de la localidad y su entorno, a lo que habría que sumar la mejora del tejido empresarial y el incremento del valor añadido de las actividades productivas gracias al desarrollo de la investigación y la formación de profesionales con alta cualificación6. Cabría añadir también, como apuntó Musil, la incidencia de la universidad en la vida cultural de la ciudad, con la consiguiente proyección exterior7.
Nos proponemos analizar en este artículo el caso de Zamora, que a priori parece un ejemplo del fenómeno que acabamos de describir. El profesor Campos-Sotelo ya proporcionó en 1997 un esbozo de las condiciones de implantación física del Campus Viriato, por entonces en ciernes8. Transcurridos más de veinte años de la inauguración del primer centro pretendemos ahora revisar y completar esta aproximación. Nos interesa destacar, en particular, la incidencia urbana y arquitectónica que ha supuesto la presencia de la universidad sobre esta ciudad, pero también constatar cómo ha sido percibida por las autoridades y la población en general, cuál es su valoración y, por lo tanto, el apoyo que han ofrecido para su desarrollo en la localidad.
2. Apuntes sobre el origen de la universidad en Zamora
Conviene aclarar que Zamora nunca ha contado con la tradición universitaria de su vecina Salamanca, en gran medida porque su proximidad a la frontera portuguesa y su emplazamiento defensivo a orillas del Duero la convirtieron en lugar propicio para convertirse en una destacada plaza militar9.
Los primeros estudios superiores en la localidad se debieron, no tanto a una nueva creación, como a la transformación de las escuelas normales y de los institutos técnicos que propició la Ley General de Educación de 1970 promovida por José Luis Villar Palasí.
Como en otras capitales de provincia, los estudios de Maestría que se impartían en la localidad desde el siglo XIX adquirieron rango universitario tras la promulgación del Decreto 1381/1972 de 25 de mayo. La nueva titulación de Magisterio siguió teniendo su sede en la Escuela Normal situada en una manzana del primer ensanche inmediata al tramo de ronda comprendido entre las puertas de Santa Ana y San Torcuato. Su construcción fue promovida en 1933 por la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas, sin que hasta el momento haya constancia fehaciente del autor del proyecto10. Tras la Guerra Civil se finalizaron las obras bajo la dirección del arquitecto escolar de la provincia Antonio González Sánchez-Blanco, que procuró aprovechar la estructura ya ejecutada, inaugurándose en 1950.
La distribución del inmueble ‒en forma de pentágono con encuentros curvos en torno a un patio interior‒, permitió la convivencia independiente de las instalaciones universitarias con otros centros educativos. La Escuela de Magisterio ocupó los pabellones paralelos a la ronda y la avenida de la Plaza de Toros, y su acceso se localizó en el encuentro de ambas vías donde se situó el volumen del vestíbulo que destacó por su mayor altura respecto al resto. La funcionalidad de la planta se traslada también al exterior, con revocos y líneas arquitectónicas más próximas al momento en que se proyectó que a los gustos de la inmediata posguerra, por lo que se considera uno de los primeros ejemplos de arquitectura racionalista de la ciudad. Actualmente el edificio aloja la Escuela de Arte y Superior de Diseño, manteniendo así la dedicación docente original (Fig. 1.1).
Por lo que respecta a los institutos técnicos, la promulgación del Decreto 2061/1972 de 21 de julio propició la incorporación de la Universidad Laboral zamorana al régimen académico de la Ley General de Educación, dando origen a la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial, si bien hasta 1989 no se iniciaron los trámites para incorporar estos estudios a la Universidad de Salamanca, como Escuela Politécnica11.
Las instalaciones de aquella ‒que ocuparon el lugar de las antiguas Escuelas Salesianas‒ se localizan al este de la población, en la zona central del segundo ensanche de Zamora, que a partir de los años 40 comenzó a despegar urbanísticamente12. Para diseñarlas se llamó a Luis Moya Blanco, quien había proyectado la Universidad Laboral de Gijón, “alma mater de las instituciones españolas de esta índole”13. Igual que esta, el complejo zamorano destacó por sus colosales dimensiones y su amplísimo programa que incluyó, además de las dependencias escolares y residenciales organizadas en torno a grandes espacios abiertos, una iglesia y un teatro situados en los extremos de la fachada principal. Su construcción fue gestionada por el Patronato de la Fundación San José fundado en 1946, con Carlos Pinilla en la presidencia.
El edificio, inaugurado en 1951, representa, en palabras de Ávila de la Torre, “el conjunto más importante de la Posguerra en Castilla y León”, tanto por su envergadura como por su lenguaje historicista, distanciándose de la estética racionalista que caracterizó algunas construcciones de su entorno14 (Fig. 1.2).
La propia Universidad de Salamanca fundó, unos años después, un Colegio Universitario en Zamora con el objetivo de “descongestionar las aulas salmantinas”, convirtiéndose en la primera sede de estas características de la veterana institución. Es significativo, sin embargo, que la iniciativa partiese de las autoridades locales zamoranas, en concreto de la Diputación Provincial, cuyo presidente, Felipe Rodríguez, se entrevistó en 1970 con el rector de la Universidad de Salamanca, Julio Rodríguez Villanueva, que acogió la propuesta con “inusitada cordialidad”, y en Madrid con el ministro Villar Palasí y el director general de Universidades, Luis Suárez Fernández, que otorgaron asimismo su respaldo15.
Fueron también las instituciones zamoranas ‒en este caso el Ayuntamiento‒ las que facilitaron como emplazamiento del nuevo centro universitario las antiguas dependencias conventuales de los Trinitarios, situadas en las inmediaciones de la puerta de San Torcuato y por tanto de la Escuela Normal. Tras la exclaustración de los monjes a mediados del siglo XIX, y después de varios usos, habían sido destinadas a casa-cuartel de la Guardia Civil, pero al trasladarse la Benemérita a una nueva ubicación a finales de la década de los 6016, el cenobio revirtió al Consistorio que, a su vez, lo cedió a la Diputación para su rehabilitación y adaptación al uso académico.
El proyecto, elaborado por Alfonso Crespo y presentado en diciembre de 197317, combinó dos tipos de actuaciones. Por un lado, eliminó buena parte de la estructura y compartimentación original, conservando únicamente las crujías situadas alrededor del claustro primitivo, y por otro dispuso volúmenes de nueva factura para desarrollar el resto del programa. El complejo presenta así una doble faz. Desde la calle de San Torcuato se mantiene la imagen del edificio conventual recuperado, sin romper la armonía de esta tradicional vía. En su austera fachada solo destaca el arco rebajado que enmarca el acceso, sobre el que aún se conserva la cruz que recuerda el origen trinitario del edificio (Fig. 1.3).
En la parte posterior, los nuevos espacios se distribuyen en tres volúmenes maclados que conforman un claustro contemporáneo con uno de sus lados abierto a la ronda, desde el que se accede, de manera separada, a las aulas y al paraninfo, siendo una solución funcional que permite el uso independiente de las instalaciones. Exteriormente se presenta como una edificación que se integra en el entorno de la vieja muralla gracias a su revestimiento pétreo, pero sin mayores pretensiones estéticas.
Desde su inauguración en 1976 empezaron a impartirse en este Colegio Universitario las titulaciones de Filología y Geografía e Historia ‒hasta 1991‒, Relaciones Laborales ‒cuyo traslado al Campus Viriato parece inminente18‒, así como Ingeniería de Obras Públicas que se incorporó a la Politécnica en 1989. A ellas se sumó en 1996 Arquitectura Técnica.
A los estudios universitarios mencionados hay que añadir los de Enfermería, que obtuvieron el nivel de diplomatura con el Real Decreto 2128/1977 de 23 de julio. Hasta la construcción de su nueva sede, esta escuela ocupó unos cuatrocientos metros cuadrados de un edificio situado en la avenida de Requejo, que formó parte del plan parcial denominado “Centro Comercial y Residencial del Ensanche”. Había sido promovido en 1966 por iniciativa privada con el objetivo de crear un “centro de atracción para las actividades sociales de la población”19. Por ello, el diseño del conjunto, proyectado por el arquitecto Gabriel Riesco Fernández, se alejó tanto de la tradicional manzana con patio cerrado, como de las disposiciones lineales racionalistas que producían espacios abiertos indeterminados. El centro universitario ocupó la parte más singular, caracterizada ‒en contraste con las torres de vivienda del complejo‒ por su rotunda horizontalidad, reforzada por ventanas corridas, y por elevarse sobre pilares, rasgos que confirman su filiación con la estética del Movimiento Moderno (Fig. 1.4).
Todas las carreras que hemos mencionado se impartieron en edificios plenamente integrados en el tejido urbano, mayoritariamente del ensanche. No obstante, las opciones académicas seguían siendo escasas y los servicios complementarios casi inexistentes, por lo que al menos hasta finales de siglo no podemos hablar de un distrito universitario en Zamora, cuando empezó a ser una realidad el Campus Viriato.
3. De complejo cuartelario a campus universitario
La creación del Campus Viriato fue propiciada por la confluencia de una circunstancia favorable ‒la puesta en marcha del Plan META para la reestructuración del Ejército‒ y el apoyo decidido de las autoridades políticas zamoranas y de toda la opinión pública, convencidas plenamente del poder dinamizador que podía suponer para la ciudad potenciar la presencia de la universidad.
En origen, la instalación militar sobre la que se asienta el actual espacio universitario fue uno de los primeros equipamientos situados extramuros a comienzos del siglo XX, apartado de lo que entonces era el núcleo urbano, pero en el área oriental hacia donde se proyectaba la ampliación de la ciudad, donde en etapas sucesivas terminó integrándose. El nuevo cuartel sustituyó al de Caballería proyectado en 1704 por Diego Carrascal y José de Barcia en el barrio de la Horta20, inmediato al Duero. Tras haber sido objeto de diversas operaciones de reparación, en 1899 el Gobierno consideró más factible trasladar el equipamiento a un nuevo emplazamiento que rehabilitar otra vez el inmueble existente.
Fue el Consistorio zamorano el que en 1908 proporcionó al Ministerio de la Guerra los terrenos para construir las instalaciones ‒algo más de cuatro hectáreas‒ en el sitio denominado “los Cascajos”21, situado entre las trayectorias del camino Bodega del Torrao y de la carretera de Tordesillas y Valladolid, que se convertirán, respectivamente, en las avenidas Príncipe de Asturias y Requejo, dos de las principales arterias del ensanche.
Entre los proyectos presentados se eligió el redactado en 1919 por el entonces capitán de Infantería Francisco Vidal y Planas. Las obras, a cargo de la constructora Gamboa y Domingo, no finalizaron hasta 1927, ya que estuvieron un tiempo paradas por el Desastre del Annual que obligó a reducir las inversiones destinadas a los acuartelamientos. Su coste final alcanzó la suma de cuatro millones de pesetas22.
La organización del complejo no se distanció de la habitual para este tipo de establecimientos, hasta el punto de que fue recomendado por el Ejército como modelo a imitar en la zona23. El conjunto original contó con tres pabellones principales dispuestos en “U”, que delimitaban el patio de armas, a los que se sumó uno de menor tamaño en el centro del espacio libre y otro auxiliar, destinado a caballerías, en el norte de la parcela. Todos ellos se caracterizaron por su simplicidad geométrica, con planta rectangular, tres alturas y cubierta a dos aguas, habitual en las construcciones castrenses (Fig. 2).
Estas aún se mantenían aisladas y alejadas del tejido consolidado a mediados de los años 40, como podemos comprobar a través de la foto aérea tomada en esas fechas por el Army Map Service. Sin embargo, se advierte ya la presencia de un campo de deportes con el que se ampliaron las instalaciones primitivas hacia el Este, así como el avance de las obras de urbanización y la construcción de los dos primeros grupos de viviendas sociales promovidas por la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura (OSH), en los terrenos situados al sur del cuartel. Algo más alejados de esta ubicación, también en el ámbito meridional, se observan los contornos de la Residencia de la Diputación Provincial destinada a niños huérfanos, y de la colonia de viviendas para funcionarios promovida por la misma administración local a comienzos de esa década.
La instantánea del vuelo “serie B” tomada por el mismo organismo apenas una década después ‒entre 1956 y 1957‒, corrobora que en ese corto lapso se había producido un importante desarrollo constructivo alrededor de la carretera de Tordesillas, fruto de numerosas inversiones públicas que tuvieron como objeto convertir el enclave en el nuevo foco administrativo de la capital provincial mediante el emplazamiento de numerosos edificios de carácter institucional. Con estas intervenciones se pretendió dar el “estirón” que Zamora necesitaba para convertirse en “una gran ciudad”, tal y como expresó el gobernador civil a la gestora municipal en 194824.
Así, al sur del establecimiento militar y de la avenida Requejo se había levantado entre 1941 y 1948 la Jefatura de Obras Públicas. Pocos años después, el Ejército adquirió la parcela adyacente con la intención de elevar dos residencias para oficiales y suboficiales, promovidas por el Patronato de Casas Militares, ampliando así la presencia castrense en el entorno. La primera fue proyectada en 1944 por el comandante de ingenieros Eduardo Valdivia, y la segunda por el tándem de arquitectos Juan Gordillo Nieto y Miguel Nuibo Munte en colaboración con el ingeniero Tomás Asensio Andrés en 1948. Al este de las residencias se erigió el inmueble destinado a albergar la Delegación Provincial de Sindicatos ‒hoy desaparecida‒, cuyo anteproyecto fue elaborado por Jesús María Carrasco Muñoz en 1945.
Al otro lado de la actual avenida Príncipe de Asturias, que delimitaba por el Norte el complejo castrense, se inauguraron en esos mismos años las sedes de otras instituciones que compitieron con él, tanto por su volumen como por su calidad compositiva. Sin duda lo más destacado fueron las Escuelas Salesianas que, como ya hemos señalado, acabarán transformándose en Universidad Laboral y cuyas instalaciones docentes se completaron en los años 50 con un campo de deportes en una parcela adyacente.
Otro gran equipamiento situado en el mismo entorno, en este caso al este de las pistas deportivas militares, fue la residencia sanitaria con ambulatorio promovida por la Caja Nacional de Seguro de Enfermedades ‒actual hospital Virgen de la Concha‒. El establecimiento, proyectado por José Marcide en 1951, se desarrolló en un edificio de ocho plantas emplazado en el centro de la parcela, destinando el resto de los terrenos ‒unos veinte mil metros cuadrados‒ a la formación de un amplio parque alrededor, lo que proporcionó cierto desahogo en este enclave plagado de imponentes construcciones que, en todos los casos, ocuparon varias manzanas del ensanche25 (Fig. 3).
La presencia de estos grandes inmuebles, incluido el complejo castrense, fue posiblemente uno de los principales motivos de que la colonización de esta franja urbana se produjese de forma desigual, al limitar considerablemente las comunicaciones transversales. Así, mientras la zona septentrional se mantuvo prácticamente vacía, en la parte meridional se desarrolló un nuevo tejido residencial en torno a la urbanización promovida por la Obra Sindical del Hogar completada durante los pasados años 50, como se aprecia en la imagen aérea realizada por la Compañía Española de Vuelos Fotogramétricos Aéreos (CEFTA) en 1968 (Fig. 4).
Con todo, el paulatino pero inevitable avance de la ciudad hacia oriente ‒por ser la dirección que ofrecía mejores condiciones para la expansión‒ justificó que, apenas cuarenta años después de su inauguración, se pusiera sobre la mesa la posibilidad de trasladar las instalaciones del Ejército a una ubicación más alejada de la ciudad. Así, el Plan General de Ordenación Urbana de Zamora, redactado entre 1968 y 197326, planteó la conversión de la parcela castrense en el nuevo centro cívico del tejido urbano contemporáneo, tal y como lo era la Plaza Mayor y su entorno para el núcleo tradicional.
Las condiciones estipuladas para su transformación no fueron bien recibidas por el ramo militar que las consideró muy perjudiciales para sus intereses, al haberse infravalorado los terrenos. En cualquier caso, debido a la envergadura de la intervención, no estuvo prevista la inmediata desaparición del cuartel, sino un aplazamiento hasta que se dieran las circunstancias adecuadas para el traslado de la tropa fuera del perímetro urbano. Tal situación no llegó a producirse pues como resultado del plan META de 1983 para la reestructuración del Ejército27, el Regimiento Toledo 35 instalado en Zamora abandonó el complejo y la ciudad, definitivamente, en 198728.
Con el fin de evitar la degradación de los inmuebles y del tejido circundante, el Ministerio de Defensa negoció para que las numerosas instalaciones militares desalojadas en estos mismos años y durante la década de los 90 fueran destinadas a usos previstos en los planes urbanísticos vigentes impidiendo, en todo caso, aquellos “abusivos o especulativos”29. Muchas fueron así ocupadas y adaptadas para la función docente, aunque las gestiones para su transformación no siempre fueron fáciles, como demuestra el caso de Zamora.
El 30 de mayo de 2020 se cumplió el trigésimo aniversario del levantamiento ciudadano bautizado como el “motín del besugo”, en el que más de veinticinco mil zamoranos, con el alcalde a la cabeza, se manifestaron delante de las puertas del abandonado cuartel Viriato ‒que llegó, incluso, a ser asaltado y ocupado pacíficamente durante veintinueve días‒, con el propósito de exigir su entrega al municipio y su transformación en campus universitario.
La protesta programada se convirtió, espontáneamente, en una actuación masiva que desbordó las expectativas iniciales, fruto de la abrumadora necesidad de encontrar nuevas fórmulas con las que contrarrestar la caída libre de la economía regional, que ya había sufrido el cierre, en 1985, del tramo de la línea férrea entre Plasencia y Astorga inaugurado menos de un siglo atrás. Sin industria de importancia, la salida de las tropas en 1987 supuso la puntilla a la precaria situación financiera de Zamora y su provincia, lo que llevó a plantear la posibilidad de convertir la llegada de estudiantes en un nuevo motor de crecimiento y desarrollo30.
La demanda popular se fundamentó en que, según el acuerdo firmado entre el ramo de la Guerra y el Ayuntamiento para la cesión del solar, este último retornaría a la ciudad en el caso de cesar el uso al que se destinaba. Aunque el pacto fue ratificado al inaugurarse el complejo castrense en 1927, a comienzos de 1990 la reclamación no tenía base legal, pues se había superado con creces el periodo prescrito para aplicar el derecho de reversión. Pese a todo, la presión ciudadana logró su propósito y el 20 de diciembre de ese mismo año se firmó un primer convenio por el cual el Ministerio de Educación y Ciencia se comprometió a abonar la mayor parte del precio exigido por el Ejército para la venta de las instalaciones. Es más, aunque hubo que redefinir en varias ocasiones las condiciones del contrato ante la resistencia del Ayuntamiento a ratificar lo que consideraba una cesión de sus derechos, Defensa autorizó el traspaso de las propiedades antes, incluso, de recibir la compensación convenida, lo que permitió comenzar en 1994 las obras de reconversión y acondicionamiento31.
4. El Campus Viriato: análisis funcional y formal
4. 1. Configuración del recinto docente
La Universidad de Salamanca fue la receptora de las dependencias militares, lo que le ofreció la posibilidad de contar con un campus unificado en el interior de la trama urbana con unas comunicaciones inmejorables.
Cuando apenas se había firmado el primer convenio, el Ministerio de Educación y Ciencia convocó en 1990 un concurso de ideas para la ordenación del campus universitario de Zamora sobre el antiguo cuartel Viriato, al que invitó a participar a varios técnicos. El primer premio recayó en el arquitecto Antonio Fernández Alba, con amplia experiencia en el diseño de instalaciones universitarias32. En su proyecto tuvo muy en cuenta las condiciones de la amplia parcela trapezoidal de actuación, ocupada en la mitad occidental por los antiguos edificios castrenses, pero con la posibilidad de actuar con total libertad en la parte oriental donde estaban los campos de deporte. Propuso, así, una organización en torno a dos grandes espacios abiertos con características bien diferenciadas33 (Fig. 5).
Por una parte, preservó la disposición primitiva del cuartel alrededor del viejo patio de armas que pretendió reconvertir en el principal punto de reunión dentro del recinto estudiantil. Para ello diseñó en el centro un pequeño graderío excavado rodeado por una marquesina cuadrangular que segregaba la circulación al perímetro. También mantuvo los accesos al recinto desde todas las calles que delimitan dicho extremo de la manzana, a través de las puertas enfrentadas ubicadas en los volúmenes centrales de los pabellones exteriores.
En la parte oriental del ámbito, mucho más permeable, proyectó un amplio jardín transversal flanqueado por volúmenes de nueva construcción. En la zona interior dispuso tres edificios menores separados de las antiguas dependencias rehabilitadas a través de una galería abierta; mientras, en el extremo este de la parcela, dos amplios volúmenes unidos mediante una pérgola enmarcaban un nuevo acceso al Campus desde esa parte de la ciudad.
A pesar de las evidentes diferencias entre uno y otro recinto, el arquitecto logró unificar el conjunto mediante el uso predominante del ladrillo visto ‒característico de las instalaciones originales‒ en las nuevas construcciones, así como por la disposición de soportales y marquesinas como elemento recurrente ‒llamado por el autor calle-claustro‒ para definir los principales espacios y las comunicaciones entre ambas zonas, a la vez que introducía un recuerdo de las antiguas tipologías universitarias. La irregularidad del solar en la parte septentrional se aprovechó para ubicar allí una pequeña zona deportiva y el aparcamiento, que reforzó la asociación entre los ámbitos al dar servicio a ambas zonas.
Fernández Alba decidió mantener el cerramiento perimetral que acotaba el complejo. No obstante, redujo de modo drástico la altura del muro −lo que permitiría incorporar visualmente la arquitectura al tejido circundante−, al tiempo que practicó en el mismo varias aperturas por las que se podría atravesar el espacio libre de Norte a Sur. Introdujo además una comunicación a través de las propias edificaciones, al unir los accesos enfrentados de los pabellones longitudinales a nivel del suelo y a través de un paso elevado. Con ello pretendía favorecer la circulación transversal y la funcionalidad de esta franja urbana, sin renunciar al carácter introvertido del espacio original, adecuado también para la actividad docente.
A punto de ratificarse el segundo acuerdo para la cesión de las instalaciones, el Ministerio de Educación encargó la redacción de un Estudio de Detalle para determinar la ordenación de los volúmenes del futuro centro universitario, que el Ayuntamiento zamorano aprobó en agosto de 199334. En el trazado se advierte claramente la influencia de la propuesta de Fernández Alba, si bien las propias limitaciones del documento urbanístico −cuyo objetivo se circunscribe al establecimiento de las alineaciones interiores, sin incorporar las soluciones arquitectónicas− sumado a la introducción de algunas modificaciones, como la inserción en el proyecto de un nuevo pabellón transversal en el centro de la composición que coarta la relación entre el antiguo y el nuevo ámbito, desvirtuaron el diseño original.
Aún más, en 1998 fue necesario introducir otra importante alteración en la ordenación del ámbito septentrional, donde finalmente se decidió conservar el edificio de las caballerizas rodeado por un jardín y trasladar el aparcamiento previsto en el lugar. Se trató de una cuestión de índole técnica pues la rasante de la avenida situada al norte del recinto se sitúa dos metros por encima del nivel del campus lo que obligó a plantear la entrada de vehículos por el Sur, a través de la avenida Requejo.
Al igual que en el diseño original, se redujo la altura de la tapia exterior del recinto y se aprovechó como muro de contención en las fachadas norte y este. La constatación del desnivel existente entre las esquinas suroeste y nordeste afectó también a las comunicaciones previstas a través del recinto, cuestión principal para lograr la funcionalidad del ámbito urbano. Aunque en el documento se incluían varios accesos a través de la avenida Príncipe de Asturias, no se han materializado los situados en la zona próxima al edificio de las caballerizas. Esto no ha afectado a las otras entradas, incluida la prevista en el extremo oriental del solar, pero ha sido necesario interponer escalinatas en las trayectorias (Fig. 6).
4. 2. Fases constructivas.
Si bien el Campus Viriato ha sido calificado como Campus Politécnico de la Universidad de Salamanca35, lo cierto es que desde un primer momento se pensó trasladar al mismo, no solo los estudios técnicos, sino todas las carreras que se venían impartiendo en Zamora y las que en un futuro pudieran establecerse.
Las obras de adecuación y ampliación del Campus a partir de las ordenaciones señaladas fueron promovidas por la propia Universidad, que contó con financiación europea a través de la adjudicación de fondos FEDER. Se desarrollaron, fundamentalmente, en dos fases y por diversos autores, conformando un conjunto ecléctico en el que conviven las formas heredadas con soluciones edificatorias contemporáneas.
La primera etapa comenzó en 1994 e incluyó la intervención sobre el pabellón del Segundo Batallón, inmediato a la avenida Requejo, para alojar la Escuela Politécnica Superior y la construcción del aulario. Este centro ha sido el que ha experimentado el mayor incremento de titulaciones, pasando de las tres iniciales a los nueve grados que acoge en la actualidad36. Los autores del proyecto básico y de ejecución de esta primera fase fueron los arquitectos Evaristo Martínez Radio y Ricardo López de Rego37, que ya habían colaborado con anterioridad con Fernández Alba en la construcción de otros centros universitarios38 y, con seguridad, estaban familiarizados con el diseño propuesto inicialmente para el campus zamorano. Las obras, que corrieron a cargo de la Empresa Dragados y Construcciones, fueron inauguradas el 14 de enero de 1998 por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas.
Durante la segunda parte de la operación, iniciada en 1997, se actuó sobre el bloque de oficinas, paralelo a avenida Cardenal Cisneros, y sobre el inmueble del Primer Batallón, donde hoy en día se ubica la Escuela de Magisterio. Asimismo, el edificio de la antigua enfermería y capilla castrense, situado en el eje de simetría del complejo, se transformó en biblioteca y las caballerizas en cafetería y comedor. Además, se urbanizó todo el recinto y se llevaron a cabo varias construcciones de nueva planta que alojaron servicios auxiliares: el salón de actos situado bajo el patio de armas y el polideportivo con pistas, ubicado en la esquina nordeste de la manzana. Los autores de los proyectos fueron Asunción López de Rego, Francisco Somoza Rodríguez-Escudero, Javier Benito Montoya y Pedro Cardenal de la Calle39. Tanto en esta fase como en la anterior el arquitecto de la Unidad Técnica de Infraestructuras de la Universidad de Salamanca, Luis Ferreira Villar, introdujo modificaciones complementarias a los proyectos básicos y de ejecución y asumió, por su cargo, la supervisión y desarrollo de los mismos40. También repitió la constructora Dragados y Construcciones en la ejecución de las obras, que se entregaron en mayo de 2001. El acto de inauguración oficial se celebró el 26 de noviembre de 2002.
La última incorporación hasta el momento ha sido la Escuela de Enfermería, dependiente del Sacyl y adscrita a la Universidad de Salamanca, en la parcela delimitada en la esquina sudeste del Campus, próxima al complejo hospitalario Virgen de la Concha. Fue proyectada en 2014 por los arquitectos zamoranos Rafael Bérchez Gómez, Juan Conde García y Darío Manzano Martín41 y se adjudicó a las constructoras San Gregorio-Arcebansa y Tecnaire42. La Junta de Castilla y León financió íntegramente la operación. A la recepción del inmueble, celebrada el 8 de abril de 2016, acudió el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, así como diversas autoridades locales y universitarias (Fig. 7).
4. 3. La adaptación de las antiguas instalaciones cuartelarias
Todas las propuestas para la recuperación y adaptación del cuartel a los nuevos usos docentes presentan, como característica común, el respeto a su composición primitiva, concentrando las intervenciones en el interior de las construcciones, lo que permite admirar las dimensiones originales del complejo, que tanto impresionaron a sus coetáneos, así como su estética primitiva, caracterizada por el uso de mampostería enfoscada en forma de panal de abeja dispuesta, fundamentalmente, en torno a las entradas de los edificios, en algunos antepechos así como en la mayor parte de los testeros, combinada con ladrillo ordinario visto ‒que en la cornisa configuró una elaborada composición‒ y con zócalos de piedra granítica.
Como hemos señalado, las operaciones de rehabilitación de los edificios se centraron en la organización interna, donde se logró una distribución eficaz gracias, en buena medida, a la regularidad y versatilidad de los mismos. Los tres pabellones perimetrales preexistentes cuentan en el centro de los volúmenes con entradas enfrentadas para acceder a ellos desde las calles exteriores y pasar al espacio libre del recinto. Los vestíbulos abarcan la altura total, unificando las diferentes plantas que se organizan en dos alas simétricas donde se distribuye el programa de necesidades. En el caso de los centros docentes, la planta baja se destina a laboratorios y talleres lo que permite disponer de puertas de carga y descarga de material y maquinaria desde el patio interior. Asimismo, el bajocubierta se aprovecha para situar aulas con características especiales, tales como el salón de actos, salas de informática y de dibujo.
Exteriormente, el edificio administrativo se ha mantenido prácticamente inalterado. La principal intervención consistió en el derribo de dos cuerpos adosados a los testeros en los años 60 −liberando las esquinas y favoreciendo la permeabilidad del recinto en su extremo oeste−, y de la balaustrada de piedra de las puertas balconeras de las plantas primera y segunda. En el alzado exterior que configura la fachada a la ciudad, destacan tres paños adelantados que alojan las entradas a las dependencias, mientras que la zaguera carece de resaltos, aunque también cuenta con una puerta centrada que permite el paso al espacio libre interior (véase Fig. 8.1).
En cuanto al tratamiento exterior de los edificios laterales, la intervención se limitó a modificar algunos huecos para adaptarse a la nueva organización. El elemento innovador más destacado es el muro cortina apoyado sobre una marquesina añadido en la fachada de los cuerpos de acceso a los pabellones laterales ‒correspondientes a Magisterio y a la Escuela Politécnica‒, y el cierre con cristaleras de las galerías situadas en la planta baja de las alas occidentales de estos mismos volúmenes (véase Fig. 8.2).
La biblioteca se ubica en el edificio que antaño alojaba las estancias principales del cuartel, en el centro del patio. Al igual que en los casos anteriores, la actuación se centró en la distribución del inmueble, donde una gran escalera longitudinal, iluminada cenitalmente, se convierte en elemento protagonista y organizador de las estancias, creando un ambiente que realmente invita al estudio. A través de paneles de vidrio, se permiten diferentes configuraciones lo que proporciona una gran versatilidad que compensa el limitado espacio del que se dispone (Fig. 8.3). En cuanto a la piel exterior, destaca el tratamiento de la fachada principal, situada en el testero oeste, donde se eliminaron los leones rampantes situados en el vértice del tímpano y se sustituyó el templete que presidía el acceso, por un panel de chapa con la representación del Hombre de Vitrubio realizado por Leonardo da Vinci.
El carácter secundario de las antiguas caballerizas y su situación periférica permitió que, en esta ocasión, los autores tuvieran mayor margen de maniobra para su transformación en cafetería. Por ello, aunque la intervención fue conservadora, destaca la elevación de una nueva planta acristalada cubierta con una bóveda metálica sobre la ya existente, en la que se emplaza el comedor universitario al que se accede desde sendas escaleras simétricas situadas en el vestíbulo central (Fig. 8.4).
4. 4. Edificios de nueva construcción
Aparte de las intervenciones realizadas sobre las antiguas construcciones cuartelarias, el Campus Viriato acoge otras edificaciones de nueva planta. En el ámbito occidental, la actuación sobre el patio de armas recuperó la idea inicial de Fernández Alba de crear un punto de encuentro, materializado mediante la formación de un gran anfiteatro de planta cuadrada, que se convierte en una especie de paraninfo al aire libre. A su vez, da paso al aula magna subterránea, situándose, ambas estancias, en una localización privilegiada al ocupar el centro del complejo. La decisión de edificar exclusivamente en el subsuelo, junto con el diseño de los parterres, ha permitido conservar inalterado el entorno libre original del cuartel, al tiempo que organiza la circulación entre los diferentes centros y servicios universitarios (Fig. 9.1).
El resto de nuevas instalaciones se localiza en la parte oriental del recinto. Responden a proyectos y destinos independientes por lo que no se advierte la homogeneidad y coherencia presente en el ámbito occidental. Es más, se organizan en torno a un espacio que difiere también del previsto en la última versión del Estudio de Detalle vigente, pues la franja central de edificaciones incluida en este se ha sustituido por un amplio espacio libre ajardinado al lado de los aparcamientos.
El aulario o “edificio de piedra” actúa de elemento de transición entre las antiguas instalaciones rehabilitadas y las nuevas. Se advierte, no solo por su ubicación entre ambas, sino, sobre todo, por el tratamiento exterior del inmueble. A pesar de las evidentes diferencias, replica la volumetría clara y contundente de los pabellones militares, el tímpano de remate en su cuerpo central de acceso y el uso de materiales naturales en el revestimiento, si bien se ha cambiado el ladrillo cerámico por piedra de Villamayor, lo que lo vincula, inequívocamente, con los centros universitarios salmantinos. Las similitudes continúan en la distribución interior que se organiza en dos alas simétricas en torno a un vestíbulo desarrollado en varias alturas. Los cuerpos de vidrio situados en ambos extremos alojan sendos accesos enfrentados que, si bien pudiera interpretarse como un intento de proporcionar una continuidad física y visual entre los dos ámbitos del Campus, la cuestión no acaba de fraguar −en parte, porque entre una y otra entrada se interpone una escalera−, lo que provoca que el inmueble constituya más un elemento límite que una pieza de unión (Fig. 9.2).
Además de las aulas que le dan nombre, acoge otras actividades como el Centro-Museo Pedagógico de la Universidad de Salamanca (CEMUPE), un centro propio aprobado en 2010 con la finalidad de estudiar el patrimonio histórico educativo, que ocupa la segunda planta. Recientemente se ha firmado un acuerdo entre el Ayuntamiento de la capital y la USAL para trasladar la muestra al antiguo laboratorio municipal situado en el Castillo43, uno de los edificios modernistas zamoranos más emblemáticos, firmado por Francisco Ferriol en 190944.
El pabellón de deportes está situado en la parcela nordeste, donde también se localizan las pistas abiertas. El diseño correspondió a los arquitectos salmantinos Agustín y Luis Ferreira45. Con su configuración resuelve un doble propósito, pues a la vez que proporciona un servicio a la comunidad universitaria permite la utilización de las mismas instalaciones como equipamiento urbano. Se aprovecha el desnivel natural existente entre la avenida de los Reyes Católicos y el recinto docente en la esquina nordeste, para segregar los accesos y las circulaciones interiores. Así, la entrada desde el Campus se sitúa en planta baja, en la prolongación del camino delimitado por el pabellón de la Escuela de Magisterio y el de la cafetería, y permite acceder a todas las dependencias: salas, vestuarios y pista principal. La puerta desde la calle proporciona un ingreso directo al graderío desde donde el público general puede asistir a las competiciones. Al exterior se presenta como un volumen escalonado, lo que permite que la luz norte ilumine las dependencias a través de grandes ventanales. En su revestimiento se apuesta por una piel metálica, salvo en la planta baja, que por motivos constructivos se sustituye por fábrica de ladrillo que actúa en algunos puntos como muro de contención (Fig. 9.3).
La intervención más reciente ha sido la edificación de la Escuela de Enfermería en la parcela situada en la esquina sudeste del Campus. Con esta actuación, una de las titulaciones con mayor proyección de las impartidas en la ciudad ha podido tener por fin sede propia y un equipamiento adecuado para la docencia. El proyecto atiende a criterios de funcionalidad y de eficiencia energética para la reducción de los costes de mantenimiento y conservación. Estas premisas han dado lugar a la formación de un volumen compacto e introvertido de dos plantas, con una envolvente constructiva “altamente aislante” y con un programa claramente zonificado organizado alrededor de varios patios centrales que favorecen la intimidad de las estancias y permiten el aprovechamiento solar.
Se ha previsto la futura ampliación de las instalaciones, cuando exista presupuesto para ello, por lo que al norte del inmueble queda un amplio espacio libre que en la actualidad se ha destinado a incrementar la capacidad del aparcamiento del centro universitario, claramente insuficiente. De llevarse a cabo esta operación, quizá el efecto logrado se aproxime al propuesto por Fernández Alba para enmarcar la entrada oriental del recinto, cuestión que con la actual disposición no se consigue. En cualquier caso, como se ha visto, las nuevas construcciones eluden cualquier referencia formal a las históricas, aplicando una estética contemporánea que responde, exclusivamente, a su propio proyecto arquitectónico (Fig. 9.4).
5. El futuro de la universidad en Zamora.
Las optimistas perspectivas pronosticadas en 1998, al inaugurarse parte de las instalaciones, tuvieron su reflejo en el Plan General de Ordenación Urbana de la capital, sancionado en 2001. El documento hizo hincapié en la necesidad de consolidar el equipamiento docente como un “centro de servicios a escala regional”. Para ello, la nueva ordenación urbana amplió el ámbito universitario hasta abarcar casi diez hectáreas de extensión al incluir en esta calificación, además del antiguo cuartel, la Universidad Laboral ‒que hoy en día alberga un instituto de secundaria‒, sus dependencias deportivas y otros terrenos anexos para unificar los centros y poder acoger otros servicios adicionales, como residencias de estudiantes. De acuerdo con el plan descrito, el campus zamorano pasaría de ser una unidad perfectamente delimitada a un organismo pluricelular organizado en torno a la avenida Príncipe de Asturias, convertida en eje axial de la organización (Fig. 10).
El nuevo Plan General de la ciudad, vigente desde 2011, sigue apostando “con firmeza por un Campus bien dotado”, por lo que, igual que su antecesor, ha previsto el suelo y los servicios necesarios para su desarrollo a medio y largo plazo. Siendo así, la administración local ya ha obtenido los terrenos de los campos de deporte asociados a las antiguas Escuelas Salesianas para ampliar las instalaciones. Junto con estas nuevas adquisiciones y mediante la clasificación de parcelas cercanas y la cesión de dotaciones, se está constituyendo un “colchón” de espacios que podrán vincularse al uso universitario en la medida en que sea necesario y plausible.
A día de hoy la actividad académica en Zamora ha decaído notablemente, afectada por la crisis estructural de 2008 que aún no ha sido posible remontar. Ello ha provocado el hundimiento de las matriculaciones en los grados vinculados con el sector de la construcción que pertenecen a la Escuela Politécnica, motor fundamental del recinto universitario. Más allá de esta cuestión global, muchas voces críticas han señalado la pérdida de interés de la Universidad de Salamanca por impulsar un campus tecnológico en la ciudad, como factor determinante en la actual situación de la institución académica en la localidad, si bien las últimas noticias publicadas sobre este asunto auguran una futura colaboración entre autoridades locales y académicas para lograr ese propósito46.
6. Conclusiones.
Tal como se ha apuntado, el desarrollo de un campus universitario en Zamora fue, ante todo, una iniciativa que partió de las autoridades locales, apoyadas por la población, y son ellas las que de una manera decidida siguen apostando por su conservación y ampliación al considerar la universidad un motor claro para el desarrollo de la ciudad. Esto ha tenido un claro reflejo en los Planes de Ordenación Urbana de 2001 y 2011 en los que se han ampliado considerablemente las parcelas que se pretenden dedicar a esta función.
En el fondo parece estar todavía latente el deseo, manifestado en el Plan de Ordenación de 1973, de convertir el conjunto castrense ‒años antes de que dejase de tener este uso‒ en un nuevo centro del tejido urbano contemporáneo, algo que no se ha conseguido plenamente, aunque el Campus ha propiciado la ampliación de los espacios verdes y la creación de un ámbito de sosiego, como lugar de encuentro no solo para los estudiantes sino para todos los ciudadanos.
Desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico, el Campus Viriato ha posibilitado la recuperación de un amplio conjunto patrimonial castrense, de indudable valor estético pese al carácter funcional original. Ha permitido la eliminación de las barreras existentes facilitando la comunicación en una destacada zona de expansión urbana. También ha ampliado la oferta deportiva y ha supuesto un elemento dinamizador de la cultura.
En otro orden de cosas, ha ofrecido la oportunidad de que muchos jóvenes no tengan que desplazarse fuera de la localidad para recibir una educación superior, pero además ha servido por atraer estudiantes de otras provincias gracias al especial reconocimiento que gozan, sobre todo, las titulaciones técnicas impartidas, que tanto la Universidad de Salamanca como la Diputación y el Ayuntamiento de Zamora parecen decididos a potenciar. Cabe esperar que con esta apuesta también se consiga fomentar y consolidar el tejido empresarial desarrollado en torno a estos estudios que proporcione la empleabilidad de los recién egresados.
Bibliografía
ALMARAZ VÁZQUEZ, Mercedes y BLANCO SÁNCHEZ, José Ángel, “Consideraciones sobre el arquitecto José de Barcia”, Studia Zamorensia, 8 (2008), pp. 151-153.
ÁVILA DE LA TORRE, Álvaro, Arquitectura y urbanismo en Zamora (1850-1950), Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 2009.
BELLET SANFELIU, Carmen, “La inserción de la Universidad en la estructura y forma urbana. El caso de la Universidad de Lleida”, Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 15 (2011), disponible: https://revistes.ub.edu/index.php/ScriptaNova/article/view/3403.
CAMPESINO FERNÁNDEZ, Antonio José y SALCEDO HERNÁNDEZ, José Carlos, “Campus universitarios en ciudades patrimoniales: contrastes entre Cáceres y Toledo”, CIAN‒Revista de Historia de las Universidades, 17/1 (2014), pp. 101-137.
CAMPOS CALVO-SOTELO, Pablo, La Universidad en España: Historia, Urbanismo y Arquitectura, Madrid, Centro de Publicaciones Secretaría General Técnica del Ministerio de Fomento, 2000.
CUESTA BUSTILLO, Josefina, “Fin de siglo: Modernización y democratización, 1986-2000”, en RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique (coord.), Historia de la Universidad de Salamanca. Vol. I: Trayectoria histórica e instituciones vinculadas, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2002, pp. 357-401.
DÍAZ GONZÁLEZ, Mª del Mar, “La Universidad Laboral de Gijón (Asturias). El primer gran proyecto filantrópico gironiano al servicio de la patria: 1945-1978”, Hispania Nova: Revista de historia contemporánea, 15 (2017), pp. 191-216.
FERNÁNDEZ ALBA, Antonio, Espacios de la norma, lugares de intervención. 1980-2000, Madrid, Esteyco, 2000.
FERNÁNDEZ ALBA, Antonio, Premio Nacional de Arquitectura 2003. Libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto fin de siglo 1957-2010, Madrid, Ministerio de Fomento, Centro de Publicaciones, 2011.
FLORAX, Raymond, The University: a regional booster? Economic impacts of academic knowledge infraestructura, Avebury, Aldershot, 1992.
FRECHILLA ALONSO, Mª Almudena, Desarrollo y consolidación del tejido urbano contemporáneo de Zamora entre 1864 y 1973, Tesis doctoral, Universidad de Salamanca, 2020.
GANAU CASAS, Joan y VILAGRASA IBARZ, Joan, “Ciudades medias en España: posición en la red urbana y procesos urbanos recientes”, en CAPEL, Horacio (coord.), Ciudades, arquitectura y espacio urbano 3, Almería, Instituto de Estudios de Cajamar, 2003, pp. 37-73.
INDOVINA, Francesco, “Sinergia tra comunitá universitá”, Archivio di Studi Urbani e Regionali, 60-61 (1997-98), pp. 85-113.
LÓPEZ BRAGADO, Daniel y LAFUENTE SÁNCHEZ, Víctor Antonio. “Los proyectos del cuartel de Infantería para la ciudad de Zamora en el primer tercio del siglo XVIII”, Studia historica. Historia moderna, 41/1 (2019), pp. 407-433.
LÓPEZ BRAGADO, Daniel; ARENAS PRIETO, Fernando y LAFUENTE SÁNCHEZ, Víctor A., “Juan Martín Zermeño y los planos de Zamora de 1766”, Goya: Revista de Arte, 371 (2020), pp. 100-115.
MARTÍNEZ PÉREZ, Juan Francisco y BLASCO SÁNCHEZ, Carmen,“Los campus como fragmentos de ciudad: la Univesitat Politécnica de Valéncia”, Ciudad y Territorio: Estudios Territoriales, XLIX/192 (2017), pp. 283-294.
MUSIL, Jirí, “The world of arts and the University”, en WUSTEN, Herman van der (ed.), The urban university and its identity. Roots, locations, roles, Dordretch The Netherlands, Kluwer academic Publishers, 1998, pp. 47-57.
RODRÍGUEZ ESTEBAN, María Ascensión, La arquitectura de ladrillo y su construcción en la ciudad de Zamora (1888-1931), Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 2014.
RODRÍGUEZ MÉNDEZ, Francisco Javier, “La construcción del edificio de la Escuela Normal de Zamora”, en HERNÁNDEZ DÍAZ, José María y RODRÍGUEZ MÉNDEZ, Francisco Javier (dir.), El edificio de la Escuela Normal de Zamora, Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 2008, pp. 23-91.
RUPÉREZ ALMAJANO, Mª Nieves, “Espacios para la investigación y la transferencia: una apuesta de la Universidad de Salamanca en el siglo XXI”, CIAN. Revista de Historia de las Universidades, 23/2 (2020), pp. 292-293.
SÁNCHEZ PINGARRÓN, Julián, Orígenes y desarrollo de la política de enajenación de infraestructuras militares en España. La reconversión de espacios militares para uso universitario, Tesis Doctoral, Madrid, UNED, 2018.
1 MARTÍNEZ PÉREZ, Juan Francisco y BLASCO SÁNCHEZ, Carmen,“Los campus como fragmentos de ciudad: la Univesitat Politécnica de Valéncia”, Ciudad y Territorio: Estudios Territoriales, XLIX/192 (2017), pp. 283-294.
2 CAMPESINO FERNÁNDEZ, Antonio José y SALCEDO HERNÁNDEZ, José Carlos, “Campus universitarios en ciudades patrimoniales: contrastes entre Cáceres y Toledo”, CIAN‒Revista de Historia de las Universidades, 17/1 (2014), p. 104.
3 CAMPOS CALVO-SOTELO, Pablo, La Universidad en España: Historia, Urbanismo y Arquitectura, Madrid, Centro de Publicaciones Secretaría General Técnica del Ministerio de Fomento, 2000, p. 30.
4 INDOVINA, Francesco, “Sinergia tra comunitá universitá”, Archivio di Studi Urbani e Regionali, 60-61 (1997-98), pp. 85-113. BELLET SANFELIU, Carmen, “La inserción de la Universidad en la estructura y forma urbana. El caso de la Universidad de Lleida”, Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 15 (2011), disponible: https://revistes.ub.edu/index.php/ScriptaNova/article/view/3403 (consultado 13 abril 2021).
5 GANAU CASAS, Joan y VILAGRASA IBARZ, Joan, “Ciudades medias en España: posición en la red urbana y procesos urbanos recientes”, en CAPEL, Horacio (coord.), Ciudades, arquitectura y espacio urbano 3, Almería, Instituto de Estudios de Cajamar, 2003, p. 65.
6 FLORAX, Raymond, The University: a regional booster? Economic impacts of academic knowledge infraestructura, Avebury, Aldershot, 1992.
7 MUSIL, Jirí, “The world of arts and the University”, en WUSTEN, Herman van der (ed.), The urban university and its identity. Roots, locations, roles, Dordretch The Netherlands, Kluwer academic Publishers, 1998, pp. 47-57.
8 CAMPOS CALVO-SOTELO, Pablo, La Universidad…, pp. 985-993.
9 Sobre la actualización de sus defensas en el siglo XVIII, LÓPEZ BRAGADO, Daniel; ARENAS PRIETO, Fernando y LAFUENTE SÁNCHEZ, Víctor A., “Juan Martín Zermeño y los planos de Zamora de 1766”, Goya: Revista de Arte, 371 (2020), pp. 100-115.
10 Se han barajado los nombres de Joaquín Muro Antón o de Guillermo Diz Flórez como posibles autores del proyecto original; RODRÍGUEZ MÉNDEZ, Francisco Javier, “La construcción del edificio de la Escuela Normal de Zamora”, en HERNÁNDEZ DÍAZ, José María y RODRÍGUEZ MÉNDEZ, Francisco Javier (dir.), El edificio de la Escuela Normal de Zamora, Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 2008, pp. 26-30.
11 CUESTA BUSTILLO, Josefina, “Fin de siglo: Modernización y democratización, 1986-2000”, en RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, Luis Enrique (coord.), Historia de la Universidad de Salamanca. Vol. I: Trayectoria histórica e instituciones vinculadas, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2002, pp. 368-371.
12 FRECHILLA ALONSO, Mª Almudena, Desarrollo y consolidación del tejido urbano contemporáneo de Zamora entre 1864 y 1973, Tesis doctoral, Universidad de Salamanca, 2020, pp. 337-440.
13 DÍAZ GONZÁLEZ, Mª del Mar, “La Universidad Laboral de Gijón (Asturias). El primer gran proyecto filantrópico gironiano al servicio de la patria: 1945-1978”, Hispania Nova: Revista de historia contemporánea, 15 (2017), p. 197.
14 ÁVILA DE LA TORRE, Álvaro, Arquitectura y urbanismo en Zamora (1850-1950), Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 2009, p. 482.
15 A. P., “800 años de historia de la Universidad”, La Opinión‒El Correo de Zamora, (11 de noviembre de 2018), disponible: https://www.laopiniondezamora.es/zamora/2018/11/11/800-anos-historia-universidad-1158074.html (consultado 10 abril 2021).
16 FRECHILLA ALONSO, Mª Almudena, Desarrollo…, pp. 539-543.
17 Archivo Histórico Provincial de Zamora, Delegación Provincial de la Vivienda, signatura 371/5.
18 “Relaciones Laborales se traslada al Campus y deja el Colegio Universitario”, La Opinión‒El Correo de Zamora, (21 de enero de 2020), disponible: https://www.laopiniondezamora.es/zamora/2020/01/21/relaciones-laborales-traslada-campus-deja-2498674.html (consultado 28 abril 2021). Una vez se formalice el traspaso anunciado, el edificio continuará albergando las dependencias de la UNED y del Consorcio Centro de Idiomas.
19 FRECHILLA ALONSO, Mª Almudena, Desarrollo…, pp. 411-422.
20 Desde 1737 hasta la década de 1760 se realizaron también varios proyectos para construir junto a él un cuartel de infantería, sin que llegasen a cuajar; ALMARAZ VÁZQUEZ, Mercedes y BLANCO SÁNCHEZ, José Ángel, “Consideraciones sobre el arquitecto José de Barcia”, Studia Zamorensia, 8 (2008), pp. 151-153. LÓPEZ BRAGADO, Daniel y LAFUENTE SÁNCHEZ, Víctor Antonio. “Los proyectos del cuartel de Infantería para la ciudad de Zamora en el primer tercio del siglo XVIII”, Studia historica. Historia moderna, 41/1 (2019), pp. 407-433.
21 Dado que la Diputación era propietaria de parte de esos terrenos, fue necesario que el Consistorio de Zamora los comprara antes de ceder la propiedad al Ministerio de la Guerra. Archivo Histórico Provincial de Zamora, Fondos Municipales, Libro de Actas nº 154.
22 “Los 90 años del cuartel Viriato”, La Opinión‒El Correo de Zamora, (11 de diciembre de 2017), disponible: https://www.laopiniondezamora.es/zamora/2017/12/11/90-anos-cuartel-viriato-1036824.html (consultado 12 febrero 2021).
23 ÁVILA DE LA TORRE, Álvaro, Arquitectura y urbanismo…, p. 304.
24 “Grandes edificios”, El Correo de Zamora, (30 de julio de 1948).
25 FRECHILLA ALONSO, Mª Almudena, Desarrollo…, pp. 331-341.
26 RIESCO FERNÁNDEZ, Gabriel, Plan General de Ordenación Urbana del Término Municipal de Zamora, 1973, vol. 1, p. 49, en Archivo General del Ministerio de Fomento, Sección de Urbanismo, expediente 8381, signatura 2455/04.
27 Este “Plan de Modernización del Ejército de Tierra” preveía que las tropas abandonaran aquellos cuarteles cuyas dependencias no se pudiesen ampliar por su ubicación en núcleos urbanos ni tampoco resguardar la seguridad y la convivencia con los residentes del entorno; SÁNCHEZ PINGARRÓN, Julián, Orígenes y desarrollo de la política de enajenación de infraestructuras militares en España. La reconversión de espacios militares para uso universitario, Tesis Doctoral, Madrid, UNED, 2018, p. 119.
28 GIL, Carlos, “Los últimos del Cuartel Viriato”, La Opinión‒El Correo de Zamora, (13 de diciembre de 2015), disponible: https://www.laopiniondezamora.es/zamora/2015/12/13/ultimos-cuartel-viriato-2471796.html (consultado 12 febrero 2021).
29 En el papel, las intenciones del Ministerio de Defensa eran reintroducir estas importantes superficies de terreno en los municipios y “ayudar a hacer ciudad” (SÁNCHEZ PINGARRÓN, Julián, Orígenes…, p. 119), pero conseguir compatibilizarlo con intereses dispares no siempre fue fácil.
30 CUESTA BUSTILLO, Josefina, “Fin de siglo…”, pp. 399-340. Se pregunta esta autora si puede delegarse en la universidad un desarrollo que debería estimularse además por la vía de la expansión industrial y empresarial.
31 Tras este primer pacto fallido, el 28 de julio de 1994 se rubricó un nuevo convenio, por el cual la Gerencia de Infraestructura de la Defensa (GINDEF) recibiría un pago de 534 millones de pesetas por parte del Ministerio de Educación mediante compensación presupuestaria correspondiente a los dos siguientes ejercicios, además de cinco parcelas, aportadas por el Consistorio zamorano, valoradas en los 266 millones de pesetas restantes. Es preciso señalar que el incumplimiento por parte del Ayuntamiento y del Ministerio de Educación del acuerdo pactado con el Ejército, puso en riesgo el futuro de toda la operación. Pasados diez años, se decidió retomar nuevamente las negociaciones entre las administraciones por el impacto que tendría para la ciudad la rescisión del convenio, y el 31 de marzo de 2004 se suscribió una adenda al anterior pacto mediante la cual se sustituyó la cesión de los terrenos que debía hacer el Municipio por la entrega en efectivo de 1,8 millones de euros en cinco meses. Aun así, hubo que esperar hasta el 28 de noviembre del año siguiente para dar por cumplidas las condiciones establecidas; SÁNCHEZ PINGARRÓN, Julián, Orígenes…, p. 355-361.
32 Además de varios edificios para la propia Universidad de Salamanca, hizo proyectos para las universidades de Valladolid, León, Alicante, Autónoma de Madrid, Oviedo, etc.; FERNÁNDEZ ALBA, Antonio, Premio Nacional de Arquitectura 2003. Libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto fin de siglo 1957-2010, Madrid, Ministerio de Fomento, Centro de Publicaciones, 2011, pp. 165-240.
33 FERNÁNDEZ ALBA, Antonio, Espacios de la norma, lugares de intervención. 1980-2000, Madrid, Esteyco, 2000, pp. 80-81. FERNÁNDEZ ALBA, Antonio, Premio Nacional…, pp. 191-193.
34 Boletín Oficial de Castilla y León [BOCyL], 155/1993.
35 Así lo hace Fernández Alba al calificar su proyecto. También la Universidad de Salamanca en sus Memorias Académicas y en otros documentos.
36 Actualmente el centro imparte las siguientes titulaciones: Doble Titulación de Ingeniería de Materiales y en Ingeniería Mecánica, Doble Titulación de Ingeniería Informática de Sistemas de Información y en Información y Documentación, Arquitectura Técnica, Ingeniería Agroalimentaria, Ingeniería Civil (Mención en Construcciones Civiles), Ingeniería de Materiales, Ingeniería Informática en Sistemas de Información e Ingeniería Mecánica. La última incorporación ha sido el Grado en Desarrollo de Aplicaciones 3D Interactivas y Videojuegos.
37 Los primeros proyectos son de 1993; Archivo de la Unidad Técnica de Infraestructura de la Universidad de Salamanca (en adelante AUTI), cajas 226/93 y 69/94. Se conserva también la memoria de liquidación, de 1998, y abundante documentación económica de esta fase, pero está en proceso de catalogación.
38 FERNÁNDEZ ALBA, Antonio, Espacios de la norma…, p. 127.
39 AUTI. Varias cajas sin catalogar de los proyectos básicos y de ejecución de rehabilitación y construcción de edificios, urbanización y polideportivo del Campus Viriato. También Proyecto modificado posterior.
40 Luis Ferreira dirigió la unidad técnica de la Universidad de Salamanca desde 1996 hasta mayo de 2008 en que pasó a ser asesor para el patrimonio arquitectónico. A este servicio corresponde la redacción de los programas de necesidades funcionales y tecnológicas de los inmuebles y en ocasiones la proyección de nuevas infraestructuras; RUPÉREZ ALMAJANO, Mª Nieves, “Espacios para la investigación y la transferencia: una apuesta de la Universidad de Salamanca en el siglo XXI”, CIAN. Revista de Historia de las Universidades, 23/2 (2020), pp. 292-293.
41 Agradecemos a los autores que nos hayan permitido consultar el proyecto.
42 PÉREZ, Alicia, “La nueva Escuela de Enfermería de Zamora estará construida a finales de 2015”, El Norte de Castilla, (3 de noviembre de 2014), disponible: https://www.elnortedecastilla.es/zamora/201411/03/nueva-escuela-enfermeria-zamora-20141103160451.html abril 2021).
43 GARRIDO, Luis, “El Museo Pedagógico de la USAL en Zamora crece con su traslado al antiguo laboratorio del Castillo”, La Opinión‒El Correo de Zamora, (3 de enero de 2021), disponible: https://www.laopiniondezamora.es/zamora‒ciudad/2021/01/03/memoria‒aprendizaje‒26984418.html (consultado 28 abril 2021). Para más información del museo remitimos a la web del Centro, disponible: CEMUPE (https://campus.usal.es/~cemupe/) (consultado 13 abril 2021).
44 RODRÍGUEZ ESTEBAN, María Ascensión, La arquitectura de ladrillo y su construcción en la ciudad de Zamora (1888-1931), Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 2014, pp. 265-268.
45 Con posterioridad este equipo de arquitectos realizó también, para la Universidad de Salamanca, el proyecto básico del Centro de Láseres Pulsados Ultracortos (CLPU) en el parque científico de Villamayor; RUPÉREZ ALMAJANO, Mª Nieves, “Espacios…”, p. 321.
46 “La USAL quiere convertir al Campus Viriato en una `referencia de la tecnología´”, Europa Press/ Castilla y León (20 enero de 2021); “La USAL apuesta por especializar Zamora en grados tecnológicos”, disponible: https://www.cope.es/emisoras/castilla-y-leon/zamora-provincia/zamora/noticias/usal-apuesta-por-especializar-zamora-grados-tecnologicos-20200120_598470 enero 2021).
Fig. 1. Centros universitarios de Zamora a finales de los años 80.
Fotos: M. Hernández (Aeropol Drones); A. Frechilla
Fig. 2. El Cuartel Viriato en los años 20 del siglo XX. Fuente: La Opinión de Zamora, 8 de diciembre de 2017
Fig. 3. Zamora durante los años 40 y 50 del siglo XX. Fuente: Elaborada a partir de http://fototeca.cnig.es/
Fig. 4. Zamora en 1968. Fuente: Archivo Histórico Provincial de Zamora, Fotos Aéreas, carpetas: 91, 92 y 93
Fig. 5. Propuesta para la adaptación del cuartel Viriato en campus universitario. Antonio Fernández Alba, 1992. Zamora. Cortesía del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Fig. 6. Ordenación de los volúmenes edificables del Campus Viriato. Zamora
Fig. 7. Plano de distribución y vista aérea del Campus Viriato. Zamora. 1. Edificio administrativo. 2. Escuela Politécnica Superior. 3. Escuela de Magisterio. 4. Biblioteca. 5. Aula Magna. 6. Cafetería. 7. Aulario. 8. Polideportivo. 9. Escuela de Enfermería. Fuente: Elaborada a partir de un plano de José Carlos Bravo (UTI Usal). Foto: USAL Televisión
Fig. 8. Edificios rehabilitados del Campus Viriato. Zamora. Fotos: M. Hernández (Aeropol Drones)
Fig. 9. Edificios de nueva construcción del Campus Viriato. Zamora. Fotos: M. Hernández (Aeropol Drones); A. Frechilla
Fig. 10. Terrenos previstos para la ampliación del campus de Zamora. Fuente: Revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Zamora (2001)